Éramos pocos y parió la abuela.
Por si no fueran escasos los asuntos más o menos escandalosos, o por lo menos
ruidosos, en los que se encuentra inmersa la Iglesia en los tiempos convulsos
que corren, aparece ahora en el diario norteamericano “Los Angeles Times” esta
noticia que traduzco literalmente para Vds. y que, apúntenla bien, porque
promete traer cola. Dice lo siguiente:
“A juicio el caso de la enferma que vendió su supuesta curación milagrosa para conseguir una canonización [“In court the case of the sick who sold his alleged miracolous cure for canonization”].
Todo empezaba cuando el pasado año 2013, la metodista convertida al catolicismo Mirah Klefalse recuperaba la movilidad de las piernas después de un gravísimo accidente de tráfico que la había dejado parapléjica. Lo más llamativo del tema es que, como han demostrado los exhaustivos análisis realizados, la lesión medular que había imposibilitado la movilidad de sus extremidades inferiores persistía, y por lo tanto, no existía razón para que Mirah pudiera volver a andar.
“A juicio el caso de la enferma que vendió su supuesta curación milagrosa para conseguir una canonización [“In court the case of the sick who sold his alleged miracolous cure for canonization”].
Todo empezaba cuando el pasado año 2013, la metodista convertida al catolicismo Mirah Klefalse recuperaba la movilidad de las piernas después de un gravísimo accidente de tráfico que la había dejado parapléjica. Lo más llamativo del tema es que, como han demostrado los exhaustivos análisis realizados, la lesión medular que había imposibilitado la movilidad de sus extremidades inferiores persistía, y por lo tanto, no existía razón para que Mirah pudiera volver a andar.
Ni corta
ni perezosa, la Sra. Klefalse se decidió a sacar rentabilidad a su buena
suerte, para lo que urdió una ingeniosa estratagema. Se informó de todos los
procesos de canonización que la Iglesia Católica llevaba a cabo en el país
centrando su atención en el que tenía por protagonista al niño mohicano
Apanplitas Pumakai (Puma Adormecido), que al convertirse toma en el bautismo el
nombre de Miguelito de Texas, beatificado en 1996.
Percatada del gran interés que la causa suscitaba en el pueblecito de Codo Herido del que el mohicanito era originario, Mirah entró en contacto con el postulador de la causa, el Rev. Kirk Bogart, al que ofreció el milagro de su curación para facilitar la canonización del indio a cambio de la suculenta suma de doscientos cincuenta mil dólares.
Al parecer, el Rev. Bogart no tomó la propuesta en serio, pero al comentar el caso en la reunión de arciprestes de la diócesis, el arzobispo de la misma, Mons. Humphrey Douglas, pensando según ha declarado “en las posibilidades que la canonización podría reportar a la re-evangelización de la zona” pero movido, según ha trascendido, por otros intereses menos confesables, entró “en negociaciones” con la atractiva Sra. Klefalse, que al parecer le habría terminado vendiendo “su” milagrito por una cantidad próxima a los cien mil dólares y “otros favores”.
No termina ahí el caso, porque revisada la causa del beato Miguelito, sale a la luz ahora que el primer milagro, aquél que sirviera para beatificarlo en 1996, un supuesto ciego de Conneticut capaz de leer, tampoco era tal, pues el sujeto en cuestión leer leía, pero dioptrías, lo que se dice dioptrías, no tenía ni media.
Mientras el obispo se enfrenta estos días a los tribunales norteamericanos por el delito de fraude [la noticia habla de “Fraud and related activity in connection with identification documents, authentication features, and information” del art. 1028 del Código Penal norteamericano], la Congregación para la Causa de los Santos reabre en Roma el caso del beato Miguelito, y todo ello mientras trasciende que podría haber otros santos norteamericanos implicados en el escándalo, no faltando quien hable del mismísimo Fray Junípero Serra (pinche aquí para conocerlo todo sobre su canonización), recientemente canonizado por el Papa Francisco en los Estados Unidos”.
Y bien amigos, una vez más y sobre todo tal día como hoy, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.
Percatada del gran interés que la causa suscitaba en el pueblecito de Codo Herido del que el mohicanito era originario, Mirah entró en contacto con el postulador de la causa, el Rev. Kirk Bogart, al que ofreció el milagro de su curación para facilitar la canonización del indio a cambio de la suculenta suma de doscientos cincuenta mil dólares.
Al parecer, el Rev. Bogart no tomó la propuesta en serio, pero al comentar el caso en la reunión de arciprestes de la diócesis, el arzobispo de la misma, Mons. Humphrey Douglas, pensando según ha declarado “en las posibilidades que la canonización podría reportar a la re-evangelización de la zona” pero movido, según ha trascendido, por otros intereses menos confesables, entró “en negociaciones” con la atractiva Sra. Klefalse, que al parecer le habría terminado vendiendo “su” milagrito por una cantidad próxima a los cien mil dólares y “otros favores”.
No termina ahí el caso, porque revisada la causa del beato Miguelito, sale a la luz ahora que el primer milagro, aquél que sirviera para beatificarlo en 1996, un supuesto ciego de Conneticut capaz de leer, tampoco era tal, pues el sujeto en cuestión leer leía, pero dioptrías, lo que se dice dioptrías, no tenía ni media.
Mientras el obispo se enfrenta estos días a los tribunales norteamericanos por el delito de fraude [la noticia habla de “Fraud and related activity in connection with identification documents, authentication features, and information” del art. 1028 del Código Penal norteamericano], la Congregación para la Causa de los Santos reabre en Roma el caso del beato Miguelito, y todo ello mientras trasciende que podría haber otros santos norteamericanos implicados en el escándalo, no faltando quien hable del mismísimo Fray Junípero Serra (pinche aquí para conocerlo todo sobre su canonización), recientemente canonizado por el Papa Francisco en los Estados Unidos”.
Y bien amigos, una vez más y sobre todo tal día como hoy, que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos.
Luis
Antequera
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