Papa Francisco dedicó un pequeño
ciclo de homilías de Santa Marta al tema del nuevo totalitarismo y al
pensamiento débil que se hace pensamiento único e impide a los cristianos de
hablar, inspirándose al libro «El señor del mundo» del pastor anglicano.
La
inaudita agresión contra la profesora Cristina Zaccanti por un artículo sobre
la ideología de género y las increíbles líneas pedagógicas de la ONU, publicado
en el boletín parroquial de Rivarolo Canavese (y denunciado en pocas horas, con
un efecto avalancha, por cientos de artículos y sitios internet en toda Italia,
todos inspirados por el impulso original del mismo lobby) requiere una
reflexión que va más allá del episodio local y nos cuestiona sobre la libertad
y sobre un nuevo totalitarismo que nos amenaza a todos, y que en la misma
provincia, Turín, ya se había manifestado en el caso de un profesor de religión
de Moncalieri unos días antes.
En el número de otoño 2014 del «Boletín parroquial de Rivarolo» la profesora publicó un breve articulo con el título «la ideología de género», en el que afirma que existe un bien organizado lobby gay que tiene como primer objetivo difundir la ideología de género: un lobby que va desde la ONU y a la Organización Mundial de la Salud hasta la Oficina Nacional Contra la Discriminación Racial (Unar) en Italia y que lucha por lograr la aprobación de la ley Scalfarotto sobre la homofobia (n.t.: ley que entre otras cosas castigaría la libertad de expresión). Contra el artículo se levantaron las organizaciones Lgbt, la Región del Piemonte, periodistas locales y nacionales y también el alcalde de Rivarolo, quien afirmó que «argumentos como este deben ser tratados en periódicos de otro nivel». Una clara declaración, de la que se concluye que en Rivarolo el primer ciudadano piensa que corresponde al alcalde establecer de qué temas se puede ocupar el boletín de la parroquia y cuales le están prohibidos.
Ni siquiera entro en el mérito del artículo de la profesora Zaccanti. Una nota en un boletín parroquial por definición no es un texto de una revista jurídica o sociológica. No tiene notas a pie de página ni aparato científico. Es una conversación doméstica con los parroquianos, hecha en familia. Como sociólogo y abogado también yo puedo notar algunas imprecisiones. Pero noto también varias entre quien critica a la profesora Zaccanti, y se dedica con celo a talar uno por uno los árboles sin ver el bosque, que por el contrario la docente canavesana había señalado en su texto: hay un pensamiento único que nos quiere imponer su dictadura a todos. Es posible que el problema haya sido identificado correctamente, pero luego no haya sido desarrollado completamente en el artículo. Pero fueron los críticos, los activistas del lobby gay, los periodistas quienes se preocuparon de dar las pruebas de la demostración que había faltado en el artículo. Justamente la agresión demuestra que en un punto de fondo la profesora Zaccanti tiene razón. Se puede afirmar lo que sea, incluso que fuimos creados por hombres verdes extraterrestres, que la Tierra es plana, que en Corea del Norte se respetan los derechos humanos, y ninguno reacciona. Sin embargo, si se denuncia el tentativo de imponer la ideología de género y la agenda del lobby gay entonces se es agredido en primera plana y en pocas horas termina siendo el monstruo de Rivarolo.
Atención: no estoy sosteniendo que cada línea del artículo sea precisa. Sostengo más bien, y con firmeza, que no corresponde a Arcigay (n.t: asociación italiana), a los políticos, a los periodistas censurar un boletín parroquial, así como nosotros católicos no pretendemos censurar las publicaciones internas del mundo de los activistas homosexuales, que en cuanto a imprecisiones –y uso un eufemismo- con certeza no bromean. No se trata de folklore de provincia, ni tampoco de simple nostalgia – incluso confesada y manifestada en los diarios – por un tiempo pasado de la Iglesia de Ivrea, sino de una cuestión muy seria. Tal vez, hoy, la más seria de todas.
En noviembre de 2013 Papa Francisco dedicó un pequeño ciclo de homilías de Santa Marta al tema del nuevo totalitarismo y al pensamiento débil que se hace pensamiento único e impide a los cristianos de hablar, inspirándose al libro «El señor del mundo» del pastor anglicano, hijo del Arzobispo de Canterbury, convertido al catolicismo y luego ordenado sacerdote católico Robert Hugh Benson (1871-1914).
