“Unánimes entre vosotros, no altivos, sino asociándoos
con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión”. Romanos 1:16
Cada hombre naturalmente desea
conocimiento; ¿o qué bueno hay si no se teme a Dios?. Un hombre campesino
humilde que sirve a Dios y lo ama será mejor que el intelectual orgulloso que
descuida su alma y se goza en sus propios conocimientos. Quién se vanagloria de
si mismo no es realmente feliz, porque el orgullo jamás ha hecho feliz a alguien.
Si yo conozco todas las cosas del mundo y no amo a Dios entonces mi vida será
vacía.
En el mundo hay muchos doctos e
intelectuales pero con un corazón supremamente vacío, porque no se han asociado
con los humildes y no se han humillado ante el Señor. Ellos serán
intelectuales, pero no sabios.
Las muchas palabras no satisfacen el alma,
pero una vida buena mitiga la mente y una conciencia limpia inspira la grande
confianza en Dios. Mientras usted más sabe, y más comprende y profundamente
puede juzgar será una vida vacía a menos que su vida también sea santa. No te
sientas orgulloso porque has aprendido más, más bien siente temor del talento
que se te ha dado.
Si usted piensa que sabe muchas cosas y
que las comprende muy bien , entérese de inmediato que realmente aún no sabe.
Es necesario en la vida admitir la ignorancia. Cuando reflexiono en estas
palabras entonces medito y digo, Hoy no tendré una opinión más alta que la debo
tener y quiero aprender a ser humilde.
El mejor freno que puede tener mi vida
para no enorgullecerme es entender que siempre en la vida hay alguien mejor que
yo. Todos los hombres son débiles, pero hoy debo admitir que ninguno es más
débil que yo y por lo tanto, hoy necesito del poder de la fuerza del Señor y
esto me humilla ante su presencia. Entonces descubro que lo necesito a él con
todo mi corazón y por ello la vida tiene otro sentido. Hoy quiero entender en
mi espíritu que sin él realmente nada soy, a pesar de lo que se.
Señor, Gracias porque de ti puedo aprender la genuina y
verdadera humildad. Tú eres real y digno de ser exaltado. Hoy sé que aún no se
nada y lo poco que sé, lo sé por tu misericordia y amor, por lo tanto me
asociare hoy con los humildes y no quiero ser sabio en mi propia opinión. Amén.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
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