NO
DESEARÁS A LA MUJER DE TU PRÓJIMO
Un
hermano me preguntó si mirar a una mujer es pecado. Argumentó que las mujeres
no llevan un letrero que diga si es soltera o casada.
Le
contesté:
Si
eres soltero y ves a una mujer que te agrada serías tonto si no la miras, y más
tonto, aun si no le dices algo bonito… si es casada te enterarás y te
retirarás. Pero si eres casado, ellas no necesitan de un letrero, porque el que
debe llevar bien presente en su corazón el letrero eres tú, tú sabes que eres
casado pero… mirar no te hará daño si lo haces admirando.
Todo
lo bello puede ser admirado, el pecado está en lo que en tu cerebro se forme al
hacerlo.
Admirar
algo es como decirle a Dios: ¡qué bonito hiciste esto!
Una
hermana me preguntó si ese Mandamiento es también para las mujeres, porque como
dice – No desear a la mujer… -. Si, también tiene que ver con – No desear al
hombre…-. Este mandamiento, como los anteriores, tiene que ver con todos. Pero
debemos tener bien en cuenta que Dios nos hizo libres, y por tanto, con poder
de decisión sobre nuestros actos.
Muchas
veces vamos a ser criticados por alguna cosa, pero lo importante son las
intenciones que llevamos en nuestro corazón. Un corazón limpio vera siempre
cosas limpias, aunque otras las vean sucias. Un corazón sucio solo vera cosas
sucias en todo lo que mire.
-Tu
ojo es una lámpara. Si tu ojo es limpio, toda tu persona aprovecha la luz. Pero
si es borroso, toda tu persona está también en la confusión. Si toda tu persona
se abre a la luz y no queda en ella nada oscuro, llegarás a ser pura luz, como
cuando la lámpara te ilumina – Lucas 11, 34-36.
Grupo
Católico de Oración por los Enfermos – Sí Señor.
José
Miguel Pajares Clausen
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