MARIA VALTORTA: LA BATALLA
DE LOS ARCANGELES MIGUEL Y GABRIEL CONTRA LA BESTIA. LAS SIETE PLAGAS.
!!!DESCIFRA EL ENIGMA DE QUIEN ES "LA GRAN BABILONIA"!!!!
22 de agosto
Dice Jesús: «Te dije un día que el eterno envidioso trata de copiar a
Dios en todas las manifestaciones de Dios. Dios tiene sus arcángeles fieles.
Satanás tiene los suyos. Miguel: testigo de Dios, tiene un rival infernal; y
también lo tiene Gabriel: fuerza de Dios.
La primera bestia,
que sale del mar, que con voz de blasfemia hace proclamar a los engañados:
"¿Quién hay semejante a la bestia?", corresponde a Miguel. Vencida y
herida por éste en la batalla entre las tropas de Dios y las de Lucifer, al
principio del tiempo, curada por Satanás, odia a muerte a Miguel, y ama, si de
amor puede hablarse entre los demonios -es mejor decir: sumisión absoluta- a
Satanás.
Ministro fiel de
su rey maldito, usa la inteligencia para dañar a la estirpe del hombre,
criatura de Dios, y para servir a su amo. Usa fuerza sin fin y sin medida para
persuadir al hombre a borrar, por sí mismo, mi signo que horroriza a los
espíritus de las tinieblas. Quitado aquél, con el pecado que quita la gracia,
crisma luminoso sobre vuestro ser, la Bestia puede acercarse e inducir al
hombre a adorarle como si fuera un Dios y a servirle en el delito. Si el hombre
pensase a qué sujeción se dona desposándose con la culpa, no pecaría. Pero el
hombre no piensa. Mira el momento y la alegría del momento, y peor aún que Esaú
cambia la divina progenitura por un plato de lentejas.
Pero Satanás no
utiliza sólo a este violento seductor del hombre. Por cuanto el hombre
reflexione poco, en general, todavía hay demasiados hombres que, no por amor,
sino por temor del castigo, no quieren pecar gravemente.
Por eso he aquí el
otro ministro satánico, la segunda bestia. Bajo aspecto de cordero tiene
espíritu de dragón. Es la segunda manifestación de Satanás y corresponde a
Gabriel, porque anuncia a la Bestia y es su fuerza más fuerte: la que demole
sin consultar y persuade con dulzura fingida de que es justo seguir las huellas
de la Bestia.
Más tarde
Dice Jesús: «Las siete plagas últimas corresponden a los siete truenos no
descritos . Como siempre, son descripciones figurativas pero en las cuales no
está excluida totalmente la realidad. Te explico cuanto estimo oportuno que te
sea explicado de ellas .La primera es la úlcera.
Desde los tiempos
de Moisés castigué con enfermedades repugnantes a las criaturas que habían
cometido pecados imperdonables hacia Mí. María, hermana de Moisés, tuvo el
cuerpo cubierto de lepra por haber hablado mal de mi siervo Moisés. ¿Cómo no
debe suceder igual y todavía más a quienes hablan mal de su Dios?
La lepra, o la
úlcera que sea, se extiende cada vez más porque habéis extendido cada vez más
vuestros pecados contra Dios y contra la admirable obra de Dios que sois
vosotros. Cuando os revolcáis en la lujuria, ¿no creéis que cometéis un pecado
contra Dios? Pues sí que lo cometéis, porque profanáis vuestro cuerpo donde el
espíritu reside para acogerme a Mí, Espíritu Supremo. ¿Y hasta qué punto está
llegando la lujuria del hombre, cumplida con fría y consciente voluntad? Es
mejor no profundizar en este abismo de repugnante degradación humana.
Yo te digo que se
llamaban inmundos ciertos animales, pero que el hombre los ha superado ya y
todavía los superará más, y que si se pudiera crear un nuevo animal, obtenido
del cruce de los monos con las serpientes y con los cerdos, todavía sería menos
inmundo que ciertos hombres, los cuales tienen del hombre el aspecto, pero
tienen el interior más lúbrico y repugnante que el animal más sucio.
