Dios Misericordioso, fuente y origen
de nuestra salvación, Te pedimos, por la Preciosísima Sangre de Tu Amadísimo y
Divino Hijo que, mientras dure nuestra vida aquí en la tierra, Te alabemos
constantemente y podamos así participar un día en la alabanza eterna en el
Cielo. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario