martes, 20 de octubre de 2015

LAS NOTAS DE LA VERDADERA IGLESIA: UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA


Lo repetimos en el Credo, pero ¿realmente sabemos por qué la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica?


Fuera de la Iglesia Católica hay dentro del cristianismo algunas otras iglesias, las principales son las protestantes y las cismáticas. Para distinguir la verdadera Iglesia de las que no lo son, podemos acudir a cuatro notas, que la caracterizan, señaladas por el mismo Jesucristo.

LA VERDADERA IGLESIA DEBE SER UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA.

En estas notas, la Iglesia, 1leva en sí misma y difunde a su alrededor su propia apología, Quien la contempla, quien la estudia con ojos de amor a la verdad, debe reconocer que Ella, independientemente de los hombres que la componen y de las modalidades prácticas con que se presenta, lleva en sí un mensaje de luz universal y único, liberador y necesario, divino” (Pablo VI alloc. 23-VI-1966), cfr. Puebla, núm. 225.

a) Debe ser una, porque Jesucristo no quiso fundar sino una sola Iglesia con una sola doctrina y un solo jefe.

Jesucristo prometió a Pedro que sobre él edificaría su Iglesia (“. – . edificaré mi Iglesia Mt. 16, 18), no sus Iglesias. Expresa su deseo de que todos los hombres formen “un solo rebaño bajo un solo pastor” (Jn, 10, 16), y manifiesta que “Todo reino dividido sí mismo, será desolado” (Mt. 12, 25).

Y San Pablo, recomendando a los fieles de Efeso una estricta unidad, emplea la fórmula: —Un solo Señor, una fe, un bautismo” (4, 5), en que está claramente indicada la triple unidad: de doctrina (una fe); de gobierno (un solo señor) y de culto (un bautismo).

b) Debe ser santa, porque Cristo la fundó para santificar a los hombres

Jesucristo manifestó la fuerza santificadora de su doctrina: “Yo les he comunicado tu doctrina; santificándolos en verdad; la palabra tuya es la verdad misma” (Jn. 17, 17), y San Pablo declara: “Jesucristo amó a su Iglesia y se entregó para santificarla, a fin de hacerla comparecer santa e inmaculada” (Ef. 5, 27) .

c) Debe ser católica, porque Cristo la estableció para todos los pueblos y para todos los tiempos.

“Id y enseñad a todas las naciones- (Mt. 28, 19). -Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos”. “Me serviréis de testigos hasta los confines del mundo” (Hechos 1, 8),

La expresión Iglesia Católica (universal) aparece por vez primera en San Ignacio de Antioquía (Smyr, 7, 2)y ya en el S.VI se ha convertido en nombre propio de la Iglesia.

La Iglesia no es católica por el hecho de estar actualmente extendida por toda la superficie de la tierra y contar con un crecido número de miembros. La Iglesia era ya católica la mañana de Pentecostés, cuando todos sus miembros cabían en una reducida sala… Esencialmente, la catolicidad no es cuestión de geografía, ni de cifras… Es primordialmente una realidad intrínseca a la Iglesia (Henry de Lubac, Catholicisme).

d) Debe ser Apostólica, ya que si la catolicidad nos presenta la presencia de Cristo en todo el mundo, la apostolicidad nos habla de su continuidad a través de los siglos. La Iglesia es Apostólica porque todos sus elementos esenciales proceden de Cristo a través de los Apóstoles, y están garantizados por una sucesión ininterrumpida hasta el fin de los tiempos. La apostolicidad es uno de los argumentos más utilizados para mostrar la legitimidad de la misión de la Iglesia:

“¿Cómo es posible tener por pastor a aquél que no sucede a nadie, y que es ya de entrada un extraño y profano?” (San Cipriano, EP. 64, 3, l).

Esta continuidad profunda de la Iglesia a través de los siglos constituye uno de los signos más claros de la asistencia divina.

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