Como te he dicho,
la humanidad se divide cada vez más. La parte espiritual, exigua al máximo,
asciende. La parte carnal, numerosísima, desciende. Desciende a una profundidad
de vicio espantosa. Cuando llegue el tiempo de la ira, la humanidad habrá
alcanzado la perfección del vicio. ¿Y quieres que el hedor interno de sus almas
muertas no transpire al exterior y corrompa las carnes, adoradas más que a Mí y
usadas para todas las prostituciones?
Y como las úlceras
serán provocadas por vosotros, así llenaréis de sangre el mar y las aguas de
los ríos. Los estáis llenando ya con vuestras carnicerías, y los habitantes de
las aguas disminuyen, matados por vosotros, contribuyendo a vuestra hambre.
Habéis pisoteado tanto los dones que Dios os ha dado para vuestras necesidades
materiales, que tierra, cielo y aguas se están haciendo vuestros enemigos y os
niegan los frutos de la tierra y los habitantes de las aguas, de los ríos, de
los bosques, del aire.
Matad, matad si
queréis, pisotead la ley de amor y de perdón, esparced la sangre fraterna y
especialmente la sangre de los buenos, que perseguís justamente porque son
buenos. Pero tened cuidado no sea que un día Dios os obligue a saciar vuestra
hambre y vuestra sed con la sangre que habéis derramado, en oposición con mi
orden de paz y de amor. Rebeldes vosotros a las leyes que os he dado, rebeldes
hacia vosotros los astros y los planetas que hasta ahora os han donado la luz y
calor que necesitabais, obedeciendo, ellos, a las reglas que Yo he señalado por
bondad hacia vosotros.
Enfermedades
repugnantes como marca de vuestro vicio; sangre en las aguas como testimonio de
toda la sangre que habéis querido derramar, y entre ésta está la mía; fuego del
sol para haceros probar por adelantado las brasas eternas que esperan a los
malditos; tinieblas para advertiros de que las tinieblas esperan a quien odia
la Luz: todo esto para induciros a reflexionar y arrepentiros. Y no servirá.
Continuaréis precipitando. Continuaréis cumpliendo vuestras alianzas con el mal,
preparando el camino a los "reyes de Oriente", es decir, a los
ayudantes del Hijo del Mal.
Parece que sean
mis ángeles quienes traen las plagas. En realidad sois vosotros. Vosotros las
queréis y vosotros las tendréis. Hechos dragones y bestias vosotros mismos, por
haberos desposado con el Dragón y la Bestia, daréis a luz, de vuestro interior
corrompido, los seres inmundos: las doctrinas demoniacas absolutas que
realizando falsos prodigios seducirán a los poderosos y los arrastrarán a
batalla contra Dios. Estaréis tan pervertidos que tomaréis por prodigios
celestiales cuanto es creación infernal.
María, ahora te
cojo de la mano para conducirte al punto más oscuro del libro de Juan. Los
comentaristas del mismo han agotado su capacidad en muchas deducciones para
explicar a sí mismos y a las muchedumbres quien sea la "gran
Babilonia".
Con visión humana,
a la que las sacudidas producidas por acontecimientos deseados o por
acontecimientos sucedidos no es ajena, han dado el nombre de Babilonia a muchas
cosas. ¿Pero cómo no han pensado nunca que la "gran Babilonia" sea
toda la Tierra? ¡Sería un Dios Creador muy pequeño y limitado si sólo hubiera
creado la Tierra como mundo habitado!
Con un latido de
mi querer he suscitado mundos y mundos de la nada y los he proyectado, polvillo
luminoso, en la inmensidad del firmamento. La Tierra, de la que estáis tan
orgullosos y tan feroces, no es más que uno de los polvillos rotantes en el
infinito, y no el más grande. Pero ciertamente es el más corrompido. Vidas y
vidas pululan en los millones de mundos que son la alegría de vuestra mirada en
las noches serenas, y la perfección de Dios os aparecerá cuando podáis ver, con
la visión intelectual del espíritu unido nuevamente a Dios, las maravillas de
esos mundos. ¿No es acaso la Tierra la gran meretriz que ha fornicado con todas
las potencias de la tierra y del infierno, y los habitantes de la Tierra no se
han prostituido a sí mismos: cuerpos y almas, con tal de triunfar en el día de
la tierra? Sí que es así.
