JESUS DESCRIBE A LA BEATA
MARIA VALTORTA LAS CARACTERISTICAS DEL ANTICRISTO, HABLA DE LOS PROFETAS ENOC Y
ELIAS, SU MUERTE POR EL ANTICRISTO Y POSTERIOR RESURRECCION. HABLA DEL ...AVISO
DE DIOS?... Y DICE QUE LA BATALLA SOBRENATURAL HA COMENZADO YA...
Están los precursores de
aquel que he dicho pueda llamarse: "Negación",
"Mal hecho carne", "Horror", "Sacrilegio",
"Hijo de Satanás", "Venganza", "Destrucción", y
podría continuar dándole nombres de indicación clara y pavorosa. Pero él no ha
llegado aún.
Será persona que estará muy
en alto, en lo alto como un astro. No un astro humano que brille en un cielo
humano. Sino un astro de una esfera sobrenatural, el cual, cediendo al halago
del Enemigo, conocerá la soberbia después de la humildad, el ateísmo después de
la fe, la lujuria después de la castidad, el hambre de oro después de la
evangélica pobreza, la sed de honores después de la ocultación. Será menos
espantoso ver caer una estrella del firmamento que ver precipitar en las
espirales de Satanás a esta criatura ya elegida, la cual copiará el pecado de
su padre de elección.
Lucifer, por soberbia, se
convirtió en el Maldito y el Oscuro. El Anticristo, por soberbia en esta hora,
se convertirá en el maldito y el oscuro después de haber sido un astro de mi
ejército. Como premio por su abjuración, que sacudirá los cielos bajo un
estremecimiento de horror y hará temblar las columnas de mi Iglesia en el temor
que suscitará su precipitar, obtendrá la ayuda completa de Satanás, quien le
dará las llaves del pozo del abismo para que lo abra.
Pero que lo abra del todo
para que salgan los instrumentos de horror que Satanás ha fabricado durante
milenios para llevar a los hombres a la total desesperación, de tal modo que,
por sí mismos, invoquen a Satanás como Rey y corran al séquito del Anticristo,
el único que podrá abrir de par en par las puertas del abismo para hacer salir
al Rey del abismo, así como Cristo ha abierto las puertas de los Cielos para
hacer salir la gracia y el perdón, que hacen a los hombres semejantes a Dios y
reyes de un Reino eterno en el que Yo soy el Rey de los reyes.
Así como el Padre me ha dado
a Mí todo poder, Satanás le dará a él todo poder, y especialmente el poder de
seducción, para arrastrar a su séquito a los débiles y a los corrompidos por
las fiebres de las ambiciones como lo está él, su jefe. Pero en su desenfrenada
ambición aun encontrará demasiado escasas las ayudas sobrenaturales de Satanás
y buscará otras ayudas en los enemigos de Cristo, los cuales, armados con armas
cada vez más mortíferas, cuanto les podía inducir a crear su libídine hacia el
Mal para sembrar desesperación en las muchedumbres, le ayudarán hasta que Dios
no diga su "Basta" y les aniquile
con el fulgor de su figura.
Mucho, demasiado -y no por
sed buena y por deseo honesto de repararse del mal apremiante, sino más bien
tan sólo por curiosidad inútil- mucho, demasiado se ha cavilado a lo largo de
los siglos, sobre cuanto Juan dice en el capítulo 10 del Apocalipsis. Pero
sabe, María, que Yo permito que se sepa cuánto puede ser útil saber y oculto
cuanto encuentro útil que no sepáis. Sois demasiado débiles, pobres hijos míos,
para conocer el nombre de honor de los "siete
truenos" apocalípticos.
Mi ángel ha dicho a Juan: "Sella lo que han dicho los siete truenos y no lo
escribas". Yo digo que no es aún la hora de que se abra lo que está
sellado y que si Juan no lo escribió Yo no lo diré. Por lo demás no os toca a
vosotros probar ese horror y por ello...
Sólo os queda orar por
aquellos que lo deberán padecer, para que la fuerza no naufrague en ellos y no
pasen a formar parte de la turba de quienes bajo el azote del flagelo no
conozcan penitencia y blasfemen a Dios en lugar de llamarle en su ayuda. Muchos
de éstos están ya en la tierra y su semilla será siete veces siete más demoníaca
que ellos.
Yo, no mi ángel, Yo mismo
juro que cuando haya terminado el trueno de la séptima trompeta y se haya
cumplido el horror del séptimo flagelo, sin que la raza de Adán reconozca a
Cristo Rey, Señor, Redentor y Dios, e invoque su Misericordia, su Nombre en el
cual está la salvación, Yo, por mi Nombre y por mi Naturaleza, juro que pararé
el instante en la eternidad.
Cesará el tiempo y comenzará
el Juicio. El Juicio que divide para siempre el Bien del Mal después de
milenios de convivencia sobre la tierra. El Bien volverá al manantial del que
ha venido. El Mal precipitará donde ya precipitó desde el momento de la
rebelión de Lucifer y de donde salió para turbar la debilidad de Adán en la
seducción del sentido y del orgullo.
Entonces se cumplirá el
misterio de Dios. Entonces conoceréis a Dios. Todos, todos los hombres de la
tierra, desde Adán hasta el último nacido, reunidos como ,granitos de arena
sobre la duna de la playa eterna, verán a Dios Señor, Creador, Juez, Rey.Sí,
veréis a este Dios que habéis amado, blasfemado, seguido, escarnecido,
bendecido, vilipendiado, servido, huido. Lo veréis. Sabréis entonces cuánto
merecía vuestro amor y cuánto mérito era servirle.
