Mark
Twain fue un famoso escritor, yo comencé leyendo mi primer libro recuerdo: ”Las
aventuras de Tom Sawyer”. Él decía siempre, todas las personas son como una
luna, tienen un lado oscuro que nunca se ve. Todas las personas tenemos un
lado oscuro, no sé si oscuro en el sentido necesariamente de pecado, pero un
lado que nadie conoce, hay cosas que nos guardamos para nuestra intimidad, la
pregunta es si nosotros pusiéramos una cámara detrás de bastidores en nuestras
vidas, en tu vida por ejemplo ¿Qué descubriríamos? ¿Qué veríamos?. Claro no
estoy intentando avergonzar, no hablo de los momentos en que te cambias o te
bañas, o estas en un tema íntimo; estoy hablando de cómo somos cuando nadie nos
ve, con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestros cónyuges, como
respondemos, como contestamos. Y a veces nos sorprenderíamos si pusiéramos una
cámara detrás del stage de alguno de nosotros porque todos, como decían Mark
Twain, tenemos una vida que no mostramos, una vida que nos guardamos para
nosotros, todos somos como la luna, todos tenemos un lado que no se ve y
siempre tenemos un área en la oscuridad. Nuestra tarea consiste en alinearnos
con el Espíritu Santo, para que cada vez, haya menos oscuridad; para que cada
vez nos parezcamos más al que se ve en público, que al que está en secreto. Esa
es la tarea del Espíritu Santo y nosotros debiéramos darle el lugar al Espíritu
Santo para que permita eso, para que cada vez tengamos más consecuencias en
nuestra vida pública y privada.
La biblia
narra la historia, quiero ser muy práctico en esto, es un mensaje sencillo, al
punto. Había un Rey que era el nieto del Rey David, hijo del Rey Salomón y
ahora es el Rey actual, el monarca que está en eminencia que era un impostor de
lujo; de todos los que hay en la biblia este fue el fraude mayor, puesto que se
le ocurre a él hacer algo que es llamativo aun con los años. En las crónicas
militares se reconoce a este Rey que tenía un nombre muy particular llamado
Roboam como que mostraba un Rey en público el que la gente veía que parecía
genuino, cultivo una imagen impecable ante la gente, pero que les dejo un
legado nefasto, un legado oscuro a sus hijos, y a los que realmente lo
conocían. Roboam era el nieto del Rey David, el nuevo Rey, y un día viene un
ejército Egipcio, que está en el 2 Crónicas 12:9 dice: “sucedió que en el
quinto año del Rey Roboam, el Rey de Egipto vino contra Jerusalén y tomo los
tesoros de la casa del Señor y los tesoros del palacio del Rey, y se llevó todo
pero se llevó los escudo de oro que había hecho Salomón y entonces el Rey
Roboam hizo escudos de bronce en su lugar y los entregó al cuidado de los jefes
de la guardia que custodiaban la casa del Rey, y sucedía que cuando el Rey
entraba en la casa del Señor, los de la guardia llevaban sus escudos de bronce,
después que el Rey pasaba escondían los escudos de bronce. Estos escudos que el
enemigo se robó eran de oro, Salomón los había hecho, dicen que había unos 500,
300 más grandes que pesaban unas 18 libras y unos escudos más pequeños, 200 que
pesaban 9 libras de oro; Salomón los había mandado a hacer, el oro simboliza o
tipifica la pureza, la fe, la santidad, la paz de tu alma, la conciencia
limpia, el amor por la oración, cada vez que la biblia menciona el oro es el
máximo porque es el metal más puro que hay; entonces cada vez que alguien
menciona oro está hablando de pureza.
