Hoy en día existe el supuesto
de que “todos” van al cielo por defecto, y quizás alguno al purgatorio,
los más conscientes de sus pecados.
La teología del fuego y el
azufre no está de moda, y en general las conferencias episcopales no se sienten
confortables con ella.
La afirmación, ya de por si
atrevida, de que “esperamos que todos los hombres se salven”, se ha
convertido en “¿cómo puedes pensar que todos los hombres no serán
salvados?”.
Pero
sabemos que hay un antídoto, que es la vida de oración.
EL PODER DE LA ORACIÓN CONTRA
EL INFIERNO
Las
dos apariciones de mayor trascendencia del siglo XX fueron la
aparición de Nuestra Señora a los niños de Fátima y la aparición de Nuestro Señor a Santa Faustina Kowalska.
En estas visitaciones, la Santísima Virgen María y
Jesucristo instan a la Humanidad a rechazar
el pecado y a orar incesantemente.
Nuestra Señora exaltó el poder del rezo diario del Rosario para conversión y penitencia.
Nuestro Señor le enseñó a la Hermana
Faustina la Coronilla de la Divina Misericordia para apelar a la misericordia
de Dios – especialmente en favor de los pecadores y moribundos; aquí puedes leer
la Coronilla. Y el Ángel de Portugal les enseño a los pastorcitos de
Fátima la jaculatoria para rezar el rosario; aquí puedes leer
la jaculatoria.
El mensaje de Dios para nosotros es inequívoco: La vida es breve. El tiempo para la
misericordia y el perdón es ahora.
Cuando Cristo regrese, al final de la Historia,
será como Justo Juez que separa a los
buenos de los malvados. Los justos disfrutarán de la Visión
Beatífica en el Cielo. Los condenados se quemarán para siempre en el
fuego inextinguible que es el Infierno.
Dado que muchos hoy día niegan la existencia del
Infierno, vale la pena recordar que durante estas apariciones, tanto la Hermana Lucía como Santa Faustina
presenciaron el Infierno de primera mano y escribieron sobre sus horrores.
La
Iglesia afirma la existencia del infierno, su eternidad y naturaleza, y el principal
dolor del Infierno es la propia separación de Dios, aunque también hay
privaciones físicas y dolores físicos además de la muerte espiritual.
LAS 7 TRATAMIENTOS COLECTIVOS
QUE LE REVELARON A FAUSTINA
A pesar de que no se predique
sobre el infierno, las dos revelaciones más importantes del siglo XX (a
los niños de Fátima y a Santa Faustina) enfatizan que el infierno existe y
que el infierno está habitado por demonios y seres humanos.
La
visión de Santa Faustina del infierno que Cristo le reveló es tan vívida como la producida por
Dante.
Lo que sigue es tomado del Diario de Santa
Faustina.
“Hoy, fui llevada por un ángel
a los abismos del infierno. ¡Es un lugar de gran tortura, cómo asombrosamente
grande y extenso!”
“Los demonios estaban llenos
de odio hacia mí, pero tuvieron que obedecerme por orden de Dios”.
Los tipos de torturas que vió:
-la primer tortura del
infierno es la pérdida de Dios;
-la segunda es el
remordimiento perpetuo de la conciencia;
-la tercera es que la
condición de uno nunca cambiará;
-la cuarta es el fuego que
penetra el alma sin destruirla, un sufrimiento terrible, ya que es un fuego
completamente espiritual, encendido por la ira de Dios;
-la quinta es la continua
oscuridad y un terrible olor sofocante, pero a pesar de la oscuridad, los
demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros, su propia alma y la
de los demás;
-la sexta es la compañía
constante de satanás;
-la séptima es la horrible
desesperación, el odio a Dios, las palabras viles, maldiciones y blasfemias.
TAMBIÉN HAY TRATAMIENTOS
ESPECIALES
Las mencionadas antes son las torturas sufridas por
todos los condenados juntos, pero que no es el fin de los sufrimientos. Hay torturas especiales destinadas para las
almas en particular. Estos son los tormentos de los sentidos.
