Acababan de ver la película "A los que
aman" de Isabel Coixet. El Anacoreta dijo a su joven seguidor:
- Te hablaré otro día del tema fundamental, ese
amor que todos hemos tenido, que pudo ser, pero no fue. De los dolores sufridos
en silencio...Pero hay una frase, quizá sin importancia, que me ha llamado la
atención.
El joven se extrañó, pero se dispuso a escuchar.
- Hay un momento en que una niña le dice a una
monja, que le gustaría recibir cartas de amor y esta le responde, que ella
también, pero está casada con Dios y Dios no escribe cartas.
Sonrió pícaramente y prosiguió:
- No me gusta ese concepto de matrimonio con Dios
para definir la vida religiosa, pero lo que más me extraña es, que la monja
diga que Dios no escribe cartas. Dios nos está escribiendo cartas
continuamente, nos está hablando a cada momento, pero nosotros no sabemos
escucharlo. Nos habla por las demás personas, nos habla por los acontecimientos,
por las personas que nos quieren y por personas que aparecen "por
casualidad" en nuestras vidas. Nos habla en nuestro corazón cuando sabemos
guardar silencio en la meditación. Nos habla en la naturaleza...Todo eso son
cartas que Dios nos envía. Sólo falta que nosotros sepamos leerlas...
Enviat per Joan Josep Tamburini
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