He recibido felicitaciones por mi
post El nudo gordiano palestino. Igualmente, he recibido emails en los
que algunas personas me manifestaban hasta que punto disentían de mis
opiniones.
Mis opiniones no son infalibles.
Cuántas veces me he equivocado en la vida. Y cuántas más habrá de las que ni
aún ahora soy consciente.
Ahora bien, en este tema del
conflicto palestino-israelí se me puede decir que estoy equivocado, pero de lo
que no se me puede acusar es de estar muy bien informado.
Amo al pueblo palestino, tanto a
la parte musulmana como a la ya casi inexistente parte cristiana. El pueblo
palestino no ha dejado de sufrir desde 1948.
En 1993, tras los Acuerdos de
Oslo, el conflicto de los dos pueblos pareció bien encauzado. Encauzado
directamente hacia la solución. Pero lo que no sale en las noticias ni en los
documentales, es que el régimen de Yasser Arafat cayó en una corrupción
increíble. La corrupción y la despreocupación por el pueblo fue de tal calibre
que el partido en el poder, Al-Fatah, fue cayendo en el descrédito, mientras
las versiones más extremistas y fanáticas iban ganando terreno. Porque además
estos fanáticos subvencionaban a las familias que se iban uniendo a su red político-religiosa.
Al final del régimen de Al-Fatah,
ya había un estado dentro del estado en los territorios palestinos. En 2006, el
partido ligado a Hamás logró la mayoría absoluta.
La gente en Europa tiene una
visión de las cosas extraída de unos cuantos telediarios. Después ese ciudadano
medio descubre con horror el día a día del nuevo califato islamista
sirio-iraquí. Y la gente entonces exclama: pues no sabíamos nada. Y el
Presidente e Siria de ser un enemigo a batir, pasa a ser un elemento necesario.
El presidente de Siria es un monstruo. Pero es un monstruo-tapón que impide que
emerja un monstruo mucho peor.
En definitiva, en el caso del
Palestina e Israel, las cosas son mucho más complejas que lo que el ciudadano
medio europeo cree. Y cuando les tratas de dar una versión diferente, te
responden con el insulto.
Lamento mucho la situación de los
palestinos, muchísimo. Pero ahora la gente razonable y moderada de ese país,
está siendo usada como rehén, como escudo humano, como sangrienta carnaza mediática,
en un juego promovido por grandes poderes. Poderes que se han empeñado en
lograr un estado islamista extremo en Palestina que dejaría al de los ayatolás
como una cosa moderada. Desgraciadamente, desde hace años, los que gobiernan al
pueblo palestino son personas con las que es muy difícil negociar.
Deseo de todo corazón la paz y que acabe el sufrimiento y que finalice
la siembra del odio. Pero os mentiría si os dijera que me muestro optimista
hacia donde puede evolucionar este conflicto.
P. FORTEA
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