El Señor me había dicho que ponía en mis manos un ministerio de ayudar emocionalmente a mujeres violadas.
Para entender lo que siente y sufre una persona que la han violado hay que haber vivido la misma experiencia. No es lo mismo decir: “yo me imagino lo que tú sientes, que decir: “yo sé lo que tú sientes. Yo sé lo que tú estás sufriendo porque yo también lo viví” Pero ¿como podemos ayudar a una persona que ha sido abusada? Creo que lo primero que debemos hacer es ser muy comprensivo con esa persona, y saber que cualquier reacción o actitud negativa en la persona puede ser normal.
Hay que tener mucha paciencia, y sobre todo brindarle todo nuestro apoyo. Esa persona se encuentra herida, llena de dolor, llena de rabia con ella misma, y con todas las cosas o persona que le rodean. También sienten rabia y dolor con Dios, porque se preguntan, si de verdad tú existes ¿por que lo permitiste? Y muchas veces sus preguntas no tienen repuesta inmediata.
En segundo lugar, después que la persona siente su apoyo, su comprensión, usted debe ayudarle a reaccionar positivamente para que sienta que aunque el mundo se le viene encima, no todo esta perdido. Dios esta en control de su vida. Usted no puede permitir que el pasado destruya su presente ni arruine su futuro.
Así como hay hombres y mujeres perversos, también hay hombres y mujeres temerosos de Dios. Así como hay mujeres victima de violación, también hay muchos hombres que han sido violados. Lamentablemente pocas personas pueden superar ese trauma y han caído victima del homosexualismo, del lesbianismo, y otros han llegado a cometer suicidio.
Hablando de los homosexuales y las lesbianas, he oído decir a muchas personas, incluso gente cristiana que odian a los homosexuales y a las lesbianas, y se convierten en jueces y jurados para condenarlos. No estoy defendiendo el pecado que ellos cometen, porque es algo aberrante delante la presencia de Dios y su Palabra condena ese pecado. Pero me refiero a la cantidad de personas que también lo condenan a ellos como persona. Ellos no nacieron así, pero algo debió marcar su vida que le llevó a caer en ese pecado. Y sólo Jesucristo puede quebrantar esa maldición.
Los padres también tienen que tener mucho cuidado de como tratan a su hijos desde pequeños. Recuerdo a un primo mío que lamentablemente falleció. Murió muy joven enfermo de sida. Pero cuando él estaba pequeño a su familia le gustaba vestirlo como una niña. A veces le ponían aretes, y hasta le pintaban la carita, y cuando iba creciendo lo llamaban mujercita. ¿Saben en que termino? en homosexual y matado por el sida. Las palabras que salen de nuestra boca tienen poder.
La Biblia dice: «La muerte y la vida están en el poder de la lengua. Proverbio.18:2» Cuando Dios me permitió hablar de mi testimonio, yo no tocaba el tema de la violación, para mi era algo vergonzoso, y no sentía de hacerlo. Pero un día el Señor me dijo que tenia que hablar de ese tema, porque dentro de su pueblo habían muchas personas sufriendo, hombres, mujeres, jóvenes, y niños que habían sido violados. Y que no podían crecer Espiritualmente porque todavía no han podido superar ese trauma. Y que muchos preferían no hablar de ese tema, y aún al mismo Señor no le habían permitido entrar a esas áreas de su vida para que Él le sanara. Más sin embargo muchas de estas personas llamadas cristiana han querido ocultar su realidad detrás de una falsa santidad y religiosidad. Su vida es una mentira. Mentira que ellos mismo se creen 100%. Y muchas veces son quiénes más oran y ayunan. Pero la realidad es que ellos necesitan de una sanidad interna.
Cuando el Señor me dijo que hablara de mi experiencia, yo le dije que si tenía que hablar de ese tema, mejor no daba el testimonio. El Señor no me dejaba tranquila, ni siquiera me dejaba dormir, y me decía: “Habla, tienes que hablar”. En esa misma semana estaba hablando con un joven cristiano y el Señor me mostró que cuando ese joven era un niño lo habían violado. Yo le dije a ese joven lo que el Señor me había mostrado, y él me confesó que era cierto, que cuando él estaba pequeño, un tío lo violó, y que aunque él estaba en el evangelio no había superado ese trauma.
