Fue
prohibida en el siglo XIX, si bien Juan Pablo II habla del corazón del santo en
dos exhortaciones apostólicas
Tener alguna devoción equivale a tributar un culto; por tanto, hablar
concretamente de la devoción al corazón de San José equivaldría a hablar de
culto al corazón de San José.
El culto a San José en Occidente sólo surge en el segundo milenio, y
viene a ser afirmado por la Iglesia sólo en la segunda mitad del siglo XIX;
pero hay que tener en cuenta que una cosa es el culto al santo y otra muy
diferente el culto a su corazón.
Pero habría que preguntarnos, ¿es lícito
tributar el culto al corazón de San José?
Hay muy poca documentación al respecto. De momento, se tiene noticia que
esta devoción fue prohibida en el siglo
XIX por el Papa Gregorio XVI, aunque no está clara la base para dicha
prohibición pues no se ha hallado o publicado oficialmente el texto original.
La posible explicación es que el corazón, bíblicamente hablando, es el
centro de las emociones, de los sentimientos del hombre; por esto el corazón,
muchísimas veces mencionado en la biblia, tiene una suprema importancia. Y como
el corazón reacciona antes las emociones humanas es por esto que puede
considerarse como el centro de la sensibilidad; tanto que es considerado parte
del alma. Y en teología el corazón es la categoría divina del amor.
La palabra corazón hace referencia a la unidad y al centro más íntimo de
la persona, al núcleo desde donde emergen las decisiones, y al amor como
realidad última del hombre y como experiencia de Dios.
Como núcleo, desde donde emergen las decisiones, el corazón es
configurador de los comportamientos de la persona; es por esto que sólo los
seres humanos tienen corazón (a diferencia de los animales tienen un músculo
cardíaco).
Rendir pues culto al corazón de San José implica pues dar culto a todo
lo anterior, lo que, de momento, no es posible; es decir dar culto al corazón de San José equivaldría
a equiparar su corazón (de hombre) con el corazón de Dios; cosa que no
pasa con el sagrado corazón de Jesús (porque Jesús es Dios, y su corazón
participa del Corazón divino) ni con el corazón inmaculado de María (ella, al
ser la llena de gracia, estaba llena de Dios).
Dios Padre ha preparado el corazón de María para ser digna morada de su
Hijo; de ésta manera el corazón de María participa también del corazón de Dios.
María concibió primero en su ‘corazón’ y
después en su útero. La presencia trinitaria se encuentra ya en María antes de
la concepción, y estará en ella en y durante la misma por su corazón.
Y a pesar de que el Papa Juan Pablo II, en sus exhortaciones apostólicas
Redemptoris Custos, y Familiaris Consortio (nº 86), hizo muchas
referencias al Corazón de San José (incluso citando a Pío XII Y Pablo VI), no es suficiente para dar luz verde a la
devoción o culto al corazón de San José.
Por otra parte tampoco se puede afirmar que la puerta que apruebe
públicamente ésta devoción esté definitivamente cerrada a cal y canto.
Recordemos que las devociones, por ejemplo, al Sacratísimo Corazón de Jesús y a
la Divina Misericordia entre otras también fueron prohibidas en su momento,
aunque fueron prohibiciones transitorias; igual podría pasar con el culto al
corazón de San José.
Foros de la Virgen María
No hay comentarios:
Publicar un comentario