No
vivimos en un mundo seguro, como habíamos esperado después de la caída del Muro
de Berlín, no se ha abierto la etapa de paz, como algunos analistas habían
pronosticado. Lo que ha aparecido detrás del muro no es la paz sino un mundo
que todo el Occidente había olvidado. Es el mundo del Islam y los radicales
musulmanes, cuya ambición es la misma de los Nazis, gobernar el mundo bajo la
ley islámica y formar un estado islámico global bajo un Califa.
Antes del 11 de septiembre 2011, en el mundo Occidental en general ¿Quién se preocupaba de las diferentes escuelas musulmanas y de sus corrientes más extremistas? ¿Quién se inquietaba por los “salafistas”, que quieren volver a los comienzos del Islam primitivo? ¿Quién pensaba en los “wahabíes”, que quieren unificar el Islam sobre las bases más simples e integristas? ¿Quién se agitaba de los Hermanos Musulmanes, los más preparados y consistentes de esos movimientos?
La verdad pocos, sólo los especialistas o los estudiosos del mundo musulmán.
Ahora se sabe que todas esas corrientes están en ofensiva violenta contra el Occidente. Ahora están al tanto, de que los musulmanes quieren conquistar el poder, golpear la influencia mundial de los “cruzados”, que es como nos llaman a todos nosotros, los cristianos y Occidentales. Para estos fundamentalistas, profesar otra Fe que no sea el Islam es un pecado, el laicismo es una blasfemia, la separación entre Fe y Estado es un reniego, la igualdad entre hombres y mujeres antinatural y el progreso es un desafío al orden divino y a la voluntad todopoderosa de Allah.
En España, los españoles se desconfían en llegar esta amenaza a su tierra, entre otras cosas porque están engañados de la historia de la convivencia con el Islam. Además, en España no había ni hay tradición de estudio de las religiones comparadas. Es difícil de entender que en España, todavía, entre los grandes partidos políticos, hay un debate sobre la asignatura de religión y no se haya llegado a un acuerdo de implantar una asignatura de la historia de las grandes religiones.
¡Como se puede dar la espalda a la importancia al estudio de las religiones comparadas ni seguir sus movimientos! ¡Como se puede ignorar la subida de la marea islámica, que empezó a remontar mucho antes de la caída del Muro!
Los españoles no quieren entender de que el Islam está en “Al Yihad” contra España desde hace seis siglos. Los árabes nunca olvidarán su expulsión de España en el año 1492, además nunca dejan de pensar en Andalucía que fue en el pasado una de las piezas fundamentales en la historia árabe musulmana y por ello piensan siempre en recuperarla sea como sea, es una espina en el corazón de los musulmanes. Según la ley islámica, cualquier tierra que una vez fue ocupada y gobernada por musulmanes pertenece por derecho a los musulmanes para siempre (Corán 2:191) “Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: ésa es la retribución de los infieles”.
En España la idea general sobre el Islam y los musulmanes es que, los islamistas radicales no son muchos, son una minoría relativamente pequeña dentro de una comunidad de creyentes constituida por unos mil doscientos millones en todo el mundo. Es una comunidad dividida en muchas ramas y en dos grandes troncos, los chiítas y los sunnitas. Los hechos de estos radicales islámicos no reflejan ni representan el Islam verdadero, porque el verdadero Islam se opone a toda violencia.
Antes del 11 de septiembre 2011, en el mundo Occidental en general ¿Quién se preocupaba de las diferentes escuelas musulmanas y de sus corrientes más extremistas? ¿Quién se inquietaba por los “salafistas”, que quieren volver a los comienzos del Islam primitivo? ¿Quién pensaba en los “wahabíes”, que quieren unificar el Islam sobre las bases más simples e integristas? ¿Quién se agitaba de los Hermanos Musulmanes, los más preparados y consistentes de esos movimientos?
La verdad pocos, sólo los especialistas o los estudiosos del mundo musulmán.
Ahora se sabe que todas esas corrientes están en ofensiva violenta contra el Occidente. Ahora están al tanto, de que los musulmanes quieren conquistar el poder, golpear la influencia mundial de los “cruzados”, que es como nos llaman a todos nosotros, los cristianos y Occidentales. Para estos fundamentalistas, profesar otra Fe que no sea el Islam es un pecado, el laicismo es una blasfemia, la separación entre Fe y Estado es un reniego, la igualdad entre hombres y mujeres antinatural y el progreso es un desafío al orden divino y a la voluntad todopoderosa de Allah.