Cuando menciona plata, bronce está hablando algo de menor categoría pero cada vez que la biblia menciona el oro está tipificando la pureza y lo primero que el diablo hace, es lo mismo que este ejército invasor, cuando entra a tu palacio es robarte lo más preciado que Dios te da; primero te quita la paz, porque a través del pecado lo primero que se te va es la paz, segundo te empieza a quitar la conciencia limpia te la cauteriza, tercero empiezan las consecuencias negativas y todo lo valioso que Dios te va dando se te empieza a perder a causa del enemigo que te roba lo mejor que tienes y avanza y te roba de a poquito; es como literalmente dice el libro de Joel, el revoltón la langosta, como esos insectos que te empiezan a comer como un efecto domino y un día estas en la iglesia, no sientes nada, la oración no te produce nada, la adoración te aburre y piensas ¿Cómo es que llegue a este nivel de mortandad? Hemos perdido el fundamento, el Espíritu Santo no es para manipularlo, es que en primer lugar nos confronte por el pecado, que ustedes lleguen acá y digan:
“sabes
que desde que entré, siento que no puedo seguir consumiendo pornografía, ya no
puedo”. Y nadie te lo dice, es el Espíritu Santo que te conmueve las entrañas.
He
conocido tantos carnales que se caen, que tiemblan, que hablan en lenguas y
después viven en adulterio, he conocido a tantos que roban en sus impuestos,
roban a la hora de vender un producto, y sin embargo adoran a Dios y diezman de
lo robado, y dicen: “no, pero cuando yo puse mi diezmo sentí la gloria de
Dios”. No hay confrontación de pecado porque allí el Espíritu Santo no está
haciendo lo que debería hacer, porque ni es el Espíritu Santo el que está allí.
Eso es lo que me preocupa, hemos perdido el fundamento, nos han robado el oro,
nos ha robado la palabra.
Nosotros somos el pueblo del libro, no somos el pueblo de la canción, no somos el pueblo de la música, no somos el pueblo ni siquiera de la unción, somos el pueblo del libro. Y el día que lleguemos a decir, bueno es que yo ya no estoy leyendo tanto la biblia yo ahora canto mucho, hay algo que no está bien en tu equilibrio, es como decir yo estoy comiendo solo esta parte, solo verduras o solo carne y deje de tener una dieta equilibrada. El Espíritu Santo sigue diciendo” “arrepiéntanse, el reino de los cielos se ha acercado”.
Nosotros somos el pueblo del libro, no somos el pueblo de la canción, no somos el pueblo de la música, no somos el pueblo ni siquiera de la unción, somos el pueblo del libro. Y el día que lleguemos a decir, bueno es que yo ya no estoy leyendo tanto la biblia yo ahora canto mucho, hay algo que no está bien en tu equilibrio, es como decir yo estoy comiendo solo esta parte, solo verduras o solo carne y deje de tener una dieta equilibrada. El Espíritu Santo sigue diciendo” “arrepiéntanse, el reino de los cielos se ha acercado”.
- ¿Cuánto
haces que no oras a Dios como orabas antes?
- ¿Cuánto
hace que no apagas el televisor?
- ¿Cuánto
hace que las películas ya no te atraen?
Si ves
algo, es por lo niños, pero ya no tienes esa desesperación de ver el último
estreno, pero:
- ¿Cuánto
hace que no te atrae más internet? Solo haces lo que tienes que hacer a nivel
empleo, trabajo porque lo necesitas, pero necesitas ocupar tu tiempo en leer la
biblia, en estar con él,
- ¿Cuánto
hace que la música secular, no porque alguien te la prohíbe y sea pecado, sino
que no te llena? Necesitas poner aunque sea a un hermano desafinado cantando
ahí, pero algo que te llene el alma porque de pronto tus prioridades han
cambiado y
-
¿Cuántos sienten que le han robado el oro? Que durante la semana le salen
palabras que no deberían salirle, que salen insultos que creían que estaban
muertos, cuántos hombres bajan la mirada donde no deberían bajarla, cuando
podías asegurar que tus ojos ya eran puros.
-
¿Cuántos aquí tienen pensamientos impuros una y otra vez? Y no digo que la
tentación sea pecado, pero ya del lugar de una tentación es un pensamiento que
se te asienta y clava las estacas. ¿Qué está proyectando el teatro de tu mente?
