Totalitarismo contra las familias.
Una historia tiene lugar en Suecia, la otra en Canadá, donde las autoridades llegaron a
decir que son «co-padres».
El intento de arrebatar a los padres la educación de sus hijos no conoce fronteras. Ni
fronteras geográficas, ni fronteras políticas... ni las fronteras del absurdo. Como prueban dos hechos lejanos en la distancia que recoge LifeSiteNews.
Prohibido dibujar pistolas de juguete Lo que sucedió en Canadá traspasó sobradamente estas últimas, y se quedaría en lo (dramáticamente) ridículo si no fuese por lo que declaró después uno de los responsables.
El caso es que Neaveh Sansone, una niña de cuatro años, hizo en la guardería un dibujo de su padre con un arma en la mano, diciendo que su papá la tenía en casa para matar monstruos.
El centro denunció inmediatamente al responsable de semejante incorrección política, y la policía detuvo a Jessie Sansone en cuanto se presentó en el colegio a recoger a su pequeña.
Jessie, de 26 años, tiene cuatro hijos y está esperando un quinto, y no salió de su asombro cuando se vio cacheado, desnudado y acusado de tenencia ilícita de armas, cargo formulado para
poder registrar su casa mientras Stephanie,su mujer, tenía que acudir embarazada a comisaría.
En el domicilio de los Sansone encontraron una pistola de juguete de plástico.
Lo peor de todo es la ausencia de remordimientos de los responsables educativos. Gregg Bereznick, inspector de Educación en la región de Waterloo, dijo a Sun News que lo sucedido
era perfectamente aceptable porque los profesores son "co-padres", en el sentido de que
trabajan con los niños "apoyándoles mientras crecen".
La directora de Familia y Servicios Infantiles de dicha región fue aún más lejos: "No creo que tengamos que disculparnos. Entiendo que la familia esté molesta, pero nos limitamos a seguir los protocolos establecidos", dijo Alison Scott. Canadá es uno de los países donde el totalitarismo educativo alcanza cotas más asfixiantes (así lo refleja la novela La última escapada, de
Michael O´Brien).
Recientemente un alto funcionario de la región de Alberta señaló que los padres que eduquen a sus hijos en casa (homeschooling) no podrían enseñarles la moral cristiana sobre cuestiones sexuales, dado que el sistema escolar impone otra. Y el Tribunal Supremo determinó
igualmente que en Quebec los padres no podrán negarse a que sus hijos reciban los planes de enseñanza sobre cultura ética y religiosa a que obligan las autoridades.
Exiliado de Suecia a Finlandia Para Jonas Himmelstrand, en Suecia, el homeschooling ha tenido peores consecuencias. Es presidente de la Asociación Sueca para la Educación en Casa, y no ha dejado de recibir presiones a raíz del caso, que dio la vuelta al mundo, del niño Domenic Johansson, arrebatado a sus padres en 2009 porque querían educarle en casa. Su madre, Annie, ha sufrido a raíz de ello un problema nervioso, y los padres adoptivos le han dicho a Domenic que jamás volverá a su hogar.
Himmelstrand ha luchado vigorosamente contra ese "secuestro legal", y las autoridades de Uppsala no han dejado de amenazarle, hasta el punto de que ha tenido que abandonar el país: "La
seguridad de mi familia ya no estaba garantizada", afirmó ante el temor de padecer el mismo calvario que Annie.
Las amenazas del ayuntamiento se convirtieron en "demasiadas y demasiado brutales", dice Jonas, incluyendo multas de hasta 20.000 euros. También él es homeschooler, y denunciaba
continuamente la política sueca de totalitarismo contra los derechos de los padres, además de resistir las presiones para que él mismo renunciase a educar a sus hijos en casa.
Temiendo que en ese forcejeo acabasen quitándole a sus hijos, Jonas finalmente ha decidido exiliarse a las Islas Aland, en Finlandia, refugio de los homeschoolers suecos porque el gobierno finés sí permite esta práctica.
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