Los delitos de la
Tierra tienen todos los nombres de blasfemia, como los tiene la Bestia con la
que se han aliado la Tierra y sus habitantes con tal de triunfar. Los siete
pecados están como ornamento horrible sobre la cabeza de la Bestia que
transporta Tierra y terrestres a los pastos del Mal, y los diez cuernos, número
metafórico, están para demostrar las 'infinitas infamias cumplidas con tal de
obtener, a cualquier precio, cuanto quiere su feroz codicia. ¿Acaso no está la
Tierra empapada de la sangre de los mártires, ebria por este licor santo que
bebido por su boca sacrílega se ha transformado en filtro de embriaguez
maldita? La Bestia que la lleva: compendio y síntesis de todo el mal cumplido
desde Adán en adelante con tal de triunfar en el mundo y en la carpe, trae
detrás de sí a quienes, adorándola, se harán reyes de una hora y de un reino
maldito.
Sois reyes como
hijos de Dios, y es reino eterno. Pero os hacéis reyes de una hora y de un
reino maldito cuando adoráis a Satanás, el cual no puede daros más que un
efímero triunfo pagado a precio de una eternidad de horror.
La Bestia -dice
Juan- fue y no es. Así será al final del mundo. Fue, porque realmente ha
existido; no es porque Yo, Cristo, la habré vencido y sepultado porque,
entonces, ya no será necesaria para los triunfos del mundo. ¿No está la Tierra
sentada sobre las aguas de sus mares y no se ha servido de éstos para dañar?
¿De qué no se ha servido? Pueblos, naciones, razas, confines, intereses,
alimentos, expansiones, todo le ha servido para fornicar y cumplir desaforados
homicidios e iscarióticas traiciones.
Sus propios hijos,
nutridos por ella con sangre de pecado, cumplirán la venganza de Dios sobre
ella, destruyéndola, destruyéndose, llevando la suma de los delitos contra Dios
y contra el hombre al número perfecto que exige el retumbar de mi:
"¡Basta!". La sangre de los mártires y de los profetas hervirá en esa
hora, perfumando mi trono con agradable olor grato, y los terrones de la
tierra, que han recogido los gemidos de los asesinados por odio hacia Mí
recibiendo sus últimas sacudidas, lanzarán un gran grito hecho de todos esos
santos gemidos y temblarán de convulsión de angustia, sacudiendo las ciudades y
las casas de los hombres en las que se peca y mata, y llenando la bóveda de los
Cielos de voz que clama Justicia. Y habrá Justicia.
Yo vendré. Vendré
porque soy Fiel y Veraz. Vendré a dar Paz a los fieles y Juicio santo a los
vividos. Vendré con mi nombre cuyo sentido tan sólo es conocido por Mí y en
cuyas letras están los atributos principales de Dios de quien soy Parte y Todo.
Escribe: Jesús: Grandeza, Eternidad, Santidad, Unidad. Escribe: Cristo:
Caridad, Redención, Inmensidad, Sabiduría, Trinidad, Omnipotencia (de Dios
condensada en el nombre del Verbo humanado).
Y si te parece que
falte algún atributo, piensa que la Justicia está comprendida en la santidad,
porque quien es santo es justo, la Realeza en la grandeza" la Creación en
la omnipotencia. Por eso en mi nombre están proclamadas las alabanzas de Dios. Nombre
santo cuyo sonido aterra a los demonios. Nombre de Vida que das
Vida, Luz, Fuerza a quien te ama e invoca. Nombre que es corona sobre mi cabeza de vencedor de la Bestia y de su profeta que serán presos, clavados, sumergidos, sepultados en el fuego líquido y eterno cuya mordaz crueldad es inconcebible para el sentido humano.
Vida, Luz, Fuerza a quien te ama e invoca. Nombre que es corona sobre mi cabeza de vencedor de la Bestia y de su profeta que serán presos, clavados, sumergidos, sepultados en el fuego líquido y eterno cuya mordaz crueldad es inconcebible para el sentido humano.
Entonces será el
tiempo de mi Reino de la Tierra. Por ello habrá una tregua en los delitos
demoníacos para dar tiempo al hombre de volver a oír las voces de cielo.
Quitada de en medio la fuerza que desencadena el horror, descenderán como cascadas
de gracia, como ríos de aguas celestes, de las grandes corrientes espirituales,
para decir palabras de Luz. Pero del mismo modo que a lo largo de los siglos no
recogieron las Voces aisladas, comenzando por la del Verbo, que hablan de Bien,
los hombres estarán sordos, siempre sordos, menos los señalados por mi signo,
mis amigos dilectísimos atentos a seguirme, sordos a las voces de muchos
espíritus, a las voces semejantes al rumor de muchas aguas que cantarán el
cántico nuevo para guiar a los pueblos al encuentro con la Luz y sobre todo a
Mí: Palabra eterna.
