jueves, 14 de abril de 2016

TRES CONCLUSIONES


"Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre, que me ha enviado; y yo lo resucitaré el día último. En los libros de los profetas se dice: ‘Dios instruirá a todos.’ Así que todos los que escuchan al Padre y aprenden de él vienen a mí.

No es que alguien haya visto al Padre. El único que ha visto al Padre es el que ha venido de Dios. Os aseguro que quien cree tiene vida eterna. Yo soy el pan que da vida. Vuestros antepasados comieron el maná en el desierto, y sin embargo murieron; pero yo hablo del pan que baja del cielo para que quien coma de él no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi propio cuerpo. Lo daré por la vida del mundo."

Hoy se acaba este discurso de Jesús, que nos presenta el evangelio de Juan. Y lo acaba dándonos las tres ideas clave de estas palabras:

. El Padre nos amó primero. No somos nosotros los que nos dirigimos al Padre, si no que es Él quien viene a nosotros.

. A Dios nadie lo ha visto. Es decir, por nosotros mismos no podemos conocer a Dios. Está por encima de nuestros razonamientos. Esto hace que podamos tener "imágenes" de Dios completamente falsas. Y muchos de los que se declaran ateos, lo son ante esas falsas "imágenes" de Dios.

. Jesús es el que nos da a conocer al Padre. Y no lo hace con ideas, si no con su propia vida. Con su cuerpo, que es el pan que nos alimenta. Es su vida la que nos señala cómo es Dios. Y la Eucaristía es precisamente, hacerse uno con Jesús, asimilar su cuerpo, hacer nuestra su vida.

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