jueves, 22 de octubre de 2015

HOY… QUIERO CAMINAR CON HUMILDAD


“Unánimes entre vosotros, no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión”. Romanos 1:16

Cada hombre naturalmente desea conocimiento; ¿o qué bueno hay si no se teme a Dios?. Un hombre campesino humilde que sirve a Dios y lo ama será mejor que el intelectual orgulloso que descuida su alma y se goza en sus propios conocimientos. Quién se vanagloria de si mismo no es realmente feliz, porque el orgullo jamás ha hecho feliz a alguien. Si yo conozco todas las cosas del mundo y no amo a Dios entonces mi vida será vacía.

En el mundo hay muchos doctos e intelectuales pero con un corazón supremamente vacío, porque no se han asociado con los humildes y no se han humillado ante el Señor. Ellos serán intelectuales, pero no sabios.

Las muchas palabras no satisfacen el alma, pero una vida buena mitiga la mente y una conciencia limpia inspira la grande confianza en Dios. Mientras usted más sabe, y más comprende y profundamente puede juzgar será una vida vacía a menos que su vida también sea santa. No te sientas orgulloso porque has aprendido más, más bien siente temor del talento que se te ha dado.

Si usted piensa que sabe muchas cosas y que las comprende muy bien , entérese de inmediato que realmente aún no sabe. Es necesario en la vida admitir la ignorancia. Cuando reflexiono en estas palabras entonces medito y digo, Hoy no tendré una opinión más alta que la debo tener y quiero aprender a ser humilde.

El mejor freno que puede tener mi vida para no enorgullecerme es entender que siempre en la vida hay alguien mejor que yo. Todos los hombres son débiles, pero hoy debo admitir que ninguno es más débil que yo y por lo tanto, hoy necesito del poder de la fuerza del Señor y esto me humilla ante su presencia. Entonces descubro que lo necesito a él con todo mi corazón y por ello la vida tiene otro sentido. Hoy quiero entender en mi espíritu que sin él realmente nada soy, a pesar de lo que se.

Señor, Gracias porque de ti puedo aprender la genuina y verdadera humildad. Tú eres real y digno de ser exaltado. Hoy sé que aún no se nada y lo poco que sé, lo sé por tu misericordia y amor, por lo tanto me asociare hoy con los humildes y no quiero ser sabio en mi propia opinión. Amén.

Dr. Serafín Contreras Galeano.

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