Yo misma creía que había superado mi propio trauma, pero lo que había hecho toda mi vida fue guardarlo muy bien en mi subconsciente. Y aunque no sentía dolor, ahí estaba. Pero el Señor no quería que lo guardara en el subconsciente. Él quería que lo sacara y recibiera sanidad, para que también pueda llevar sanidad a otras personas. Cuando Dios empezó a tocar esas fibras, me di cuenta que el dolor y el trauma estaba allí como el primer día. Yo le lloraba al Señor y le decía: “Entra a cualquier área de mi vida, pero no entré a esa área, porque me duele mucho”. Pero mi amor por el Señor era y es tan grande que tuve que olvidarme de lo que yo sentía y obedecer su voluntad.
Obedecí al Señor, y hablé del tema de cuando me habían violado, y fue entonces cuando de verdad surgió la sanidad en mi interior. Recuerdo que la noche que daba mi testimonio, lloré como nunca lo había hecho, pero después de obedecer al Señor, vino parte de la sanidad a esa área de mi vida, y sentí que un peso muy grande me habían quitado de encima. Muchos años después Dios me permitió un encuentro con la persona que me había violado a los 11 anos de edad, y fue entonces cuando surgió la sanidad completa en esa área y para esa edad. Muchas veces Dios usará lo mismo que te hirió como antídoto para volverte a sanar. Quizás usted no entienda que quiero decir, pero más adelante le hablaré de ese tema.
Algunas personas me preguntaban, que si no me daba vergüenza hablar tan abiertamente del tema de mi testimonio, ya que era una muchacha muy joven, y quizás podía tener dificultades para conseguir un buen compañero.
Yo le contestaba que no me daba vergüenza hablar del tema, no sentía ningún dolor, ni resentimiento, tampoco sentía culpa ni vergüenza, porque Dios me había sanado y además estaba haciendo lo que el Señor me había ordenado. Y que sabía que en Dios tenía mi compañero, y que cuando me lo diera, Él no se iba a avergonzar de mí, y que en todo caso de que nadie me quisiera, me iba a sentir bien, porque si al dar el testimonio una sola alma se salvaba, o Dios la restauraba, entonces había valido la pena todo el sacrificio.
Muchos dicen que eso es recordar el pasado y que la Biblia dice que nos traigáis a memoria las cosas pasadas. Eso es cierto, pero también depende de como usted recuerde el pasado. El pasado nunca se olvida, pero es muy diferente cuando usted se acuerda de su pasado sin ningún dolor y sin ningún resentimiento, a cuando usted vive amargado pensando en lo que le hicieron y guardando resentimiento en su corazón.
Yo no puedo callar ni sentir vergüenza de lo que Dios hizo en mi vida. No puedo dejar de testificar de cómo el diablo quiso destruirme, y de cómo mi Señor y Salvador Jesucristo me salvó. Yo hubiera podido estar muerta o loca de por vida en un manicomio, pero estoy viva y con mis facultades mentales, ¡Gracias al Señor! ¿Saben ustedes las cantidades de personas que están en el infierno porque se suicidaron? otros cayeron victima de maldiciones familiares, y no tuvieron la oportunidad que Dios me dio.
Y todavía hay un sin números de personas victima del enemigo. Otras se encuentran recluidas en hospitales psiquiátricos. Otros están dependiendo de pastilla para poder sentirse un poco mejor, y tanto los enfermos como sus familiares han perdido la esperanza. Pero yo quiero dejarle saber que si hay una esperanza y es Jesús. Y creo que como hizo el milagro en mi vida, también lo puede hacer en tu vida.
Al igual que muchas personas en el mundo, yo estaba sin esperanza, y si pude salir adelante no fue por mi propia fuerza ni mis propios meritos, sino por los meritos de Cristo. Y nunca me avergonzare de testificar las grandes cosas que el hizo por mi.
Lo que a mi me da vergüenza es ver tantos tabú dentro de muchas Iglesias. Vergüenza me da ver tanta gente atada emocionalmente, porque han tenido miedo de hablar, y de decir las cosas que le atormentan por el temor al que dirán de ellos. Vergüenza me da cuando ciertos pastores y ministros dudan de lo que estoy diciendo y de las experiencia que viví con el mundo Espiritual, más sin embargo, la mayoría de su miembros están viviendo la misma experiencia, y no saben que hacer, ni a quién acudir por temor de que piensen que ellos están locos o simplemente porque quizá se han descuidado Espiritualmente. Vergüenza me da ver que hay un mundo que se pierde. Hay una humanidad desesperada, en la cual muchos están sumergidos en severas depresión. Y no importa en el círculo social que se encuentren. Aun los famosos se suicidan, porque por más fama y fortuna que tienen, nada lo llena ni satisface el vacío que hay en su alma.
