Se quejaba de que no tenía suerte y por eso no
progresaba en la vida. El Anacoreta y le miró a los ojos y le dijo:
- Si esperamos a la suerte para cambiar las cosas,
hay que esperar a que esta llegue; si confiamos en nuestro trabajo y
perseveramos en él, las cosas van cambiando poco a poco.
Enviat perJoan Josep Tamburini
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