En España, los españoles se desconfían en llegar esta amenaza a su tierra, entre otras cosas porque están engañados de la historia de la convivencia con el Islam. Además, en España no había ni hay tradición de estudio de las religiones comparadas. Es difícil de entender que en España, todavía, entre los grandes partidos políticos, hay un debate sobre la asignatura de religión y no se haya llegado a un acuerdo de implantar una asignatura de la historia de las grandes religiones.
¡Como se puede dar la espalda a la importancia al estudio de las religiones comparadas ni seguir sus movimientos! ¡Como se puede ignorar la subida de la marea islámica, que empezó a remontar mucho antes de la caída del Muro!
Los españoles no quieren entender de que el Islam está en “Al Yihad” contra España desde hace seis siglos. Los árabes nunca olvidarán su expulsión de España en el año 1492, además nunca dejan de pensar en Andalucía que fue en el pasado una de las piezas fundamentales en la historia árabe musulmana y por ello piensan siempre en recuperarla sea como sea, es una espina en el corazón de los musulmanes. Según la ley islámica, cualquier tierra que una vez fue ocupada y gobernada por musulmanes pertenece por derecho a los musulmanes para siempre (Corán 2:191) “Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: ésa es la retribución de los infieles”.
En España la idea general sobre el Islam y los musulmanes es que, los islamistas radicales no son muchos, son una minoría relativamente pequeña dentro de una comunidad de creyentes constituida por unos mil doscientos millones en todo el mundo. Es una comunidad dividida en muchas ramas y en dos grandes troncos, los chiítas y los sunnitas. Los hechos de estos radicales islámicos no reflejan ni representan el Islam verdadero, porque el verdadero Islam se opone a toda violencia.
¿DE DÓNDE VIENEN ESTAS IDEAS?
Pues de las pocas universidades, escuelas, academias y fundaciones, conocidas como centros especialistas en el mundo árabe musulmán, extendidas en toda España. Investigando estos centros, encontramos que la gran mayoría de los responsables y los profesores en estos centros, son de origen árabe musulmán. Por lógica, estos profesores nativos nunca enseñan la historia real y verdadera del Islam, ni dar a conocer los versos violentos del Corán, sobre todo jamás traicionan su patria ni su religión. Otros son conversos al Islam, que son más radicales que los musulmanes mismos. También hay profesores españoles, que identifican como “progresistas” simpatizantes con el Islam y los árabes, que no son cualificados en la materia, están allí por interés y pura política. El último grupo de especialistas y expertos, son menoría, pero, por miedo de los musulmanes, de los demás profesores y por conservar su impuesto de trabajo, enseñan lo políticamente correcto. Gracias de todo ello, España es muy ignorante de la segunda religión más grande del mundo “El Islam”, ingenuos sobre las intenciones del Islam y atrasados de su historia. Cuando los musulmanes invadieron España, se necesitaron siete siglos para sacarlos. En realidad, no hay Islam violento y otro menos fanático. El Islam es uno, la misma raíz del Islam, habla por el mismo, está en la conquista militar, y el fruto que vemos hoy viene de esta raíz. El Islam, desde su mismo principio, fue propagado por “el filo de la espada”. La historia del Islam está repleta de violencias y guerras, desde su nacimiento hasta el día presente. Es verdad que los radicales violentos islámicos, hoy día, son una minoría, pero una menoría muy organizada, con conexiones entre sí a través de Internet y de las instituciones religiosas y sociales. Además, goza de gran simpatía en buena parte del mundo árabe musulmán, sobre todo entre los jóvenes. Es una minoría que tiene, unos objetivos tiránicos, tanto religiosos como políticos. Pretende imponer la forma de ver sus creencias a la mayoría de los musulmanes, que no son activos como ellos, pero de corazón están con ello. Debemos comprender que el Islam es una amenaza, tiene una historia sometida a una gran tensión a lo largo de los siglos. En esta tensión, el Islam reconoce el Occidente como Satanás, como el gran poder del mal que quiere destruir al Islam, y por eso se declara “Al Yihad” contra todo lo occidental. El pensamiento islamista es muy cerrado que en su totalidad niega todo lo occidental y lo considera malo, con excepción del progreso económico y técnico. Según el Islam, la Ley es la da Allah, no las pueden hacer los hombres ni un Parlamento. Para ellos todo lo que hay que saber está en el Corán y en los Hadices (los hechos, actos y dichos de Muhammad, transmitidos por intermediarios). Según el Islam, del Corán y de los Hadices se salen una doctrina que debe ser la Ley y los gobiernos existen para hacer cumplir la Ley divina.
