Una iglesia de puertas abiertas que no excluya a
nadie. Esto nos pide el Papa Francisco; pero no todos los obispos parecen
entenderlo, demasiados no quieren entenderlo. En uno de sus libros J.K.Rowling
escribe:
"Había puertas que no se abrían si no se lo
pedías cortésmente o si no les hacías cosquillas en el sitio apropiado, y había
puertas que en realidad no eran tales, sino sólidos muros que aparentaban ser
puertas."
Algunos parece que quieren que las puertas de la
Iglesia sean estos muros. Puras puertas aparentes.
Quieren que la Iglesia aparente ser una puerta de
compasión y sin embargo negarse a ver el sufrimiento de las personas.
Quieren que la Iglesia parezca una puerta de
humildad y sin embargo buscar los primeros puestos, los privilegios, el poder.
Quieren que la Iglesia aparente ser una puerta de
confianza en Dios y sin embargo se alían con los poderosos, con el capital, con
el fuerte.
Quieren que la Iglesia aparente ser una puerta de
perdón y sin embargo se rechaza al que se ha equivocado, se menosprecia al
diferente, se condena al otro.
En el fondo el problema es que hemos olvidado el
Evangelio. Así de sencillo.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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