Cada alma padece sufrimientos
terribles e indescriptibles, relacionados con la manera en que ha pecado. Hay
cavernas y hoyos de tortura donde una forma de agonía difiere de otra.
“Me habría muerto con la simple visión de estas
torturas si la omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido. Que el pecador sepa que va a ser torturado
por toda la eternidad, en esos sentidos que fueron usados para pecar”.
DIOS LE ORDENÓ DIVULGARLO
“Estoy
escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una
excusa diciendo que no hay infierno, o que nadie ha estado allí, y por lo tanto
nadie puede decir que no sabe”.
(Esto es similar a la visión del infierno y la advertencia de Nuestra
Señora en Fátima.)
“Lo que he escrito no es más que una pálida sombra
de las cosas que vi. Pero me di cuenta de una cosa: que la mayoría de las almas que hay no creían que
hubiera un infierno. ¡Cuán terriblemente sufren las almas
allí! En consecuencia, pido aún más fervientemente por la conversión de
los pecadores”. (Diario de Santa Faustina, 741)
“Vamos a confiar en Cristo, orar, arrepentirnos de
nuestros pecados, amar a Dios y al prójimo y adherir a la fe verdadera sin la
cual es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6).
Santa
Faustina, ruega por nosotros.
Jesús,
nuestra Divina Misericordia, ten piedad de nosotros.
VISIÓN COINCIDENTE DE FÁTIMA
SOBRE EL INFIERNO
El
viernes 13 de julio de 1917, Nuestra Señora se apareció en Fátima y les habló a
los tres pequeños videntes. Nuestra Señora nunca sonrió. ¿Cómo podía sonreír,
si en ese día les iba a dar a los niños la visión del Infierno?
“Nuestra Señora extendió sus
manos y de repente los niños vieron un agujero en el suelo. Ese agujero, dijo
Lucía, era como un mar de fuego en el que se veían almas con forma humana,
hombres y mujeres, consumiéndose en el fuego, gritando y llorando
desconsoladamente”.
Lucía
dijo que los demonios tenían un aspecto horrible como de animales desconocidos. Los niños
estaban tan horrorizados que Lucía gritó. Ella estaba tan atemorizada que pensó
que moriría.
María dijo a los niños:
“Ustedes han visto el Infierno
a donde los pecadores van cuando no se arrepienten”.
“Al decir estas palabras, abrió de nuevo las manos.
El reflejo (de luz que ellas irradiaban) parecía penetrar en la tierra y
vimos un como mar de fuego y, sumergidos en ese fuego, a los demonios y las almas como si fueran brasas transparentes y negras o
bronceadas, con forma humana, que fluctuaban – en el incendio llevadas
por las llamas que salían de ellas mismas juntamente con nubes de humo, cayendo
hacia todos los lados – semejante a la caída de pavesas en los grandes
incendios – pero sin peso ni equilibrio, entre gritos y lamentos de dolor y
desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de pavor.
Los
demonios se distinguían por formas horribles y asquerosas de animales espantosos
y desconocidos, pero transparentes como negros tizones en brasa”.
A SANTA TERESA DE ÁVILA EL SEÑOR LE REVELÓ EL
TERROR DEL INFIERNO
Veamos lo que cuenta:
“Un día, mientras estaba en oración, de repente me
encontré sumida en el infierno. Me di
cuenta de que el Señor me quería llevar a dar un vistazo sobre a donde conduce
una vida de pecado. … La entrada al infierno parecía un largo, estrecho
callejón o un horno bajo y oscuro. El suelo estaba cubierto de barro
sucio que emitía un hedor nocivo. Había un enjambre de bichos repugnantes.
Había un pequeño agujero, como un armario en la
pared al final del callejón. Me encontré metida en él. Yo estaba estrangulada y
sofocada. La agonizante desesperación
fue tan intensa que es imposible encontrar palabras lo suficientemente fuertes
para describirla. Sería inadecuado decir que es como si el alma
estuviera siendo implacablemente arrancada del cuerpo. La verdad es que el alma
misma se está desgarrando en pedazos. Simplemente no sé cómo transmitir la
furia de ese fuego interior y la miseria sin esperanza.
