miércoles, 4 de junio de 2014

EL ANACORETA Y EL VALLE DE LÁGRIMAS


Aquella buena señora hablaba con el Anacoreta sobre la situación actual del mundo y dijo:

- Hemos de tener paciencia. Dios ha querido que este mundo sea un valle de lágrimas...Después recibiremos el premio.

El anciano dio un respingo en su asiento, enrojeció y miró con los ojos bien abiertos a la señora, a la vez que respondía con voz alterada:

- Señora. Dios no quiere que este mundo sea un valle de lágrimas, sino todo lo contrario. La culpa la tiene nuestro egoísmo, nuestra injusticia, nuestra falta de solidaridad. Dios quiere que luchemos en este mundo para cambiarlo. No, que nos quedemos hipócritamente sin hacer nada, esperando un premio en el otro mundo. Recuerde que Jesús dijo, que el Reino ya está aquí. Y ese Reino no es de sufrimiento. Es aquél en el que los ciegos ven, los cojos andan, los mudos recuperan el habla...Ese es nuestro trabajo en este mundo. Hacer crecer este Reino y no hacernos los santurrones.

La buena señora se fue algo escandalizada de ver al Anacoreta alterado. Y el Anacoreta buscó el silencio de la capilla buscando sosegarse y arrepentido por no haber sabido contenerse...

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