domingo, 13 de septiembre de 2015

HAY UNA JUSTICIA POR ENCIMA DE TODAS LAS PEQUEÑAS JUSTICIAS HUMANAS


Estimado Nicolas Maduro:

Decía el gran Borges: ¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.

Pues bien, Dios, no yo, te amenaza con la eternidad. Estás para caer en una cárcel de la que ningún poder ni terreno ni angélico ni demoniaco te va a poder sacar nunca.

Reflexiona, medita, arrepiéntete, porque tu vida por larga que sea te parecerá un sueño frente a la eternidad. Y mil veces mil veces te preguntarás cada día, cada mes, cada año, cada siglo, cada milenio, por qué cometiste las acciones que estás cometiendo.

Mira que tus antepasados, desde el más allá, te amenazan con una prisión en cuyas paredes no hay ninguna grieta, en cuyas puertas no hay ninguna cerradura.

El gran Borges escribió: La vida es una muerte que viene. En tu caso, la vida es una gran muerte eterna que se te aproxima con una desesperante lentitud.

Sé que tienes miedo, porque nadie puede vivir como tú vives sin miedo. Quien vive como tú tiene miedo de Dios o de los hombres. Y el miedo es tu amigo, un amigo que te avisa. El miedo, no tengo la menor duda, ha sido tu amigo y tu compañero en las calurosas noches de insomnio.

Pero, al final, te hiciste violencia, y decidiste. Hoy sigues decidido a seguir este camino de eternas cadenas. De acuerdo, que tu Destino se cumpla si tal es tu voluntad. Las masas te vitorean, miles de personas te aplauden, los guardaespaldas te protegen, pero recuerda que el camino hacia tu región desolada lo harás solo. En vano volverás la vista en busca de alguien que te acompañe. Ése es un camino que harás solo.

P. FORTEA

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