¡Oh! ¡alegría de quienes se
hayan consumado a sí mismos en el amarle y en el obedecerle! ¡Oh! ¡terror de
quienes han sido sus Judas, sus Caínes, de quienes han preferido seguir al
Antagonista y al Seductor en lugar de al Verbo humanizado en quien está la
Redención; de Cristo: Camino hacia el Padre; de Jesús: Verdad santísima; del
Verbo: Vida verdadera!».
Dice Jesús: 21 de agosto
«En mis dos
testigos están simbolizados todos los maestros en la fe: pontífices, obispos,
inspirados, doctores de la Iglesia, almas invadidas por la Luz y por la Voz.
Ellos, con voz pura de toda veta humana, han proclamado a Mí y la verdad de mi
doctrina y han puesto sello de santidad, de dolor, y también de sangre, para
confirmación de su voz.
Odiados como Yo,
Maestro de los maestros, Santo de los santos, han sido, más o menos,
atormentados siempre por el mundo y por el poder, que encuentran en ellos
quienes con su propia conducta dicen al mundo ya los grandes del mundo:
"Lo que hacéis no es lícito". Y cuando llegue la hora del hijo de
Satanás, el Infierno, ascendente del abismo abierto por el Anticristo, promoverá
guerra despiadada contra ellos y, desde el punto de vista humano, les vencerá y
matará.
Pero no será
muerte verdadera. Será más bien Vida de las vidas, Vida verdadera y gloriosa.
Porque, si tendrán Vida quienes siguen mi Ley en los Mandamientos, ¿qué
infinita plenitud de Vida tendrán quienes siguen también mis consejos
evangélicos de perfección e impulsan su ser conmigo hasta el sacrificio total
por amor de su Jesús, el eterno Inmolado de quien se hacen imitadores hasta el
sacrificio de la vida?
Llamados a una resurrección
fulgidísima, serán éstos quienes se despojan de lo más querido para el hombre:
la vida, con tal de seguirme a Mí por amor a Mí ya los hermanos. Nunca me
cansaré de repetir esto: que no hay cosa mayor que el amor en el Cielo y sobre
la tierra, y no hay amor más grande que este de dar uno la vida por sus
hermanos».
Dice aún
Jesús: «Te dije un día que en esta tragedia
actual están ya en movimiento las fuerzas de Satanás, el cual ha mandado sus
ángeles negros a mover los reinos de la tierra el uno contra el otro. La
Batalla sobrenatural ha iniciado ya. Ésa es. Está detrás de los bastidores de
la pequeña batalla humana. Pequeña no por extensión de mole, sino por motivo.
No es, el pequeño motivo humano no es su origen. No es. Es otro el motivo
verdadero que hace de los hermanos tantas fieras homicidas que se muerden y
matan recíprocamente.
Os batís con
vuestros cuerpos. Pero en realidad son las almas las que se baten. Os batís por
orden de cuatro o cinco poderosos. Creéis que sea así. No. Uno es el ejecutor
de esta ruina. Uno que está sobre la tierra, porque vosotros lo queréis, pero
que no es de esta tierra. Satanás es quien mueve los hilos de esta carnicería
en la que, más que los cuerpos, son las almas las que mueren. Ésta es una de
las batallas iniciales.
El reino del
Anticristo tiene necesidad de un cemento hecho de sangre y de odio para
consolidarse. Y vosotros, que ya no sabéis amar, os tomáis la obligación de
servirlo y os matáis recíprocamente, y maldecís a quien no tiene culpa de
vuestro mal: a Dios, quien lucha con sus ángeles para tutelar lo que es suyo;
la Fe en el corazón de los cristianos, la Bondad en el corazón de los buenos. Yo
no soy quien hace la selección, por ahora.
Sois vosotros
quienes os seleccionáis, espontáneamente. Quienes a pesar del horror saben
entender que Dios es siempre Dios, o sea Bondad y Justicia, y que la salvación
está en el seguir la Ley de Dios, se separan de los que niegan estas verdades.
Los primeros ascienden al encuentro de la Luz, los otros precipitan hacia las Tinieblas.
Verdaderamente Satanás tiende, con sus demonios, a hacer una segunda escalada
al Cielo.
Pero rechazado por
mi arcángel precipita sobre la tierra para vencer a Dios' a través del corazón
de sus hijos. Porque cada alma que se pierde es una derrota para Dios. Y
Satanás lo logra fácilmente porque el corazón de los hombres ya no tiene más
llama de espíritu. Ya no tiene vida de espíritu. Es un nudo de pecado en el que
prospera la triple lujuria que mata el espíritu. Bienaventurados los que han
vencido en virtud de la sangre del Cordero y han permanecido y permanecerán
siempre fieles.
Bienaventurados
los que hayan rechazado a Satanás y a sus halagos y no se hayan preocupado de
sus triunfos aparentes, de sus esfuerzos desatados en esta hora, que él sabe
que es breve para su reino de maldición, y que permanezcan fieles a Cristo y a
su Iglesia, desmembrada por la persecución anticristiana, mártir invicta como
el Gran Mártir su Esposo, Cristo Crucificado, pero resucitada más hermosa, tras
la aparente muerte, para entrar glorificada en el Cielo, donde el Pontífice
verdadero la espera para celebrar las bodas».
MARIA VALTORTA, CUADERNOS
DEL 43
Foros de la
Virgen María
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