¿Qué película están pasando en el cine de tu mente?
De lunes
a sábados, si la película es incorrecta tengo que decirte te han robado los
escudos de oro y cuando uno descubre que le han robado las cosas de oro uno
puede hacer dos cosas, arrepentirse, decirle al pueblo: “Señores, Egipto nos ha
robado el oro, necesitamos recuperarlo en oración, en ayuno, vamos a clamar y a
trabajar duro” como hizo mi padre Salomón, o podemos hacer lo que Roboam,
reemplazó los escudos de oro, por escudos de bronce, es increíble y lo curioso
de que todo lo que le robaron, porque le robaron todo, la plata, el oro, los cáliz
de oro, le robaron las joyas, lo único que reemplazo era lo que se veía para
afuera, lo que se veía exteriormente; porque cuando uno iba a ver al Rey esos
escudos ocupaban más de medio cuerpo de los soldados, eran completamente de oro
y uno tenía que pasar por el medio de 500 escudos de oro, eso era tremendo, así
que imaginen lo que era pasar entremedio de 500 escudos de oro, uno sabía que
detrás de esos escudos se ocultaban hombres armados y peligrosos; entonces
Roboam dijo: “no quiero perder eso, no quiero perder eso externo”, entonces
puso escudos de bronce, que obviamente es un metal muy inferior.
Preocupado
por su imagen, los escondió en secreto para que nadie supiera la verdad.
Dice la
biblia que cuando el Rey pasaba, sacaban los escudos de bronce para simular que
eran oro, pero después los guardaban rápido por varias razones, primero que el
bronce se oxida rápido. Suplió lo valioso por lo inferior y barato. El bronce
necesita más mantenimiento siempre, cuando es pulido, bruñido, se dice que brilla
tanto como el oro, pero se oxida más rápido, no se lo puede dejar tiempo
afuera; como les dije una vez lo que nace en la carne debe ser mantenido en la
carne ¿no me creen? Pregúntenle al hombre que adultera y obviamente su esposa
no lo sabe, si no le cuesta trabajo mantener en la carne lo que fue un momento
de pasión hormonal de 15 minutos. ¿No me creen? Pregúntenle al adicto a la
pornografía que cuesta mantener su adicción sin que lo descubran sus propios
hijos, lo que nace en la carne te costará mucho trabajo y vivir en santidad no
cuesta trabajo, es más fácil vivir en santidad, es más sencillo vivir puro,
santo, porque uno no tiene que acordarse de ninguna mentira, ni tratar de
ocultar ni hacer otra historia para tratar de ocultar la mentira anterior, uno
es lo que es, no es un impostor, pero cuando tienes un lado oculto te cuesta
mucho trabajo demostrarle a los demás que tú eres una cosa diferente a lo que
tú eres realmente. Tu reputación es lo que la gente cree, tu carácter es lo que
eres realmente.
¿Recuerdan
lo que les dije hoy? El Señor no te usará, si primero no hará que tengas oro,
si primero ese oro no fue templado a las altas temperaturas del Espíritu.
Necesitas pasar por las altas temperaturas del Espíritu para poder ser templado
y decir: “lo que yo tengo, será poquito, pero te aseguro que es oro, soy real,
soy genuino”.
He escuchado testimonios de hombres que tienen atracción por otros hombres y tienen un matrimonio, esposas, hijos pero en la intimidad son homosexuales y ustedes dirán y pero ¿su esposa que se acuesta con él no se da cuenta? No, por años, ¿Cómo lo sé? Los he escuchado en oficinas pastorales. Pastor usted no sabe lo que a mí me pasa no, no tiene idea, tengo atracción por otra persona, wow yo creo que solo está hablando de adulterio, pero él va por más y dice una persona de mí mismo sexo; mujeres que luchan con un lesbianismo oculto y tienen hijos y tienen esposo y dicen, bueno si ignoro esa parte tarde o temprano se va a ir; creen que ignorando el gigante, el gigante dejará de desafiarlos en su valle de intimidad los días de semana. Gente que lucha con vicios que aun ni sus más cercanos saben. Hijo puedes ponerte una pastilla, un caramelo de menta para que tus padres no sepan que estas fumando, pero el Señor si lo ve, y el Señor sabe que lo que tienes es un escudo de bronce, el Señor se acerca y dice: “no es lo genuino, has hecho un pecado de primera calidad y lo has reemplazado por algo de tercera calidad y tarde o temprano los que son impostores o los que han vivido simulando algo que no son terminan siendo casi cristianos”.
