viernes, 8 de julio de 2016

MISA DE CARA AL PUEBLO O DE ESPALDAS AL PUEBLO I


Se ha suscitado en los últimos días la cuestión de la celebración de la misa de cara a la gente o de espaldas a ella. Permítaseme dar mi opinión, pero no como un artículo plenamente fundamentado, sino como mera opinión.

Antes debo hacer un preámbulo. Previamente al año 2000, yo defendía ante algunos sacerdotes de mi diócesis, en una comida, que sería mejor que los dos modos de celebrar fueran posibles en la actual liturgia, ya que cada uno tenía su simbolismo y valor. Recuerdo muy bien la cara que me puso un sacerdote muy ortodoxo y piadoso, ahora profesor en San Dámaso. Una cara como de que había que tener mucha paciencia conmigo porque yo no entendía ni las cosas más básicas.

Otra cosa que, antes de dar mi opinión, es conveniente saber es que en mis parroquias y capillas siempre he celebrado la misa en latín al menos una vez al mes. Sea dicho de paso, incluso en la capilla del hospital hoy y ayer celebré en latín y de espaldas al pueblo.

Así que mi opinión no es la de un progresista que odia la tradición. Pero yo que siempre he defendido que reviviera la posibilidad de celebrar la misa de espaldas al pueblo, tampoco deseo que sólo se celebre de esa manera. La misa celebrada cara al pueblo refuerza la idea de cena, de banquete, de mesa de la que todos participamos. La misa celebrada de espaldas al pueblo refuerza el aspecto sacrificial, el aspecto visual de imaginar que todos oramos en la misma dirección hacia el Padre.

Como se ve, los dos modos son lícitos, cada uno tiene sus ventajas. Yo creo que lo mejor es que las cosas sigan como están ahora: que se pueda celebrar de un modo de otro. Pero no que un modo se imponga sobre el otro.

Lo mismo vale para el latín. También el uso del latín tiene su simbolismo y belleza, la sensación de estar inmerso en una tradición ininterrumpida. Pero no me gustaría que las misas sólo se celebraran en latín o sólo en lengua vernácula.

A mí me gusta mucho concelebrar, pero también me gusta que se respete el derecho a celebrar la misa uno solo sin pueblo si ese día otro sacerdote ha venido a celebrar la misa en mi parroquia o en mi capilla. He ido con gran alegría a las concelebraciones catedralicias, he concelebrado en mis parroquias con otro sacerdote con mucho gusto y también he celebrado completamente a solas con una persona o dos asistiendo a mi misa sin pueblo. Todas esas formas me gustan. No me gustaría que sólo se impusiera una sola de ellas.

Incluso me gusta que haya rito ordinario y rito extraordinario. Hasta los ritos orientales y occidentales de la misa católica son una riqueza a la que me gusta asistir.

Mi opinión por tanto es enriquecer, aceptar todos los estilos y posibilidades, no la de eliminar opciones lícitas. Yo creo que la visión de un Dios comprensivo, bondadoso, amante de la libertad, se concreta en un modo multiforme de entender la liturgia.

P. FORTEA

No hay comentarios:

Publicar un comentario