La mayoría de los canales de televisión están llenos de basura como la pornografía, promoviendo el sexo y el alcohol. Casi no hay programas sanos, y aun las noticias solo hablan de violencia. Eso si da vergüenza. Es vergonzoso que gente que dice creer en Dios son los primeros que prohíben que se hable de Dios. Cuando el primero que debe estar en nuestra vida y en todo lo que hacemos es Dios.
Si Dios no está en nuestro asuntos, entonces estará Satanás. Seria una bendición que Dios tocara a alguien de un canal de televisión famoso donde millones de televidente lo puedan ver y que asignen un programa para que personas que hayan sido transformados por un milagro de Dios, puedan ir a testificar.
Muchos no quieren que hablen de Dios porque es religión, pero si aparece cualquier hijo de Juan de los palotes diciendo que él es el Cristo, pues a ese escuchan. Para mi eso si es vergonzoso. Oro para que haya un despertar en el mundo y la gente pueda darse cuenta que sin Dios nada podemos hacer. Y que la única solución a todos nuestros problemas es humillarnos ante la presencia de Dios y pedir perdón para que Él nos perdone.
Les aconsejo a todas las personas que necesitan ayuda, que dejen la vergüenza a un lado y busquen ayuda. Hablen con alguien que los pueda ayudar y que les pueda entender. Busquen a alguien que les pueda creer. Busquen personas como el pastor Porfirio Reyes, que cuando fui por ayuda, Él me ayudó y me creyó, y tuvo la autoridad y el poder en Cristo Jesús de echar fuera a esos demonios.
No permitan que el miedo, la impotencia, la vergüenza, o la creencia de los demás controlen su vida, y sus emociones. No dejen que nadie le robe sus sueños. A alguien Dios pondrá en su camino para que les ayude, pero no se rindan. Peleen, porque de lo cobarde no se ha escrito nada, y si Dios ha permitido que usted este vivo o viva aún después de todo lo que usted ha pasado y sufrido, sea porque un propósito grande tiene con su vida.
No cometan el error de dejar de orar o de ir a la iglesia, porque talvez sientan que nadie los entiende, o porque quizá no sientan la presencia de Dios. Ese seria un grave error y le permitiría al enemigo ganar ventaja en su vida. Recuerden que dejar de orar, leer la Biblia y dejar de Asistir a la iglesia es cederle terreno al enemigo.
Hay algo muy importante que debemos hacer, y es saber perdonar de corazón y perdonarnos a nosotros mismo. A veces no queremos perdonar a las personas que nos han hecho daños. Por ejemplo, el perdonar a la persona que te violó no es tan fácil, porque vemos a esa persona como un monstruo, alguien terriblemente malo, perverso, enfermo de mente. Y realmente es así. Esa persona tiene una enfermedad, tiene un serio problema, y en todo eso está la mano del enemigo que trata de convertir a esa persona en alguien maquiavélica, destructora, y perversa. Pero lo crea usted o no, esas personas también necesitan ayuda, necesitan liberación, y necesitan que el amor y la misericordia de Dios puedan alcanzarlo. Y ese trabajo nos corresponde a nosotros hacerlo.
Desde pequeña, yo sentía rencor y odio por la persona que abuso de mi, y deseaba algún día poder vengarme de él. Recuerdo que cuando tenía como 13 años de edad, mi pastor Rafael Ortiz en la Republica Dominicana, me llevó a una campaña con el Evangelista Vicente Barranco. Y el predicador dijo, yo quiero que esa niña pase al frente, y le dijo al pueblo: “así dice el Señor, a esta niña le han hecho mucho daño, pero que Él se vengara, porque del Señor es la venganza y Él daba el pago”.
Pasaron 11 años, y el Señor permitió que me encontrara frente a frente con la persona que había abusado de mí, y eso no es todo, yo estaba en mi trabajo y me toco atenderlo a él, y venderle un par de zapatos. Después de eso, el Señor me permitió tener otro encuentro con él; pero el Señor me dijo: “Lo vas abrazar, lo vas a perdonar y le dirás que YO TAMBIÉN LE AMO”. Ante que esto sucediera, el Señor me permitió expresarle a ese hombre todo el daño que él me había causado y de como había sufrido. Él se arrodilló y comenzó a pedirme perdón. Cuando lo vi humillado, sentí tanta lastima por Él, que le dije que no hiciera eso, que yo lo perdonaba. Nos dimos un fuerte abrazo y le dije que el Señor Jesucristo también lo amaba.