Es curioso que en pleno siglo XXI uno de los escritores que más citen los fundamentalistas sea Ibn Taimiya que vivió entre los años (1263-1328) al final de las Cruzadas, en la época de Saladino. Ibn Taimiya es uno de los juristas más importantes y más radicales en la historia del Islam, era muy hostil hacia los judíos y cristianos. Considerado el fundador del Salafismo, que viene de la palabra árabe salaf سلف, que significa literalmente (primeras generaciones o los antepasados), la idea principal del Salfismo es: “El musulmán debe de vivir el Islam como lo vivieron los primeros musulmanes; Muhammad y sus seguidores con sus enseñanzas y conquistas, aplicando las leyes islámicas”. Las fuentes de la ley islámica son: el Corán, la sunna (los dichos, hechos y actos de Muhammad) y las cuatro escuelas islámicas (Malikí, Hanafí, Shafi’í y Hanbelí).
Para los islamistas ultra, otro padre espiritual es Muhammad bin AbdulWahab, que vivió entre los años (1703-1792). Abrazó el mensaje y las enseñanzas de Ibn Taimiya y fundó su nueva tendencia religiosa, el Wahabismo Saudí. Empezó sus predicaciones cuando el Imperio Otomano empieza su lenta retirada del suelo europeo tras los fracasados sitios de Viena y de Budapest. Su mensaje, sus objetos y sus enseñanzas principales coincide con el de Ibn Tamiya “A vivir el Islam aplicando las dos únicas fuentes del Islam; el Corán y la Sunna- los dichos y hechos de Muhammad”. Hoy día el Wahabismo es la interpretación oficial del Islam en Arabia Saudí. El wahabismo hace muy difícil la conciliación legislativa a la realidad actual y reproduce valores y ofrece soluciones colocadas hace catorce siglos.
El verdadero fundador del Salafismo moderno, fue el célebre Jamal Al- Din Al- Afgani, Nació en el año 1838 en Kabul (Afganistán) y murió en Estambul en el año 1897. Era buen discursante, en su primer discurso dijo: “El judaísmo y el cristianismo son nuestros principales enemigos. El mundo musulmán debe unirse en una gran alianza para la llamada al Yihad o la guerra santa contra todo el occidental”. Jamal, viajó a todos los países árabes e islámicos, predicando sus pensamientos. Tuvo mucho éxito dentro y supo atraer hombres notables, como: El Shej Muhammad Abdu (1849-1905). Fue un intelectual religioso y jurista islámico egipcio. Escribió muchos tratados sobre la Unicidad de Dios, manifestando sus ideas principales, contra el judaísmo y el cristianismo: “La única religión que cree en la unicidad de Dios es el Islam. Por lo tanto es la única religión verdadera, superior al judaísmo y el cristianismo. Proclamando, formar un estado islámico global bajo un Califa. La lucha santa o al Yihad contra la influencia euro¬pea, contra los judíos y cristianos es un deber y obligatorio para todo musulmán”.
El brazo político del movimiento religioso Salafismo, son los Ijwan Al- Muslimun o los Hermanos Musulmanes. Su fundador es el egipcio Shej Hassan Al- Banna (1906-1949). Fundó su primera organización a los ocho años de edad, en el año 1914. A los 16 años fue admitido en la prestigiosa universidad de Al-Azhar. En el año 1928, fundó la organización Hermanos Musulmanes. Al-Banna era panislamista, es decir, que creía más en una unidad basada en la fe islámica que en la identidad nacionalista. En sus discursos y enseñanzas, Al- Banna siempre hacía llamamiento y animaba a sus seguidores a las revoluciones y la lucha, Al Yihad contra los europeos, los occidentales, los judíos y cristianos, con la excusa de salvar el Islam. Proclamando, formar un estado mundial islámico bajo un Califa. En 1948 la organización ya contaba con dos millones de miembros. Al- Banna, fue asesinado en 1949. Cogió la rienda después su amigo y su hombre de confianza, Sayid Qotb (1906-1966). Considerado uno de los principales fundamentalistas islámicos. Muy joven se fue a EE.UU. para estudiar el nuevo sistema educativo. Dos años más tarde, regresó a Egipto diciendo, “que la sociedad occidental esta enferma, hay que proteger los musulmanes de este enfermedad, luchando contra todo lo que es Occidente”. Además afirmaba, para conseguirlo, en los países árabes y islámicos, los políticos deben de aplicar las leyes islámicas “Al- Shari`a”.
