Se me mostraron dos perros. Uno era tan salvaje que
siempre debía permanecer encerrado. El otro estaba tan domesticado, que no se
movía nunca de su rincón. Y escuché estas palabras:
- Domestica lo que ha crecido demasiado salvaje en
ti y libera lo que está demasiado domesticado. Esto te hará crecer como
persona.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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