Cuando se haya
cumplido la última tentativa, Satanás vendrá por última vez y encontrará
seguidores en los cuatro rincones de la tierra, y serán más numerosos que la
arena del mar.
¡Oh! ¡Cristo! ¡Oh!
¡Jesús que has muerto para salvar a los hombres! Sólo la paciencia de un Dios
puede haber esperado tanto, haber hecho tanto, y haber obtenido tan poco sin
retirar a los hombres su don y hacerles perecer mucho antes de la hora
señalada. Sólo mi Paciencia que es Amor podía esperaros, sabiendo que, como
arena que se filtra por una sutilísima criba, escasamente algún alma llegaría a
la gloria respecto de la masa que no sabe, que no quiere filtrarse a través de
la criba de la Ley, del Amor, del Sacrificio, para alcanzarme.
Pero en la hora de
la venida, cuando, como Dios, Rey y Juez, Yo venga para reunir a los elegidos y
maldecir a los réprobos, arrojándoles allí donde el Anticristo, la Bestia y
Satanás ya estarán para siempre, tras la suprema victoria de Jesucristo, Hijo
de Dios, Vencedor de la Muerte y del Mal, a estos elegidos que han sabido
permanecer "vivos" en la vida, vivos en el espíritu esperando nuestra
hora de triunfo, les daré la posesión de la morada celeste, les daré a Mí mismo
sin pausas y sin medida.
Aspira a esa hora,
María. Llámala y llámame con todas las fuerzas de tu espíritu. He aquí, ya
vengo cuando un alma me llama. Junto al Amado que vio desde la Tierra la gloria
del Cordero, Hijo de Dios, la gloria de su y de tu Jesús, di, con cada latido
de tu corazón: "Ven, Señor Jesús"».
Soy un trapo, un pobre
trapito. Sólo tengo el alma sumergida en la dulzura. Al dictarme, Jesús me hace
entender que cuando dice Tierra quiere decir mundo tomado no como globo de
polvo y de aguas, sino más bien, como unión de personas. No sé si lo sé
explicar bien. Cuando dice Tierra quiere decir, diré así: ente moral, y cuando
dice tierra quiere decir simplemente planeta compuesto de terrenos, de montes,
de aguas. Culpable la primera, inocente la segunda.
Por esto puede decir sin
contradecirse que la sangre de los mártires ha llegado a ser veneno para la
Tierra que la ha bebido (en sus habitantes) con ira sacrílega y la ha derramado
(en sus potencias estatales) con abuso blasfemo de poder temporal; mientras que
la tierra globo, rotante en el espacio del éter, ha bebido con respeto y
acogido con amor la sangre de los mártires y sus convulsiones agónicas, y las
presenta, la una y las otras, al Eterno, pidiendo, materna y piadosa, que no
hayan sido derramadas y sufridas en vano y que se haga justicia de ellas.
Estoy contenta de haber
recibido la explicación directa del Libro que me gusta tanto, pero humanamente
le aseguro que estoy deshecha. Me parece ser algo vacío, una cosa exprimida. No
tengo nada más dentro después de haber tenido tanto. En estos días, aplastada
bajo las grandes voces que escuchaba dentro, tenía una intolerancia hacia el
ruido humano, ¡y he tenido tanto a mi alrededor! He sufrido muchísimo, apresada
entre los obstáculos comunes de la vida y las exigencias sobrenaturales del
Maestro.
Bien. Ya está hecho. Y ahora
digo: "Un poco de descanso, si no la pobre
escritorzuela de Jesús termina rompiéndose como una máquina demasiado
usada". Ahora a usted para la copia. Pero, cuando me traiga el
fascículo, tráigame también este cuaderno. Me cuesta menos corregir si tengo
delante el manuscrito. Si no ¿cómo hago para recordar y añadir las palabras que
faltan? ¿Quién se acuerda? Después se lo devuelvo.
MARIA VALTORTA. CUADERNOS
DEL 43
Foros de la Virgen María
No hay comentarios:
Publicar un comentario