Mirando
hacia atrás, 6 años más tarde, no puedo pensar en una sola prueba que haya
experimentado en esta vida que puede compararse siquiera fugazmente al
inframundo. ¡No tenemos ninguna razón para quejarnos de los problemas mundanos!
El Señor me hizo un gran favor
cuando me sumergió en el infierno. Me ayudó a poner la tribulación y las
contradicciones de esta vida en perspectiva. Me dio la fuerza para sufrir las
cosas. También renovó mi gratitud hacia Dios, que me liberó del tormento
eterno. Todo lo demás parece muy fácil ahora”.
POR QUE NO SE PREDICA DEL
INFIERNO
En vistas de todo esto surge la pregunta ¿Por qué No se predica?
Si
estas cerca de algún sacerdote para preguntarle por qué no se predica sobre el infierno, obtendrás
algunas respuestas directas y tal vez haya otras que nunca te las dará.
1 – ES UNA ALEGORÍA PERO QUE
ESTÁ EN LA DOCTRINA
Una respuesta directa está relacionada con
que el infierno es una alegoría,
que es un tema a discusión, etc., aunque el cura te dirá paralelamente
que el infierno forma parte de la
doctrina de la Iglesia. Algo así como ‘tiene razón pero marche preso’.
2 – EL INFIERNO NO EXISTE
Si
te topas con un modernista y tienes un poco más de confianza con él, te dirá
que el infierno no existe, y si existe, que está siempre vacío por la infinita
misericordia de Dios.
Por otra parte, y para completarlo, un reciente artículo
de un reportaje del
Director de la Reppublica Scalfari al Papa Francisco pone en la boca
de éste que el infierno no existe, pero no por las razones anteriores, sino
porque la alternativa al Cielo es la nada, los que no van al Cielo
terminan el viaje y dejan de existir para siempre. Claro que esto hay que
tomarlo con pinzas, porque de estos reportajes no hay nada grabado, son
manejados de memoria por el Director Scalfari.
Pero aunque
Francisco haya sido mal interpretado, lo cierto es que esa noticia corrió y
mucha gente puede pensar que eso es magisterio papal, aunque
directamente la Iglesia ha dicho
sobre este caso que no fue lo dicho por cómo fue tomada la entrevista.
3 – MIEDO DE LA GENTE AL
INFIERNO
Otra respuesta es que no predica sobre el infierno
porque hay gente que se asusta, y
San pablo insiste en no escandalizar a los pequeños.
Y te agregarán que no es bueno evangelizar por el miedo, sino que hay que evangelizar por
el amor.
4 – NO ES POLÍTICAMENTE
CORRECTO PARA EL LENGUAJE ECLESIAL
Y otra razón por la cual no lo predica, pero que no
se te la dirá, es porque está mal
visto en la jerarquía hablar sobre el infierno.
Aunque quizás las cosas pueden comenzar a cambiar a
partir del papa Francisco, que ha hablado de todas estas cosas sobrenaturales
como ninguno de los últimos papas, en especial sobre el demonio.
Ante todo esto, más allá de lo que
se hace en las iglesias, lo importante es que, según Santa Faustina, Dios le pidió que divulgara las penas del
infierno a sus habitantes.
“Escribo esto ante la orden de
Dios, de manera que ninguna alma encuentre excusa para decir que no hay
infierno, o que nadie ha estado allí y por eso nadie dice cómo es”.
Fuentes:
- http://www.corazones.org/santos/faustina.htm
- http://www.jesusdivinamisericordia.org.mx/JDM.SSO.ES/JDM.diario_de_sta_faustina.pdf
- http://forosdelavirgen.org/5265/fatima-y-la-vision-del-infierno/
- http://forosdelavirgen.org/92835/impresionantes-formas-en-que-los-santos-vencen-al-maligno/
- http://es.wikipedia.org/wiki/Divina_Misericordia
- http://taylormarshall.com/2011/10/saint-faustinas-vision-of-hell-7.html
- http://www.repubblica.it/politica/2015/03/15/news/quel_che_francesco_puo_dire_all_europa_dei_non_credenti-109542750/
- http://www.bigccatholics.com/2016/02/the-most-consequential-church-approved.html
Foros de la
Virgen María
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