El 18 de noviembre la lectura del día, tomada del Primer libro de los Macabeos, mostraba «hombres perversos» que quieren llevar a Israel a alearse con los poderosos del tiempo, incluso si son enemigos de Dios. El discurso de estos perversos, dijo el Papa, se puede resumir así: «Somos progresistas, vamos con el progreso por donde va todo el mundo». Este «espíritu del progresismo adolescente» que se adapta a los poderes fuertes dominantes y «cree que avanzar en cualquier elección es mejor que quedarse en los hábitos de la fidelidad» es la raíz de la perversidad. Y todavía existe hoy.
El progresista «negocia» «la fidelidad de Dios siempre fiel», y este negociar la fidelidad del Señor se llama «apostasía» y «adulterio». Haciendo referencia más que implícita a cuantos criticaban a su predecesor Benedicto XVI por la expresión «valores no negociables», Papa Francisco dijo que alejándose de los preceptos del Señor para conformarse a los poderes dominantes, estos progresistas, distinguiendo con cuidado «no negocia lo valores sino negocian la fidelidad. Y esto es justamente el fruto del demonio, del príncipe de este mundo, que nos impulsa con el espíritu de mundanidad».
¿Cómo termina? La lectura bíblica nos lo muestra: «el rey ordena en todo su reino que todos formen un solo pueblo y cada uno abandone las propias costumbres. No es la bella globalización de la unidad de todas las Naciones, cada una con las propias costumbres pero unidas, pero es la globalización de la uniformidad hegemónica, es justamente el pensamiento único. Y este pensamiento único es fruto de la mundanidad» Es lo que hoy se llama el nuevo orden mundial, que la Biblia llama «abominación de devastación» y adoración de los ídolos impuestos por los más fuertes.
«¿Esto sucede también hoy?» se preguntó el Pontífice. Y respondió: «Sí. Porque el espíritu de la mundanidad también existe hoy, también hoy promueve en nosotros el deseo de ser progresistas del pensamiento único». En el párrafo del Primer Libro de los Macabeos se lee que «si alguno era capturado y se le encontraba el Libro de la Alianza o si alguien obedecía a la Ley, la sentencia del rey lo condenaba a muerte». «Y esto –afirma el Papa– lo hemos leído en los periódicos, en estos meses. Esta gente ha negociado la fidelidad a su Señor; esta gente, movida por el espíritu del mundo, ha negociado la propia identidad, ha negociado el pertenecer a un pueblo, un pueblo que Dios ama tanto, que Dios quiere como su pueblo». También hoy los cristianos arriesgan la prisión o peor aún si se niegan a negociar la propia identidad.
El Pontífice luego ha citado el señor del mundo de Benson, y dijo, «hizo mucho bien», porque corrige precisamente a los cristianos progresistas que ceden a los poderes fuertes y venden la propia fe y denuncia las persecuciones a los cristianos que non temen de desenmascarar los engaños de estos mismos poderes. El libro, dijo Francisco, denuncia justamente «ese espíritu de mundanidad que lleva a la apostasía», un espíritu que amenaza a la Iglesia también hoy. De hecho, hay todavía en Iglesia – y son tantos – aquellos que piensan que «tenemos que ser como todos, tenemos que ser más normales, como lo hacen todos, con este progresismo adolescente».
Luego, la «historia continua»: la Biblia muestra «las condenas a muerte, los sacrificios humanos». Se equivoca quien piensa que son cosas de un pasado remoto, «Pero ustedes –preguntó el Papa- piensan que hoy no se hacen sacrificios humanos? Se hacen muchos, muchos! Y hay leyes que los protegen».
El 29 de noviembre de 2013 afirmó que el «pensamiento débil» -es decir la articulación filosófica del relativismo – pretende hoy ser el «pensamiento único» y golpear duramente a cualquier disidente. El día anterior, el 28 de noviembre de 2013, el Papa había mostrado cuales son las tremendas consecuencias del relativismo que se transforma en «pensamiento único», relacionándolas al acción del demonio en los últimos tiempos y haciendo alusión nuevamente al libro el señor del mundo, ahí donde se muestra la acción de los poderes fuertes maniobrados por el Anticristo.
