jueves, 7 de mayo de 2015

SOBRE EL NOVENO MANDAMIENTO


NO DESEARÁS A LA MUJER DE TU PRÓJIMO

Un hermano me preguntó si mirar a una mujer es pecado. Argumentó que las mujeres no llevan un letrero que diga si es soltera o casada.

Le contesté:

Si eres soltero y ves a una mujer que te agrada serías tonto si no la miras, y más tonto, aun si no le dices algo bonito… si es casada te enterarás y te retirarás. Pero si eres casado, ellas no necesitan de un letrero, porque el que debe llevar bien presente en su corazón el letrero eres tú, tú sabes que eres casado pero… mirar no te hará daño si lo haces admirando.

Todo lo bello puede ser admirado, el pecado está en lo que en tu cerebro se forme al hacerlo.

Admirar algo es como decirle a Dios: ¡qué bonito hiciste esto!

Una hermana me preguntó si ese Mandamiento es también para las mujeres, porque como dice – No desear a la mujer… -. Si, también tiene que ver con – No desear al hombre…-. Este mandamiento, como los anteriores, tiene que ver con todos. Pero debemos tener bien en cuenta que Dios nos hizo libres, y por tanto, con poder de decisión sobre nuestros actos.

Muchas veces vamos a ser criticados por alguna cosa, pero lo importante son las intenciones que llevamos en nuestro corazón. Un corazón limpio vera siempre cosas limpias, aunque otras las vean sucias. Un corazón sucio solo vera cosas sucias en todo lo que mire.

-Tu ojo es una lámpara. Si tu ojo es limpio, toda tu persona aprovecha la luz. Pero si es borroso, toda tu persona está también en la confusión. Si toda tu persona se abre a la luz y no queda en ella nada oscuro, llegarás a ser pura luz, como cuando la lámpara te ilumina – Lucas 11, 34-36.

Grupo Católico de Oración por los Enfermos – Sí Señor.

José Miguel Pajares Clausen

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