Todo pasó una mañana muy temprano cuando me estaba preparando para ir a un campamento, ya que nos habían invitado a dirigir la alabanza. Estaba tan apurado que no me percaté de que mi hija Zuri de 3 años de edad se había despertado y me veía detenidamente y a la vez con curiosidad.
Mientras seguía apurado empacando mis cosas, dirigí mi mirada hacia donde estaba ella.
- Hola papi, me dijo sonriendo.
Esas sencillas palabras me conmovieron a tal grado que dejé por un minuto lo que estaba haciendo, la levanté del suelo y la abracé fuerte.
- Hola hijita, fue mi respuesta.
Al llegar al campamento y comenzar la alabanza le dije a Jesús: “Hola papi” con todo mi corazón. Se que logré que su corazón se conmoviera así como el mío al escuchar esas palabras.
¿Hace cuánto tiempo que no le dices a tu Padre celestial “Hola Papi” o “Te amo Papi”?
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