Hace poco recibí la
siguiente consulta.
Apreciado Padre
Fortea:
Mi nombre es X, soy sacerdote
diocesano, con X años de ministerio. Soy de El Salvador, Centroamérica, estoy
de párroco en un pueblo con una tradición indígena muy grande. Durante este
tiempo se ha desarrollado una labor pastoral por parte de la Renovación Carismática.
Se ha hecho mucho bien, aunque siempre hay mucho que hacer. En este pueblo,
llamado X, abundan en muchas gentes las creencias en maleficios y magia blanca,
que mucha gente piensa es para curar enfermedades o males.
Me ha tocado iluminar con ayuda
de sus ponencias estas realidades. Sin embargo, mi duda es sobre si el diablo o
un maleficio puede entrar por las comidas. Ya que a veces cuando la gente
realiza celebraciones, rezos o velaciones se acostumbra dar comidas y algunos
lo que hacen es botar ese plato. Yo les digo que eso es un acto malo por la
falta de cortesía, pero en realidad siempre tengo esa duda: ¿si el demonio o la influencia del mal podría entrar en
una persona por la comida?
Espero no incomodar con este
mail, pero en mi diócesis no hay un exorcista o un hermano en el ministerio que
tenga una respuesta a mi pregunta.
Que el Señor bendiga su
Ministerio.
Estimado hermano:
Trataré de darte mi humilde
opinión.
-El asunto se planteó en la
comunidad de Corinto (véase I Cor 8 y 10) y mi pequeña explicación en Un Dios
Misterioso (pg 52-54). La conclusión es que San Pablo enseña que se puede comer
sin preocuparse: Si un
infiel os invita y vosotros aceptáis, comed todo lo que os presente sin
plantearos cuestiones de conciencia (I Cor 10, 27).
Y expresamente habla, justo
antes, de la comida ofrecida a los ídolos que él dice que es comida ofrecida a
los demonios.
-¿Significa esto que los
maleficios no tienen efecto? Para que un maleficio tenga algún efecto, tiene
que permitirlo Dios. Los servidores del Mal pueden hacer cien maleficios o mil.
Ni uno tendrá efecto si Dios no lo permite para nuestra santificación.
-Yo creo que los maleficios ni
siempre tienen efecto, ni nunca, sino sólo a veces. Cuando Dios quiere permitir
un mal para nuestro bien.
-¿Cómo protegerse? Lo que protege
es la cercanía a Dios, es decir, la vida espiritual: misa, rosario, lectura de
la Sagrada Escritura, adoración al Santísimo Sacramento, etc.
-¿Son buenas las oraciones de
protección contra el demonio? Es bueno y beneficioso orar a Dios, a la Virgen,
a los ángeles y a los santos para que nos protejan contra los ataques de los
demonios. Da lo mismo que la oración sea una fórmula hecha o una oración
improvisada. Úsense las medallas que más devoción den. Pero una medalla basta.
El número no aumenta la protección.
Si tienes alguna duda más sobre
este punto, dímelo. Esta respuesta la publicaré en mi blog, porque es mucha la
gente que está muy preocupada por este tema. Yo como de todo sin ningún temor:
Dios es mi padre y me protege.
Otra cosa distinta es que alguien
sin protección de Dios coma algo maléfico y Dios permita que le suceda un mal
demoniaco para así forzar a que esa persona (tras un largo calvario) vaya a un
exorcista y así cambie de vida y se acerque a la vida espiritual. Eso ha
sucedido en el pasado, sí. Pero eso no debe provocar ya el miedo en toda la
población.
Un cordial saludo.
PADRE FORTEA
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