viernes, 22 de abril de 2016

FUNCIONES DE LOS ÁNGELES


 
"Todos estos espíritus (Ángeles) no son más que servidores y los manda Dios para bien de los que recibirán de El la salvación" (Hb.1, 14). Son encargados de Sus órdenes, atentos a la voz de Su palabra" (cfr. Sal.103, 20-21).
  • Es decir: los Ángeles sirven a Dios y pueden -si Dios así lo dispone- servir a los seres humanos para los designios salvíficos que Él tenga para nosotros (cfr. CIC 350). Este concepto de que los Ángeles están al servicio de Dios y -sólo si Dios lo desea- pueden estar al servicio de los seres humanos y para fines tendientes a nuestra salvación, es de suma importancia para entender mejor la verdadera función de los Ángeles.
  • Glorifican a Dios sin cesar. Los Ángeles "contemplan sin cesar la cara de Mi Padre que está en los Cielos" (Mt.18, 10).
  • Ayudan a la Iglesia en su conjunto durante su peregrinar terrestre y protegen a cada ser humano en particular. (cfr. CIC 352).
  • El nombre genérico de "Ángel" no revela su verdadera naturaleza y funciones, salvo el hecho de que ocasionalmente - sólo a veces- pueden ser enviados como mensajeros de Dios a los hombres. El oficio de mensajero no es ni el más importante, ni el más frecuente entre las funciones de estos espíritus de la Corte Celestial (cfr. P. Pascal Parente en "Beyond Space").
  • Pertenecen a la Corte de Dios, al Ejército de Dios, y asisten a Dios en el gobierno del mundo. (cfr. "The Catholic Encyclopedia", Broderick, 1986).
  • Según el Catecismo de la Iglesia Católica, desde la creación (cf. Job38, 7 donde los Ángeles son llamados 'hijos de Dios') y a lo largo de toda la historia de la salvación, los Ángeles anuncian de lejos o de cerca esa salvación y sirven al designio divino de su realización.
Y continúa el Catecismo con la mejor ilustración sobre la variedad de las funciones de los Ángeles, extraídas de varios pasajes de la Sagrada Escritura en que aparece la acción de algún Ángel (cfr.332 y 333):
Cierran el Paraíso Terrenal (Gn.3, 24); protegen a Lot (Gn.19); salvan a Agar y a su hijo (Gn.21, 17); detienen la mano de Abraham (Gn.22, 11); la ley es comunicada por su ministerio (Hch.7, 53); conducen al pueblo de Dios (Ex.23, 20-23); anuncian nacimientos (Jc.13) y vocaciones (Jc.6, 11-24; Is.6, 6); asisten a los Profetas (1 R.19, 5). Finalmente, el Ángel Gabriel anuncia el nacimiento de San Juan Bautista, el Precursor, y el de Jesús (Lc.1, 11-26).
De la Encarnación a la Ascensión, la vida de Verbo Encarnado está rodeada de la adoración y el servicio de los Ángeles: cuando Dios introduce a Su Primogénito en el mundo, dice "Adórenle todos los Ángeles de Dios" (Hb.1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a Dios..." (Lc.2, 14). Protegen la infancia de Jesús (Mt.1, 20; 2, 13-19); sirven a Jesús en el desierto (Mc.1, 12;Mt.4, 11); lo reconfortan en la agonía (Lc.22, 43) ... Son también Ángeles quienes "evangelizan" anunciando la Buena Nueva de la Redención (Lc.2, 8-14) y de la Resurrección de Cristo (Mc.16, 5-7).
"Con ocasión de la Segunda Venida de Cristo, anunciada por los Ángeles (cf. Hech. 1, 10-11), éstos estarán presentes al servicio del Juicio del Señor (cf.Mt. 13, 41; 25, 31; Lc. 12, 8-9)" (CIC #333).
Concluye el Nuevo Catecismo con varias citas de los Hechos de los Apóstoles en las cuales aparece algún Ángel actuando en favor de los discípulos (cf. Hch. 5, 18-20; 8, 26-29; 12, 6-11; 27, 23-25), y cierra el recuento con la siguiente afirmación:
"De aquí que toda la vida de la Iglesia se beneficie de la ayuda misteriosa y poderosa de los Ángeles" (CIC#334).

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