Me
escriben a veces en los correos y me dicen: “mire yo no tengo relaciones con mi
novia, solo nos acariciamos en ciertas partes íntimas, pero no hemos tenido
relaciones”, creen que porque “casi pecaron”, son "casi salvos" y eso
no existe.
¿Y cómo
recuperamos el oro perdido? Bueno comienza con quitarnos la apariencia de
espiritualidad, comienza con humillarnos delante del Señor y saber cómo digo
siempre, el fuego no cae sobre altares vacíos, no habrá fuego de Dios, no habrá
fuego genuino sobre altares vacíos y no les estoy predicando nada que Dios no
me esté pidiendo a mí. Dios nos está pidiendo más entrega, necesitamos un
avivamiento real donde no podamos cerrar las puertas de la iglesia, ni de lunes
a domingo, pero para que eso ocurra, Señores para que eso ocurra Dios no
necesita llenarlo con gente casi cristiana.
Hemos
visto hasta mal llamados avivamientos, hemos crecido con gente que venía por
puertas giratorias, venia se congregaba y después se iba ¿Y por qué se iba?
Porque no tenían carácter. En vez de estar cimentados sobre la roca, sobre la
peña, eran cimentados sobre la arena y recibían la palabra, pero cuando vienen
los vientos como dice la biblia esa semilla se les perdía y hoy ya no están
¿Qué paso? Es que peque, todavía a mí me cuesta muchísimo, muchísimo escuchar,
nos duele con Liliana cuando escuchamos que fulano de tal, un líder que
queríamos, te dice no, es que peque y yo sé que ninguno de nosotros es un
perfecto, ni un santo absoluto porque la santidad solo viene por gracia y Dios
no busca gente perfecta sino perfecciona a los que busca. Pero otra cosa muy
diferente es cuando sin temor de Dios, el temor de Dios es la última frontera
que uno cruza, reemplazamos los escudos de oro por escudo de bronce, el Señor
no tiene problemas con los pecadores, él cenó con prostitutas almorzó con
borrachos, él tocaba a los leprosos, el ama a los pecadores, los ama, los ama;
pero no los puede traer a su iglesia, no los puede traer a su templo a los
pecadores que hoy se están muriendo, no los puede traer si dentro de la iglesia
hay gente que simula que es oro cuando realmente es bronce, eso es lo que tiene
que cambiar.
Dios
necesita resucitar nuestra oración, nuestros ayunos, nuestra entrega con Dios,
Dios necesita resucitar nuestra comunión con él, esa comunión que teníamos
cuando lo único que nos importaba era adorar a Dios, clamarlo a él, estar bien
con él, no nos importaba un cuerno lo que dijeran de nosotros, queríamos ser
santos, queríamos ser puros ¿Qué nos pasó en el camino? De pronto reemplazamos
los escudos de oro por los escudos de bronce y dijimos todo está bien no pasó
nada, no he perdido nada, no, no todo está bien, si has perdido mucho, mira que
tengo contra ti que has perdido tu primer amor.
Este
mensaje estoy seguro que no va para todos, pero hay personas que Dios les esta
hablando puntualmente por última vez. ¿Quieres subir a un nuevo nivel? ¿Quieres
subir a una nueva dimensión conmigo? ¿Quieres realmente estar entre mis
escogidos, tener un favor especial? Entonces no aparentes lo que no eres, no
les pidas consejos a los demás que sabes que te van a justificar el pecado,
rodéate de gente que te va a confrontar, no permitas escudos de bronce. Dios no
tiene problemas con el pecador, insisto, tiene problemas con los hipócritas.
