Muchas personas creen tener una relación sería con alguien con el que es
imposible tenerla.
Como es lógico, eso es causa de unos desencantos muy grandes.
Un adolescente es una persona que, fundamentalmente, no es capaz de comprometerse. Por tanto, si se tiene una relación con una persona con esas características, esta será un fracaso y llevará consigo sufrimiento.
De igual forma, es una persona que toma decisiones solo con los sentimientos. Así, en el momento en que baja el sentimiento, cree que todo va mal.
Lo que le mantenía en la relación, era el estado de ánimo positivo que tenía. Cuando este no es tan atrayente, piensa que la relación no funciona. La relación va como su estado de ánimo.
También se puede apreciar, en una persona adolescente, su incapacidad para tener paciencia. Y su necesidad de novedad.
Estamos en una sociedad muy inmadura y el compromiso es rechazado de una manera continuada.
Muchas personas se desesperan ante la inseguridad del otro para asumir compromisos duraderos. En definitiva, para casarse. Esta situación se da con frecuencia, en novios ya situados y con varios años de relación. No es necesario que sean jóvenes.
Este miedo al compromiso, se está dando en personas cada vez con mayor edad. Actúan como adolescentes personas que, por su edad, no deberían hacerlo.
Placer diez, compromiso cero. Es otra de las máximas de la adolescencia. Lo cual lleva consigo una gran capacidad de frustración.
Una persona con estas caracteristicas,también se puede descubrir viendo las cosas o situaciones que lo derrumban. Tiene muy poca resistencia a la frustración. Cualquier cosa que lo contraría le parece un drama, le pone en duda acerca de la viabilidad de la relación.
Efectivamente, se podría decir que esa relación no es viable, pero no lo es, precisamente, por la falta de capacidad para ir contracorriente en el terreno de los sentimientos. Por la nula capacidad de meter la inteligencia en la relación y por la incapacidad para pensar dejando los sentimientos a un lado.
Este saber apartarse de los sentimientos, y utilizar la inteligencia, es una de las condiciones para ser libre en el terreno emocional. Una persona que no es capaz de actuar así, es una persona inmadura.
La experiencia dice que si una persona no madura cuando debe, algo de inmadurez le va a acompañar.
Ocurre con cierta frecuencia. No es difícil encontrarse matrimonios en los cuales el problema que aparece es la inmadurez de uno de ellos. Ya se casaron así, pero la ilusión y creerse que se pasaría, que sería algo pasajero, hicieron que llegasen al matrimonio. Ya en este estado, hay que aconsejarse para hacer que esa relación crezca.
Con un inmaduro es mejor no tomar decisiones vitales. Es un adolescente. No puede comprometerse.
Como es lógico, eso es causa de unos desencantos muy grandes.
Un adolescente es una persona que, fundamentalmente, no es capaz de comprometerse. Por tanto, si se tiene una relación con una persona con esas características, esta será un fracaso y llevará consigo sufrimiento.
De igual forma, es una persona que toma decisiones solo con los sentimientos. Así, en el momento en que baja el sentimiento, cree que todo va mal.
Lo que le mantenía en la relación, era el estado de ánimo positivo que tenía. Cuando este no es tan atrayente, piensa que la relación no funciona. La relación va como su estado de ánimo.
También se puede apreciar, en una persona adolescente, su incapacidad para tener paciencia. Y su necesidad de novedad.
Estamos en una sociedad muy inmadura y el compromiso es rechazado de una manera continuada.
Muchas personas se desesperan ante la inseguridad del otro para asumir compromisos duraderos. En definitiva, para casarse. Esta situación se da con frecuencia, en novios ya situados y con varios años de relación. No es necesario que sean jóvenes.
Este miedo al compromiso, se está dando en personas cada vez con mayor edad. Actúan como adolescentes personas que, por su edad, no deberían hacerlo.
Placer diez, compromiso cero. Es otra de las máximas de la adolescencia. Lo cual lleva consigo una gran capacidad de frustración.
Una persona con estas caracteristicas,también se puede descubrir viendo las cosas o situaciones que lo derrumban. Tiene muy poca resistencia a la frustración. Cualquier cosa que lo contraría le parece un drama, le pone en duda acerca de la viabilidad de la relación.
Efectivamente, se podría decir que esa relación no es viable, pero no lo es, precisamente, por la falta de capacidad para ir contracorriente en el terreno de los sentimientos. Por la nula capacidad de meter la inteligencia en la relación y por la incapacidad para pensar dejando los sentimientos a un lado.
Este saber apartarse de los sentimientos, y utilizar la inteligencia, es una de las condiciones para ser libre en el terreno emocional. Una persona que no es capaz de actuar así, es una persona inmadura.
La experiencia dice que si una persona no madura cuando debe, algo de inmadurez le va a acompañar.
Ocurre con cierta frecuencia. No es difícil encontrarse matrimonios en los cuales el problema que aparece es la inmadurez de uno de ellos. Ya se casaron así, pero la ilusión y creerse que se pasaría, que sería algo pasajero, hicieron que llegasen al matrimonio. Ya en este estado, hay que aconsejarse para hacer que esa relación crezca.
Con un inmaduro es mejor no tomar decisiones vitales. Es un adolescente. No puede comprometerse.
José María Contreras
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