REDACCIÓN CENTRAL, 14 Jun. 16 / 04:09 pm (ACI).-
Recientemente se estrenó El Conjuro 2, uno de los filmes de terror más
esperados del año, que se basa en un polémico caso real de actividad paranormal
en una casa del distrito de Enfield en Londres, Inglaterra, a finales de los
años '70s.
La película intenta repetir el éxito de taquilla de su primera parte
"El Conjuro" (2013) y vuelve a presentar a los actores Vera Farmiga y
Patrick Wilson, como Lorraine y Ed Warren, una pareja de esposos investigadores
católicos que esta vez tratan de ayudar a una madre soltera que vive con sus 4
hijos en una casa infestada por demonios.
La película es nuevamente dirigida por James Wan y se inspira en
archivos de casos investigados por los Warren.
La campaña publicitaria sobre la película se esfuerza en presentarla
como casi histórica y ha causado mucha expectativa entre el público joven por
recurrir a la fe.
Compartimos tres claves para evitar confusiones
sobre este filme:
1. El filme
contiene elementos ficticios y reales
Si bien hay partes de la película que son reales, es importante tener
cuidado. Desde Hollywood se suele generar sensacionalismo en torno a historias
de este tipo y con frecuencia los malos espíritus o demonios son caracterizados
como "fascinantes" o “geniales”, esto lleva a muchos a olvidar que lo
oculto también puede ser peligroso.
Los casos de posesión demoníaca son inusuales pero cuando ocurren
requieren un exorcismo formal que solo puede ser realizado por un obispo o
sacerdote autorizado. Los laicos no pueden realizar exorcismos en la Iglesia Católica.
Si bien los casos de posesión son poco frecuentes, los exorcismos no
suelen realizarse de forma instantánea como se muestra en la película. Por lo
general, el exorcismo es un proceso largo que implica que el poseído ore y
ayune.
Para evitar posesiones, los católicos deben acudir constantemente a los sacramentos, orar
regularmente y permanecer unidos a Dios.
Un dato curioso es que durante la filmación de la primera cinta, los
cineastas aseguran haber vivido hechos extraños y decidieron acudir a un
sacerdote amigo de uno de los investigadores para que bendiga al elenco y las
locaciones.
2. No es una
película cristiana pero plantea una batalla existencial entre el bien y el mal
Si algo se puede rescatar del filme es que debido a la popularidad del
género de terror, “El Conjuro 2” es una oportunidad para hablar sobre la
realidad del bien y del mal, de la fe y de Dios.
Según el crítico de cine
Carl Kozlowski, “la capacidad de estas películas para llegar a un público de
terror que normalmente se abstiene de todo lo religioso la hace una de las
películas más valiosas de Hollywood en estos días”.
En una columna de opinión publicada en Catholic News Agency, Kozlowski
considera que "más allá del factor de impacto habitual en este tipo de
películas de posesión demoníaca", los realizadores "plantearon una
batalla existencial centrada alrededor del bien contra el mal”.
“La idea detrás de todo esto es que cuando la gente buena no hace nada,
Satanás prevalece. Para Ed y Lorraine la fe era su arma”, añadió.
Chad Hayes, uno de los guionistas, explicó que las dos partes del filme
“no son directamente películas cristianas, sino que es la fe la que está
integrada en ellas".
3. Los
investigadores eran católicos devotos pero solo tenían aprobación eclesial para
investigar
Ed Warren falleció en 2006 y su viuda Lorraine es quien asesoró a los
realizadores de El Conjuro. Los Warren se dedicaron por muchos años a analizar
actividades demoníacas o posesiones. No realizaban exorcismos.
Los Warren eran de los pocos laicos autorizados oficialmente por la
Iglesia para realizar la investigación y los informes de este tipo de
fenómenos. En 1985, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger
como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmó una carta en
la que se prohibió explícitamente que los laicos practiquen exorcismos y se
reservó este rito a sacerdotes y obispos.
En la vida real, los Warren
aseguran que animaron al clero y a seminaristas para que tomen en serio los
supuestos casos de familias afectadas por actividad demoníaca. También
alentaron la oración por las personas que sufren estos ataques.
Los Warren utilizaban la tecnología para identificar y documentar sus
experiencias, pero en última instancia dicen que se basaron en la fe y la
oración para hacer frente a las fuerzas del mal.
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