ROMA, 12 Mar. 14 / 04:58 pm (ACI).- El secretario personal del
Papa Francisco, Mons. Alfred Xuereb, reveló aspectos poco conocidos de la vida cotidiana del Pontífice en el
Vaticano.
Según este cercano colaborador, el Pontífice olvida sus dolencias
físicas para estar cerca de la gente, y si necesita hacer una pausa no opta por
tomar una siesta sino por rezar el Rosario.
“Créame ¡No pierde un solo minuto! Trabaja
incansablemente. Y cuando siente la necesidad de tomar una pausa, no es que
cierre los ojos y no haga nada: se sienta a rezar el Rosario. Creo que reza al
menos tres Rosarios al día. Me dice: ‘Esto me ayuda a relajarme’. Después
retoma el trabajo”.
Por la mañana temprano “se dedica a la
meditación y prepara también la homilía de la Misa en Santa Marta.
Después escribe cartas, hace algunas llamadas por teléfono, saluda al personal
que encuentra y se informa sobre sus familias”.
El Secretario Personal del Papa Francisco explicó a Radio Vaticano que
el Papa ya padecía de ciática cuando al celebrar la Misa de Jueves Santo en marzo de
2013, se arrodilló una y otra vez para lavar los pies a los doce reclusos del
centro penitenciario para menores Casal de Marmo de Roma.
A sus 77 años de edad, el Papa “olvida
completamente sus dolencias. Por ejemplo, en los primeros meses de Pontificado
tenía un fuerte dolor a causa de la ciática que le había vuelto. Los médicos le
había aconsejado que evitara inclinarse, pero él, cuando se encuentra con
enfermos en silla de ruedas o de niños enfermos en sus cochecitos, se inclinaba
ante ellos y les hacía notar su cercanía”.
“Así, por ejemplo, sucedió durante las
celebraciones eucarísticas de Casal del Marmo en la noche de Jueves Santo,
durante el lavado de pies. Sin atender al dolor que sentía, se arrodilló ante
cada uno de los doce jóvenes detenidos para besar sus pies”, explicó Mons. Xuereb el 10 de marzo de 2014 en la entrevista que
concedió a Radio Vaticano.
“Párrocos y sacerdotes nos dicen casi a diario
cuantas personas han vuelto a la confesión y a la práctica de la fe para animar
al Papa Francisco, especialmente cuando nos recuerda que Dios no se cansa nunca
de perdonarnos. Él, como habéis visto, tiene una atención especial por los
enfermos, y esto porque él ve en ellos el cuerpo de Cristo que sufre”, añadió.
Mons. Xuereb, Secretario general de la Secretaría para la Economía del
Vaticano, señaló que cada día el Papa recibe una persona tras otra en la Casa
Santa Marta, a quienes escucha uno por uno con atención.
El Prelado maltés aseguró que lo que más le impresiona del Santo Padre
es “su determinación”. “Una convicción, que estoy
seguro que le viene de lo alto, porque es hombre profundamente espiritual que
busca en la oración la inspiración de Dios”.
En este sentido indicó, la visita a Lampedusa el verano pasado en la que
el Santo Padre encontró a los inmigrantes fue decidida porque, después de
entrar repetidas veces en la capilla, le vino una inspiración: “Ir en persona a encontrar a estas personas, estos
náufragos, y llorar a sus muertos”.
“Y cuando él entendió que le venía a la mente
varias veces, entonces estuvo seguro de que Dios lo quería. Lo hizo, aunque no
había mucho tiempo para prepararlo. Este método también lo usa para elegir a
las personas que llama a colaborar con él de cerca”, dijo.
Mons. Xuereb indicó que el Papa es como un misionero que va en búsqueda
de aquellos que no conocen a Dios, “que atrae hacia
sí mismo la muchedumbre, esa muchedumbre que quizá se sienta perdida, con el
intento de llevarla al corazón del Evangelio”.
“Se ha convertido por así decirlo en el párroco del
mundo y está animando a todos los que se sienten lejos de la Iglesia a volver, con la
certeza que encontraran su puesto en la Iglesia”, concluyó.
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