martes, 10 de julio de 2012

Tener compasión de los que no conocen a Jesús y hablarles de Él


A muchos de los cristianos nos falta "sentir compasión" de aquellos que no conocen la verdad del Evangelio, sólo pensamos en nosotros mismos; porque es suficiente que yo conozca a Jesús, me reúna con mis hermanos a orar y a dar gloria a Dios, sin pensar que también nosotros somos el medio para que otros lo conozcan y lo amen.

EL EVANGELIO DE HOY
Mateo 9, 32-38

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud, maravillada, decía: "Nunca se había visto nada semejante en Israel". Pero los fariseos decían: "Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios".

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos".

REFLEXIÓN
En este mundo individualista en el que muchos de nuestros hermanos viven sólo para sí mismos, sin ver a los demás, Jesús nos recuerda que no estamos ni viajamos solos. Jesús vio a todas estas personas que necesitaban de alguien que los instruyera, que los ayudara a mejorar su vida, a descubrir y construir el Reino de los cielos, y dice la Escritura que: "Tuvo compasión de ellos".

Si la evangelización y la promoción social a la que nos invita el Evangelio no avanza, o no avanza como debería, es porque a muchos de los cristianos nos falta "sentir compasión" de aquellos que no conocen la verdad del Evangelio, porque sólo pensamos en nosotros mismos; porque es suficiente que yo conozca a Jesús, me reúna con mis hermanos a orar y a dar gloria a Dios, sin pensar que también nosotros somos el medio para que otros lo conozcan y lo amen; porque el Evangelio se separa de la caridad y del servicio y esto hace que se interprete como una filosofía.

Debemos orar al Señor que envíe operarios a la mies. Sí, pero sería más importante, al menos en estos momentos de la historia, orar para que el Señor nos haga reconocer en nosotros mismos a estos operarios, para que el Señor verdaderamente mueva nuestro corazón a la compasión por los demás y al celo por el Evangelio.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro

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