La historia del actor Charlton Heston ilustra nuestra necesidad de hacer
todo lo que podamos y confiarle a Dios lo que no podemos.
Durante la filmación de la gran película épica Ben Hur, Heston trabajó
largas horas con los entrenadores para aprender a manejar un carro para la
escena crucial de la carrera de carros. Mejoró mucho su manejo de los caballos
y el carruaje., pero finalmente se convenció que la tarea era un desafío mayor
de lo que había previsto inicialmente. Se aproximó al legendario director de la
película, Cecil B. De Mille para hablarle acerca de la escena.
Señor De Mille, le dijo, he trabajado duramente para manejar este carruaje
y creo que puedo hacerlo con toda soltura en esta escena. Lo que no creo es
poder ganar la carrera.
El director le contestó: Usted conduzca solamente. El resto lo hago yo.
Dios tiene diferentes formas de dirigir las distintas carreras que hacemos
en el transcurso de nuestra vida. Él confía que hagamos nuestra parte de
dominar el carro. Nosotros debemos confiar en que Él determinará el resultado
de la carrera. Como dijo una vez un ingeniero: Dios provee la energía inicial.
Nosotros la producción. Y Dios da el resultado final.
El mayor acto de fe para el hombre es reconocer que no es Dios.
Salmo 100:3
Sabed que Él, el Señor, es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado.
Sabed que Él, el Señor, es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado.
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