martes, 20 de octubre de 2015

AVISÓ A LOS LIMEÑOS DE UN TERREMOTO: NUESTRA SEÑORA DEL AVISO O DE LAS LÁGRIMAS, PERÚ (20 DE OCTUBRE)


Devociones marianas propias de la Ciudad de Lima hay varias, pero tal vez ninguna como la pequeña imagen de la Virgen de la Candelaria, quien durante 30 veces intentó comunicar a los Limeños de una catástrofe que ocurriría meses más tarde. El fenómeno data del 1687…

El 2 de julio de 1687, en la casa de D. José Calvo de la Vanda, una pequeña imagen de Nuestra Señora, en el misterio de su Purificación y conocida popularmente como “de la Candelaria”, mostró el rostro bañado en lágrimas.

Conociéndose el prodigio la noticia cundió por toda la Ciudad y muchos de sus habitantes acudieron hasta la casa del Oidor de la Real Audiencia; el hecho se repitió más de 30 ocasiones y gran parte de Lima pudo verificar el hecho milagroso.

Pero aquellas lágrimas fueron el aviso a esta Ciudad de los Reyes del terrible terremoto que sacudió Lima el 20 de octubre del mismo año, luego de este día luctuoso, la imagen fue conducida a las afueras de Lima por la viuda del oidor, en un lugar despoblado, teniendo que ser traída por que la voz de los limeños reclamaba su presencia, siendo colocada ante la imagen Sacratísima de la Virgen y Señora del Rosario de Lima, en uno de los cuatro altares que se levantaron en la Plaza Mayor.

Aquí nació la devoción a esta santa imagen de María, titulándola “Nuestra Señora del Aviso”, o tambien conocida como “de las Lágrimas”. Luego de 5 días de ocurrido el movimiento telúrico, la Virgen fue conducida a la Iglesia de San Pablo y se colocó solemnemente en la Capilla de la Contrición.

El P. Messia se encargó de promover su culto, que ya era famoso y notable en Lima, así mismo se fundó en su honor una Cofradía con la misma finalidad.

Cuando expulsaron a los Jesuitas del Virreinato del Perú, se continuó la arraigada devoción y para 1777 se hallaba junto a otros objetos sagrados en el nuevo Monasterio de las Nazarenas, por disposición del Virrey D. Manuel Amat y Juniet.

Cuando a quienes se les encargó el templo de San Pedro, se dieron cuenta que la imagen de la Virgen no se hallaba en su camarín, ellos reclamaron la imagen y les fue entregada y volvió a recibir culto.

A fines del siglo XIX se retomó el menguado culto de la Virgen, debido a los años de independencia en que lamentablemente se perdió la imagen auténtica y a pesar de ello, el culto que se conservaba, no recuperó el esplendor de antaño.

Por aquellos años la réplica con la que se reavivó el culto se veneraba en la Iglesia de Santa Rosa de Viterbo, y luego se trasladó a la Iglesia de San Pedro, donde hoy permanece. Esta Iglesia es regida por los jesuitas y tiene una gran colección de pinturas y esculturas.

Su Fiesta se celebra el 20 de Octubre.

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