Cuando el anticristo va al poder, dijo el Pontífice, el cristiano es «condenado» si no obedece a las palabras de orden que vienen «de los poderes mundanos». Atención, dijo el Papa: esto no corresponde solamente a quien vive en algunos países totalitarios, nos afecta a todos. «Los cristianos que sufren tiempos de persecución son una profecía de lo que nos sucederá a todos».
Hemos visto en la prensa – con mayúscula y minúscula – que en la diócesis de Ivrea hay nostálgicos de un «progresismo adolescente» que «negocia con la propia identidad» en nombre del políticamente correcto. Hoy, ha dicho el Papa el 25 de octubre de 2014, «hay una crisis de la familia, crisis porque la bostonean por todos lados y la dejan muy herida», y las heridas derivan del hecho que hoy son propuestas «nuevas formas, totalmente destructivas y limitadas de la grandeza del amor del matrimonio».
Y el 11 de abril 2014, hablando a la Oficina Internacional Católica para la Infancia y haciendo explícita referencia a la ideología de género, el Pontífice se dirigió contra los que enseñan a la fuerza ideologías «alternativas» a los niños, invitando a «defender el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de los propios hijos». «A este propósito, agregó, quisiera manifestar mi rechazo a cualquier tipo de experimentación educativa con los niños. Con los niños y jóvenes no se puede experimentar. ¡No son pruebas de laboratorio! Los horrores de la manipulación educativa que vivimos en las grandes dictaduras genocidas del siglo XX no han desaparecido; conservan su actualidad bajo vestidos diferentes y propuestas que, con la pretensión de modernidad, llevan a los niños y a los jóvenes a caminar por la vía dictatorial del “pensamiento único”».
Y a veces, agregó el Papa, no se entiende si «se manda un niño al colegio o a un campo de reeducación», haciendo clara referencia al discurso de unos días antes del cardenal Bagnasco al Consejo permanente de la CEI donde la expresión «campos de reeducación» denunciaba precisamente la propaganda de la ideología de género en las escuelas italianas.
Cuando se manifiesta la dictadura del «pensamiento único» es importante profundizar y estudiar y si es el caso el corregir imprecisiones. Pero antes que nada es necesario elegir de qué parte estar: con las víctimas o con los que bastonean a la familia y opositores, con la dictadura del pensamiento único o con la resistencia, con una profesora y un boletín parroquial y sin medios o con la máquina millonaria del «señor del mundo» que hoy marcha con agresividad sobre Rivarolo Canavese.
Traducción: Aciprensa
En el número de otoño 2014 del «Boletín parroquial de Rivarolo» la profesora publicó un breve articulo con el título «la ideología de género», en el que afirma que existe un bien organizado lobby gay que tiene como primer objetivo difundir la ideología de género: un lobby que va desde la ONU y a la Organización Mundial de la Salud hasta la Oficina Nacional Contra la Discriminación Racial (Unar) en Italia y que lucha por lograr la aprobación de la ley Scalfarotto sobre la homofobia (n.t.: ley que entre otras cosas castigaría la libertad de expresión). Contra el artículo se levantaron las organizaciones Lgbt, la Región del Piemonte, periodistas locales y nacionales y también el alcalde de Rivarolo, quien afirmó que «argumentos como este deben ser tratados en periódicos de otro nivel». Una clara declaración, de la que se concluye que en Rivarolo el primer ciudadano piensa que corresponde al alcalde establecer de qué temas se puede ocupar el boletín de la parroquia y cuales le están prohibidos.