Hoy ese hombre es uno de mis mejores amigos. Para hacer esto, se necesita amar de verdad al Señor, tener su amor en nuestro corazón, y también estar en la disposición de perdonar por el mismo bien de nosotros mismos.
Muchas personas dicen: “yo le estoy orando a Dios para que me ayude a perdonar”. Eso esta muy bien, pero recuerde que es un mandato de parte del Señor y debemos obedecer. Otro dicen que todavía no sienten de perdonar, tampoco tiene que esperar sentir, tiene que hacerlo en un acto de fe y obediencia a Dios. Y así sus oraciones no tendrán ningún estorbo.
La Biblia nos dice que . San Mateo 6:14-15”. - Hermanos, yo pasé por experiencias muy dolorosas provocadas por familiares muy cercanos. Me hicieron cosas tan terribles que solo una persona poseída por el mismo diablo es capaz de hacer y de decir. Esas experiencias no la escribí en este libro porque se tratan de personas muy cercanas a mí. Pero lo que quiero decirle es que cada vez que estas personas me hacían daño, el Señor solo me decía debe perdonarle, porque no es esa persona que te odia, sino el mismo diablo que a través de ellos te quiere destruir.
Créanme que el precio que pagué fue alto, pero obtuve la victoria, porque me negué a mi misma, fue como morir a mi misma, y muy por encima de mis sentimientos, y de mi dolor, decía: “Por ti Jesús voy a perdonar a esas personas todas las veces que sean necesarias”.
Dios permitirá experiencias dolorosas en nuestras vidas, no con el propósito de hacernos sufrir, sino con el propósito de hacernos crecer como persona, hacernos madurar, fortalecer en nosotros esas áreas débiles que hay en nuestra vida, y moldear nuestro carácter, para hacer de nosotros, el hombre y la mujer que Dios quiere que seamos en sus manos.
Yo conozco persona que tiene un carácter muy fuerte, y no le importa ofender a quién sea, y la excusa que ponen es que ellos son así, que así nacieron y así se quedan. Realmente esa es una excusa muy pobre, y el Señor no acepta esa excusa. Ese mal carácter tenemos que entregárselo al Señor para que Él lo moldee a su modo. Esa frase famosa de “YO SOY ASÍ” es simplemente una excusa para seguir igual. Recuerden que para que muchas cosas cambien en nuestra vida, es necesario tener un cambio de actitud positiva.
Anteriormente yo decía que no quería que nadie pusiera su mirada en mí porque como humana tengo muchas fallas, y que no soy perfecta. Todo eso es cierto, pero a la misma vez me di cuenta, que esa era una simple excusa para hacer las cosas a mi manera. Aunque como humanos tenemos muchas fallas, la Biblia me dice que debemos dar ejemplo como creyentes. Y sobre todo dar buen testimonio para que la gente no diga nada malo de nosotros, sino que tengan que reconocer que verdaderamente somos siervos de Dios.
Yo me gozo cuando puedo ver hombres, mujeres, jóvenes y niños, que Dios ha restaurado a través de este testimonio. Ellos han comprendido que así como Dios me ayudó a superar ese trauma, así como el sanó mis herida y como se está glorificando en mi vida, lo puede hacer con ellos. Y me dicen que como Dios permitió que fuera de bendición para su vida, así ellos también deseen bendecir a otras personas, testificando del poder y las maravillas que Dios ha hecho con ellos.
Conservo una fotografía de una familia que el Señor salvó en Ecuador. Ellos me escribieron, y la dedicatoria de la foto dice: “Para la mujer que Dios usó para cambiar nuestras vidas por medio del Señor Jesucristo”. Realmente yo no hice nada, me declaro sierva inútil, sólo hice lo que debía hacer. ¡Predicar el evangelio del Señor Jesucristo! Él es quién hace todas las cosas posibles. Toda la Gloria es de Él.
Es necesario que se produzcan cambios positivos en la vida de las personas.
El Espíritu del Señor esta sobre nosotros para que eso cambio puedan ocurrir, el Señor nos ha ungido y nos ha mandado a predicar las buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se le de gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Yahvé, para gloria suya. Isaías 61:1-3}.
Sandy Bergman
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