Hay pasajes difíciles de entender, y el tema aquí tratado es, sin lugar a dudas, uno de ellos.
Por: Dr. Jorge Rodríguez | Fuente: www.EducarEsAmar.mx.gs
Este es el tema central de nuestra discusión,
por eso es que la Eucaristía es llamada el Sacramento de nuestra fe. Nosotros
los católicos aceptamos, siguiendo las palabras del mismo Jesús, que durante la
Misa bajo las especies de pan y de vino, tras la consagración por el sacerdote,
se hace presente, realmente, Jesucristo: en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Para los judíos hablar del cuerpo y sangre de alguien, significaba hablar de la
totalidad de la persona. Por eso, Jesús, cuando instituye este sacramento,
dice: ‘Esto es mi cuerpo… Esta es mi sangre’. En otras palabras nos está
diciendo que en el pan y el vino consagrados, se encuentra la plenitud de su
persona. Como Jesús es Dios y Hombre verdadero, entonces, se halla presente el
Cuerpo, la Sangre, el Alma y Divinidad de Nuestro Señor.
Veamos que ya en el Antiguo Testamento, se consideraba que era necesario el derramamiento de sangre de la víctima ofrecida a Dios en reparación de los pecados:
Veamos que ya en el Antiguo Testamento, se consideraba que era necesario el derramamiento de sangre de la víctima ofrecida a Dios en reparación de los pecados:
Lv 5.9 Rociará con su sangre la pared del altar
y derramará el resto de la sangre al pie del altar: es un sacrificio por el
pecado.
Lv 17.11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma.
Hb 9.22 Según la Ley, la purificación de todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado.
Lv 17.11 Porque el alma de todo ser viviente está en su sangre, y yo les di la sangre para que la lleven al altar para el rescate de sus almas, pues esta sangre paga la deuda del alma.
Hb 9.22 Según la Ley, la purificación de todo se ha de hacer con sangre, y sin derramamiento de sangre no se quita el pecado.
Jesús es el nuevo cordero, el Cordero de la
Nueva Alianza, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo, como repite
la Iglesia continuamente en todas las Misas que se celebran a lo largo del
mundo: ‘Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Dichosos los
invitados a esta cena’:
Jn 1.36 Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y
dijo: ‘Ese es el Cordero de Dios’.
Cuando Jesús instaura la Eucaristía, no habla en
sentido figurado o simbólico, como dicen equivocadamente nuestros hermanos
protestantes. El lenguaje usado por Cristo durante la Última Cena no puede ser más evidente. Jesús dice: ‘Esto ES mi
cuerpo… Esta ES mi sangre’ y no ‘Esto REPRESENTA …’. Nuestro Señor habla con
claridad, sin dejar lugar a dudas:
Mt 26.26-28 Jesús tomó pan, … lo partió y lo dio
a sus discípulos, diciendo: ‘Tomen y coman; esto es mi cuerpo’. Después tomó
una copa, … y se la pasó diciendo: ‘Beban todos de ella: esto es mi sangre, la
sangre de la Alianza que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de
sus pecados’.
Mc 14.22,24 Se lo dio diciendo: ‘Tomen, esto es mi cuerpo’ … Y les dijo: Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre’.
Lc 22.19-20 ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por Uds.’ … Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes’.
1 Cor 11.23-25 El Señor Jesús, … , tomó pan y, … , lo partió diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía’ … Tomando la copa, … dijo: ‘Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía’.
Mc 14.22,24 Se lo dio diciendo: ‘Tomen, esto es mi cuerpo’ … Y les dijo: Esto es mi sangre, la sangre de la Alianza, que será derramada por una muchedumbre’.
Lc 22.19-20 ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por Uds.’ … Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes’.
1 Cor 11.23-25 El Señor Jesús, … , tomó pan y, … , lo partió diciendo: ‘Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía’ … Tomando la copa, … dijo: ‘Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía’.