Ni siquiera entro en el mérito del artículo de la profesora Zaccanti. Una nota en un boletín parroquial por definición no es un texto de una revista jurídica o sociológica. No tiene notas a pie de página ni aparato científico. Es una conversación doméstica con los parroquianos, hecha en familia. Como sociólogo y abogado también yo puedo notar algunas imprecisiones. Pero noto también varias entre quien critica a la profesora Zaccanti, y se dedica con celo a talar uno por uno los árboles sin ver el bosque, que por el contrario la docente canavesana había señalado en su texto: hay un pensamiento único que nos quiere imponer su dictadura a todos. Es posible que el problema haya sido identificado correctamente, pero luego no haya sido desarrollado completamente en el artículo. Pero fueron los críticos, los activistas del lobby gay, los periodistas quienes se preocuparon de dar las pruebas de la demostración que había faltado en el artículo. Justamente la agresión demuestra que en un punto de fondo la profesora Zaccanti tiene razón. Se puede afirmar lo que sea, incluso que fuimos creados por hombres verdes extraterrestres, que la Tierra es plana, que en Corea del Norte se respetan los derechos humanos, y ninguno reacciona. Sin embargo, si se denuncia el tentativo de imponer la ideología de género y la agenda del lobby gay entonces se es agredido en primera plana y en pocas horas termina siendo el monstruo de Rivarolo.
Atención: no estoy sosteniendo que cada línea del artículo sea precisa. Sostengo más bien, y con firmeza, que no corresponde a Arcigay (n.t: asociación italiana), a los políticos, a los periodistas censurar un boletín parroquial, así como nosotros católicos no pretendemos censurar las publicaciones internas del mundo de los activistas homosexuales, que en cuanto a imprecisiones –y uso un eufemismo- con certeza no bromean. No se trata de folklore de provincia, ni tampoco de simple nostalgia – incluso confesada y manifestada en los diarios – por un tiempo pasado de la Iglesia de Ivrea, sino de una cuestión muy seria. Tal vez, hoy, la más seria de todas.
En noviembre de 2013 Papa Francisco dedicó un pequeño ciclo de homilías de Santa Marta al tema del nuevo totalitarismo y al pensamiento débil que se hace pensamiento único e impide a los cristianos de hablar, inspirándose al libro «El señor del mundo» del pastor anglicano, hijo del Arzobispo de Canterbury, convertido al catolicismo y luego ordenado sacerdote católico Robert Hugh Benson (1871-1914).
El 18 de noviembre la lectura del día, tomada del Primer libro de los Macabeos, mostraba «hombres perversos» que quieren llevar a Israel a alearse con los poderosos del tiempo, incluso si son enemigos de Dios. El discurso de estos perversos, dijo el Papa, se puede resumir así: «Somos progresistas, vamos con el progreso por donde va todo el mundo». Este «espíritu del progresismo adolescente» que se adapta a los poderes fuertes dominantes y «cree que avanzar en cualquier elección es mejor que quedarse en los hábitos de la fidelidad» es la raíz de la perversidad. Y todavía existe hoy.
El progresista «negocia» «la fidelidad de Dios siempre fiel», y este negociar la fidelidad del Señor se llama «apostasía» y «adulterio». Haciendo referencia más que implícita a cuantos criticaban a su predecesor Benedicto XVI por la expresión «valores no negociables», Papa Francisco dijo que alejándose de los preceptos del Señor para conformarse a los poderes dominantes, estos progresistas, distinguiendo con cuidado «no negocia lo valores sino negocian la fidelidad. Y esto es justamente el fruto del demonio, del príncipe de este mundo, que nos impulsa con el espíritu de mundanidad».
¿Cómo termina? La lectura bíblica nos lo muestra: «el rey ordena en todo su reino que todos formen un solo pueblo y cada uno abandone las propias costumbres. No es la bella globalización de la unidad de todas las Naciones, cada una con las propias costumbres pero unidas, pero es la globalización de la uniformidad hegemónica, es justamente el pensamiento único. Y este pensamiento único es fruto de la mundanidad» Es lo que hoy se llama el nuevo orden mundial, que la Biblia llama «abominación de devastación» y adoración de los ídolos impuestos por los más fuertes.
«¿Esto sucede también hoy?» se preguntó el Pontífice. Y respondió: «Sí. Porque el espíritu de la mundanidad también existe hoy, también hoy promueve en nosotros el deseo de ser progresistas del pensamiento único». En el párrafo del Primer Libro de los Macabeos se lee que «si alguno era capturado y se le encontraba el Libro de la Alianza o si alguien obedecía a la Ley, la sentencia del rey lo condenaba a muerte». «Y esto –afirma el Papa– lo hemos leído en los periódicos, en estos meses. Esta gente ha negociado la fidelidad a su Señor; esta gente, movida por el espíritu del mundo, ha negociado la propia identidad, ha negociado el pertenecer a un pueblo, un pueblo que Dios ama tanto, que Dios quiere como su pueblo». También hoy los cristianos arriesgan la prisión o peor aún si se niegan a negociar la propia identidad.