Tras la responsabilidad de los hermanos musulmanes del asesinato del primer ministro egipcio, en aquel tiempo, Al Naqrashy Basha en el año 1948 y el Rey Abdullah en 1951. Nasir, en el año 1965, acusa oficialmente a los Hermanos musulmanes de terrorismo, prohíbo la organización en Egipto y su líder, Qotb, fue detenido juzgado y ejecutado en el 1966. Los Hermanos Musulmanes han condicionado la vida política de Egipto a lo largo de todo el siglo XX y hoy mismo tienen una fuerte influencian social y política. Los Hermanos son un “movimiento religioso islámico nacional político” con ramificaciones importantes en Siria, Jordania y otros muchos países islámicos y en Europa, incluida España. Entre sus miembros hay desde profesores universitarios hasta obreros y agricultores y todos desempeñan una notable actividad de caridad, ayuda social, organización de comunidades y formación cultural y religiosa. Defienden la superioridad moral del Islam y son muy críticos con el Occidente.
Las ideas principales de los hermanos musulmanes recogida en sus artículos y sus discursos: “El Islam es fe, oración, patria, religión, nacionalidad, Estado, espíritu, labor y también espada. La guerra santa o (Yihad), es un pilar muy importante en el Islam, es el sexto pilar del Islam. Hay que combatir a los cristianos y a los judíos hasta que acepten el Islam como su fe verdadera, formar un estado islámico global bajo un Califa.
El pensamiento de Qotb y de los Hermanos musulmanes, es el principal pensamiento de todos los grupos islámicos terroristas, el brazo armado de los Hermanos musulmanes, nacidos en los años setenta, como Al Qaeda y sus lideres Osama bin Laden y Ayman Al- Zawahiry. Además, actualmente tenemos el Estado Islámico de Irak y Siria- ISIS), conocido, como uno de los grupos militantes islamistas mejor organizados del mundo. Las acciones de ISIS se han concentrado en gran medida en Irak y Siria. Sin embargo, afiliados del Estado Islámico han comenzado a ampliar su alcance retórico y las redes sociales con el fin de alcanzar a miembros de la comunidad musulmana en todo el mundo, con el objetivo principal de formar un Califato islámico mundial, bajo un Califa. El Estado Islámico vuelve a impresionar al mundo después de publicar el video de la decapitación de otro periodista (el tercero hasta el momento), identificado como el británico David Cawthorne Haines. Algunos arabistas e islamistas, excusan estos actos diciendo que estos sucesos no tienen nada que ver con el Islam verdadero, mostrando lo poco que conocen el Islam. En realidad, este es el Islam verdadero, el pensamiento, las ambiciones, los dichos y los hechos de ISIS, están pasados sobre la ley islámica. El Corán decreta a los creyentes la decapitación de los infieles, (Sura 8:12) “Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles el cuello, pegadles en todos los dedos!” y (Sura 47:4) “Cuando sostengáis, pues, un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterlos. Entonces, atadlos fuertemente. Luego, devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, para que cese la guerra. Es así como debéis hacer. Si Alá quisiera, se defendería de ellos, pero quiere probaros a unos por medio de otros. No dejará que se pierdan las obras de los que hayan caído por Alá”.
Los islamistas no creen en el progreso, solo creen en el mensaje de Allah, para ellos, es perfecto y no hay nada que lo pueda complementar. Por tanto proponen la vuelta al comienzo, a los orígenes del Islam del siglo VII que se expande por todo el mundo. El islamismo tiene además unas técnicas de predicaciones muy ensayadas y muy convincentes. El mensaje de los salafistas no deja de ser atractivo. Volver al pasado, unificar las cuatro escuelas jurídicas en una sola; crear una sola comunidad de fieles en todo el Planeta, uniendo por encima de los estados a los mil doscientos millones de musulmanes de todo el Planeta; una Umma sin fisuras que se impondría al resto del mundo a través del petróleo y del gas y haciendo valer su posición geoestratégica.
Finalmente, Dentro del Islam los shiies y los Sunies, están enfrentados entre sí y no están de acuerdo en muchas cosas. Pero los dos tienen en común y están muy unidos en aplicar la ley islámica, la persecución y el genocidio a los judíos, cristianos, los libres pensadores, a los que abandonan el Islam y la lista es interminable.
Raad Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen iraquí
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