lunes, 21 de julio de 2014

LA ORACION DE LIBERACION


a-LA ORACION DE LIBERACION

El ministerio de liberación se realiza en el nombre y con el poder de Cristo Jesús.  En su nombre oramos al Padre y resistimos las asechanzas del Enemigo. Con su poder lo liberamos de toda opresión y obsesión.

La liberación de opresiones y obsesiones tiene dos aspectos:

-          Orar al Padre en el nombre de Jesús para que libere a la persona de todo lo que esta esclavizado. Es tan obvio este aspecto que no necesita aclaración.

-          Imperar con el poder de Cristo que dijo: “En mi nombre expulsaran demonios”. (Mc 16, 17). Aquí debemos subrayar que no se trata de una petición sino de una orden para que deje en paz y libertad a la persona. Esta autoridad se ejerce en el nombre de Cristo Jesús.

La oración más sencilla y eficaz la encontramos en San Pablo: “En el nombre de Jesucristo te ordeno que salgas de esta mujer. (Hechos 16, 18).

Algunos sacan al espíritu pero no le prohíben regresar, olvidado aquella palabra del Evangelio: El Espíritu anda vagando y puede regresar con siete peores. (Mt 12, 43-45).  Es necesario darle la orden: “Te prohíbo regresar”.

Para hacer la oración de liberación es necesario primeramente pedir la oración de protección del Señor. Así como en la noche de Pascua los dinteles de los hebreos, protegidos por la sangre del cordero pascual, eran respetados por el ángel exterminador; así también la Sangre del Cordero nos cubre, protege y libera de toda influencia del Malo.

El P. Emiliano nos dice como hace esta oración. “Yo reclamo sobre mí y sobre los que aquí estamos la sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo para que nos purifique de todo pecado y nos proteja contra la influencia del Maligno”.

Recuerdo uno de los primeros casos de liberación en que por inexperiencia cometimos errores, pero que mucho nos enseno: Sin pedir protección previa nos metimos a hacer una liberación a una persona en un grupo de oración donde había más de treinta personas. Oramos y ordenamos al espíritu que saliera. Aquella persona se levantó liberada pero en ese mismo momento otra comenzó a manifestar los mismos síntomas. Oramos también por esta y el Señor la liberó, pero el problema se trasladó a una mas.

Aparte de que nos había faltado la protección del Señor aprendimos una cosa para toda la vida:

-          No basta sacar al espíritu sino que es necesario prohibirle que regrese. (Mc 9, 25). Y enviarlo al pie de la cruz para que Cristo disponga de él.

-          Esta oración es conveniente que se haga en comunidad pero no en grupo grande; en un lugar privado, sin curiosos ni niños.

-          El equipo debe estar formado por personas maduras y prudentes, tanto para no estar viendo diablos por todos lados como para saber discernir su presencia y su influjo.

-          Por la sangre de Cristo y por sus preciosas llagas tomamos autoridad sobre toda atadura y la desatamos en el nombre del Jesús.

Existe otro aspecto, mucho más importante: no basta sacar las tinieblas. Es necesario encender la luz de Cristo. Si evangelizamos auténticamente, llevando la persona de Cristo a los demás, nos evitaremos muchos de estos casos de liberación, ya que al entrar Cristo Jesús, que es el mas fuerte, expulsa al más débil. (Lc 11, 22). La luz echa fuera las tinieblas. (Jn 1, 5).

La eficaz liberación solo se puede llevar a cabo en un proceso de evangelización integral. Sacar espíritus por sacarlos no tiene ningún sentido. Jesús envió primeramente a sus apóstoles no a expulsar demonios sino a anunciar el Reino. La expulsión es consecuencia de la evangelización. (Cf. Mt 10, 7-8).

Generalmente me niego a hacer oración de liberación a personas que no están en un comprometido proceso de conversión.

b. AUTO LIBERACIÓN

En los casos de obsesión y opresión podemos hacer una oración de auto liberación, teniendo en cuenta lo antes expuesto.

Por la fe de nuestro bautismo compartimos la victoria de Cristo y tomamos autoridad en su nombre para expulsar a los espíritus que nos inquietan, molestan o perturban. Por el poder de Cristo la persona se declara libre, gracias a la sangre de Jesús.

Dependiendo del caso y el discernimiento carismático se puede hacer la siguiente oración: “Espíritu de: (suicidio, desprecio, impureza, rencor, miedo, etc.) yo te ordeno en el nombre de Jesús que te alejes de mí y te vayas a los pies de Jesús para que disponga de ti. Te prohíbo, en el nombre de Jesús, que me vuelvas a molestar”.

P. Emiliano Tardif

Fuente: JESÚS ESTÁ VIVO

Publicado por: José Miguel Pajares Clausen

(Continuará)

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