El Pontífice luego ha citado el señor del mundo de Benson, y dijo, «hizo mucho bien», porque corrige precisamente a los cristianos progresistas que ceden a los poderes fuertes y venden la propia fe y denuncia las persecuciones a los cristianos que non temen de desenmascarar los engaños de estos mismos poderes. El libro, dijo Francisco, denuncia justamente «ese espíritu de mundanidad que lleva a la apostasía», un espíritu que amenaza a la Iglesia también hoy. De hecho, hay todavía en Iglesia – y son tantos – aquellos que piensan que «tenemos que ser como todos, tenemos que ser más normales, como lo hacen todos, con este progresismo adolescente».
Luego, la «historia continua»: la Biblia muestra «las condenas a muerte, los sacrificios humanos». Se equivoca quien piensa que son cosas de un pasado remoto, «Pero ustedes –preguntó el Papa- piensan que hoy no se hacen sacrificios humanos? Se hacen muchos, muchos! Y hay leyes que los protegen».
El 29 de noviembre de 2013 afirmó que el «pensamiento débil» -es decir la articulación filosófica del relativismo – pretende hoy ser el «pensamiento único» y golpear duramente a cualquier disidente. El día anterior, el 28 de noviembre de 2013, el Papa había mostrado cuales son las tremendas consecuencias del relativismo que se transforma en «pensamiento único», relacionándolas al acción del demonio en los últimos tiempos y haciendo alusión nuevamente al libro el señor del mundo, ahí donde se muestra la acción de los poderes fuertes maniobrados por el Anticristo.
Cuando el anticristo va al poder, dijo el Pontífice, el cristiano es «condenado» si no obedece a las palabras de orden que vienen «de los poderes mundanos». Atención, dijo el Papa: esto no corresponde solamente a quien vive en algunos países totalitarios, nos afecta a todos. «Los cristianos que sufren tiempos de persecución son una profecía de lo que nos sucederá a todos».
Hemos visto en la prensa – con mayúscula y minúscula – que en la diócesis de Ivrea hay nostálgicos de un «progresismo adolescente» que «negocia con la propia identidad» en nombre del políticamente correcto. Hoy, ha dicho el Papa el 25 de octubre de 2014, «hay una crisis de la familia, crisis porque la bostonean por todos lados y la dejan muy herida», y las heridas derivan del hecho que hoy son propuestas «nuevas formas, totalmente destructivas y limitadas de la grandeza del amor del matrimonio».
Y el 11 de abril 2014, hablando a la Oficina Internacional Católica para la Infancia y haciendo explícita referencia a la ideología de género, el Pontífice se dirigió contra los que enseñan a la fuerza ideologías «alternativas» a los niños, invitando a «defender el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de los propios hijos». «A este propósito, agregó, quisiera manifestar mi rechazo a cualquier tipo de experimentación educativa con los niños. Con los niños y jóvenes no se puede experimentar. ¡No son pruebas de laboratorio! Los horrores de la manipulación educativa que vivimos en las grandes dictaduras genocidas del siglo XX no han desaparecido; conservan su actualidad bajo vestidos diferentes y propuestas que, con la pretensión de modernidad, llevan a los niños y a los jóvenes a caminar por la vía dictatorial del “pensamiento único”».
Y a veces, agregó el Papa, no se entiende si «se manda un niño al colegio o a un campo de reeducación», haciendo clara referencia al discurso de unos días antes del cardenal Bagnasco al Consejo permanente de la CEI donde la expresión «campos de reeducación» denunciaba precisamente la propaganda de la ideología de género en las escuelas italianas.
Cuando se manifiesta la dictadura del «pensamiento único» es importante profundizar y estudiar y si es el caso el corregir imprecisiones. Pero antes que nada es necesario elegir de qué parte estar: con las víctimas o con los que bastonean a la familia y opositores, con la dictadura del pensamiento único o con la resistencia, con una profesora y un boletín parroquial y sin medios o con la máquina millonaria del «señor del mundo» que hoy marcha con agresividad sobre Rivarolo Canavese.
Traducción: Aciprensa
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