jueves, 7 de mayo de 2015

SOBRE LA FE


Si consideramos la grandeza de nuestra fe y si comprendemos la grandeza del Hijo de Dios, vemos que en relación a Él no tocamos más que la orla de su manto. El vestido entero no lo podemos alcanzar. Así que si nosotros también queremos ser curados, toquemos por la fe la orla de Cristo. No ignora a aquellos que tocan su orla, que le tocan cuando se vuelve hacia nosotros. Dios no necesita los ojos para ver, no tiene sentidos corporales sino que posee en Él el conocimiento de todas las cosas. Dichosos aquellos que tocan por lo menos la orla del Verbo: porque ¿quién puede aprehenderlo totalmente? (San Ambrosio de Milán. Comentario sobre San Lucas 6, 57-59)

“Depósito de Fe” Vemos lo que nos indica Benedicto XVI:

La última vez meditamos sobre el tema de la Tradición apostólica. Vimos que no es una colección de cosas, de palabras, como una caja de cosas muertas. La Tradición es el río de la vida nueva, que viene desde los orígenes, desde Cristo, hasta nosotros, y nos inserta en la historia de Dios con la humanidad. Este tema de la Tradición es tan importante que quisiera seguir reflexionando un poco más sobre él. En efecto, es de gran trascendencia para la vida de la Iglesia…

La Tradición es la historia del Espíritu que actúa en la historia de la Iglesia a través de la mediación de los Apóstoles y de sus sucesores, en fiel continuidad con la experiencia de los orígenes

Esta cadena del servicio prosigue hasta hoy, y proseguirá hasta el fin del mundo. En efecto, el mandato que dio Jesús a los Apóstoles fue transmitido por ellos a sus sucesores. Más allá de la experiencia del contacto personal con Cristo, experiencia única e irrepetible, los Apóstoles transmitieron a sus sucesores el envío solemne al mundo que recibieron del Maestro. (Benedicto XVI, Audiencia General. Miércoles 3 de mayo de 2006)

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