Y para reafirmar lo citado con anterioridad,
Jesús dice también que su cuerpo es VERDADERA COMIDA y su sangre, VERDADERA
BEBIDA. Nos aclara que no habla con simbolismos, sino que efectivamente el
Cuerpo y Sangre que nos dará será realmente para ser comido y bebido, como
creemos en la Iglesia Católica. Para nosotros, la Eucaristía es la presencia
real de Cristo y no un mero símbolo, como creen los que están fuera de nuestra
Iglesia.
Jn 6.53 -54 Jesús les dijo: ‘En verdad les digo
que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen
vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y
yo lo resucitaré en el último día’.
Jn 6.55-56 Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Jn 6.55-56 Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Es cierto que esto resulta difícil de entender
para algunos, como Jesús mismo ya nos lo dice. Al igual que en el desierto, los
israelitas dudaban de que Dios podría darles a comer carne, así también cuando
vino Cristo, los judíos cuestionaban el cómo les podría dar a comer de su
carne:
Nm 11.4 Los mismos israelitas se pusieron a
quejarse. Decían: ‘¿Quién nos dará carne para comer?’
Nm 11.18 Santifíquense para mañana, comerán carne … Pues Uds. dijeron: ¿Quién nos dará carne para comer? … Yavé les dará carne y la comerán.
Jn 6.52 Los judíos discutían entre sí: ‘¿Cómo puede éste darnos a comer carne?’
Nm 11.18 Santifíquense para mañana, comerán carne … Pues Uds. dijeron: ¿Quién nos dará carne para comer? … Yavé les dará carne y la comerán.
Jn 6.52 Los judíos discutían entre sí: ‘¿Cómo puede éste darnos a comer carne?’
Desde el principio, la Iglesia se reunía a
celebrar la Eucaristía, entonces conocida como Fracción del Pan. Lo hacían el
primer día de la semana; es decir, el domingo. Tal y como lo sigue haciendo la
Iglesia Católica todos los domingos del año.
Hch 2.42 Acudían asiduamente a la enseñanza de
los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a las oraciones.
Hch 20.7 El primer día de la semana estábamos reunidos para la fracción del pan.
Hch 20.7 El primer día de la semana estábamos reunidos para la fracción del pan.
Lo que se repite en la Misa, durante la
celebración de la Eucaristía tiene su origen en la Palabra de Dios, como
podemos ver a continuación. En la Misa se dice: ‘Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección. Ven, Señor Jesús’. Esta aclamación se basa en el
siguiente texto:
1 Cor 11.26 Fíjense bien: cada vez que comen
este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que
vuelva.
Previa a la Comunión, es necesario haber
confesado ante el sacerdote todos los pecados mortales, de lo contrario el
pecado que uno comete es de suma gravedad, como nos dicen los siguientes textos
bíblicos:
1 Cor 11.27 El que come el pan o bebe la copa
del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.
1 Cor 11.29 El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo.
1 Cor 11.29 El que come y bebe indignamente, come y bebe su propia condenación por no reconocer el cuerpo.
Para terminar, veamos algunos textos más que
refuerzan lo que la Eucaristía significa para nuestra Iglesia Católica
- 1 Cor 10.16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es
comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión
con el cuerpo de Cristo?.
- Jn 6.35,41 Jesús les dijo: ‘Yo soy el pan de vida’ … Los
judíos murmuraban porque Jesús había dicho: ‘Yo soy el pan que ha bajado
del cielo’
- Jn 6.48 ,50 Yo soy el pan de vida. Aquí tienen el pan
que baja del cielo, para que lo coman y ya no mueran.
- Jn 6.51 Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El
que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne.
- Jn 6.58 Este es el pan que ha bajado del cielo … El que
coma este pan vivirá para siempre.
ORACIÓN DE LA FE
Yo creo, Señor; en Ti que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades que cree y espera mi Santa Madre la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia, fe en la que quiero vivir y luchar fe en la que quiero morir.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades que cree y espera mi Santa Madre la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia, fe en la que quiero vivir y luchar fe en la que quiero morir.
Artículo cortesía de www.EducarEsAmar.mx.gs
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