Van a ver
dos Jesús casi diferentes, yo estoy experimentando ese carácter de Jesús hace
unos meses, van a ver un Jesús amoroso que toca a los que nadie toca, a los
leprosos, a los intocables, que se sienta con borrachos, que se queda sentado
junto a la peña dándole de beber a una mujer y de repente van a ver un Jesús
que les dice hipócritas, generación de víboras, generación adultera hasta
cuando he de estar con ustedes y ustedes dicen ¿Qué le paso, que le cambio el
carácter? Lo que cambio es el público, lo que cambio es a quién esta dirigiendo
su mensaje, él no tenía ni un ápice de paciencia con los hipócritas, con los
que reemplazaban oros con bronce, y encima decían “no estas respetando el
sábado Jesús aleluya”, con esos no les tenia paciencia.
A mí a
veces me critican porque yo al que entra al Facebook o a las redes sociales y
me dice hermano anticristo, yo directamente lo bloqueo, no le tengo ni
paciencia, ni le explico y digo si el Señor no les tuvo paciencia ¿Por qué voy
a ser más bueno que Dios?. A esa gente que en ocasiones se levanta simplemente
para criticar sin piedad, y se levantan con sus escudos diciendo es que yo soy
santo aleluya, hay que decirles no tienes oro, eso es bronce, se nota el óxido,
se nota que no resiste las altas temperaturas, no ha sido templado bajo el
fuego del Espíritu; háblame cuando tengas oro que dar, háblame cuando lo tuyo
sea genuino.
Si hoy
dices, “Señor hay cosas que en mi vida son un fraude, he sido un impostor en
muchas cosas, he venido a adorar acá y realmente no adoro en toda la semana, si
me conocieras pastor a veces soy un demonio en mi casa, no sé qué me pasa, pero
quiero cambiar”; no te estoy diciendo, si eres así, vete, te estoy diciendo:
cambia; dile: Señor dime: ¿qué debo hacer?.
Oro para
que ese sea el espíritu de ustedes, que vengan de donde vengan, entren aquí,
adoren y sus entrañas se le conmuevan y tengan una controversia con las cosas
malas y digan: “Yo quiero, necesito arrepentirme”, el Espíritu Santo ha venido
para que te arrepientas. Este es un lugar para temblar con la presencia de Dios
y cambiar de vida, y tener convicción de pecado y decir: “Yo quiero cambiar, no
quiero tener más escudos de bronce, no quiero ser más un impostor, quiero ser
real, quiero ser genuino”. Esto te involucra a ti, Dios te dice: a ti te estoy
hablando, esto involucra a cada uno de los que están aquí, jóvenes, no tan
jóvenes, mamis, papis. Dios necesita purificarnos la mente, cambiar nuestro
corazón, nuestra forma de ver las cosas, hacernos puros, ¿que ven donde tocan
tus manos, donde caminan tus pies, que ven tus ojos, que oyen tus oídos, que
habla tu boca?.
No
cambiaré este mensaje que es el que Dios me dice, “prepara la iglesia para la
cosecha que va a venir”. Dios no traerá los peces, los pescados al refrigerador
para que se pudran, él no hará una gran pesca y los traerá a un refrigerador
para que se echen a perder. Dios dice: “Prepara el prestigio de conservación,
prepara la consolidación, consolida tus discípulos, levántalos porque vendrá el
tiempo que no habrá tiempo, vendrá tiempo que no habrá tiempo de hablar estar
cosas, dice el Señor, “yo ya no hablaré de estas cosas cuando venga la gran
cosecha, si no estás entre los que están en santidad, si no estás entre los que
levantan el escudo de oro, te lo habrás perdido. Son las últimas oportunidades
que Dios habla, los últimos momentos en que Dios habla a tu corazón y te dice:
“hoy, hoy ponte a cuentas porque vendrá el tiempo en que no habrá tiempo”.
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