jueves, 23 de junio de 2016

AL CORAZÓN HAY QUE TENERLO CONTROLADO DE CAPRICHOS, DICE CARDENAL A RELIGIOSAS


LIMA, 20 Jun. 16 / 05:36 pm (ACI).- El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, alentó a las religiosas que sirven en la capital del país a no ser “cobardes” y enfrentar la difícil realidad actual sostenidas por Cristo.
 
En la presentación de su carta pastoral “Al encuentro con Cristo”, el Cardenal Cipriani dijo que “no hay que huir, hay que enfrentar, y para enfrentar iniciamos un proceso. (…) No seamos cobardes, sí podemos con Cristo, en Cristo, por Cristo. Nosotros, nada; la ola viene fuerte, sí; la degradación es muy grande, sí; los problemas sociales son inmensos, sí; las discusiones son tremendas, sí; tenemos poca gente, sí; pero está Cristo”.
 
La carta pastoral que presentó el Purpurado es uno de los primeros frutos de las reflexiones del XX Sínodo Arquidiocesano de Lima, un tiempo de meditación de los católicos ante los retos pastorales que enfrenta hoy la Iglesia en la capital del Perú.
 
La nota del Arzobispado de Lima señala además que el Cardenal explicó a las religiosas que al corazón hay que tenerlo controlado de sus caprichos y darle de comer cosas buenas; que se enamore de Jesús, que se enamore del apostolado”.
 
El Purpurado exhortó a involucrarse y servir a los enfermos, a los niños, a los divorciados, a las personas que pasan por un mal momento y alentó a que “el corazón se llene de cosas buenas, porque si no, el corazón se queja; y un corazón que empieza a tener hambre porque no le das nada, busca cosas indebidas”.

“Hay que educar al corazón, para decir ‘no’ y para decir ‘sí’, y para educarlo hay que tener una buena dirección espiritual”, resaltó.
 
El Arzobispo también pidió a las religiosas que “en el colegio donde estén pónganse como tutoras, a recibir a estas chicas que quieren contarte su vida, a esos padres de familia que quieren desahogar sus problemas”.
 
Privilegien el tiempo de oración, el tiempo de apostolado, el tiempo de estar con la gente. (…) Se nos ha metido mucho el activismo manual, administrativo, y hemos perdido salir un poco a escuchar, a estar, a rezar, a acompañar, a visitar”, continuó.
 
“Si viven en un ambiente donde hay hospitales o clínicas, no se puede morir la gente sin el consuelo de la presencia de una religiosa, sin el consuelo de la cercanía de Dios. Visiten y lleven una palabra de aliento, a cualquier hora del día; hay que hacerlo”, concluyó.

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