sábado, 23 de abril de 2011

OCHO HIJOS, ESPERANDO EL NOVENO PARA MAYO... Y A PARTIR DE JUNIO SERÁ SACERDOTE



Historias del ordinariato.

Ian Hellyer abandonó el anglicanismo con toda su familia. Esta Semana Santa se confirmó, comulgó... y le espera el sacramento del orden.

Es probable que a partir del 17 de junio, fecha de su ordenación, Ian Hellyer sea el sacerdote del mundo con mayor número de hijos.

Se trata de una circunstancia excepcional, que en la Iglesia sólo se da en tres casos. Uno, con la ordenación de hombres que han enviudado. Dos, con la conversión de sacerdotes de las iglesias ortodoxas orientales, que, aunque cismáticos, están válidamente ordenados. Y tres, con la conversión de pastores protestantes, sobre todo anglicanos, a quienes la Iglesia permite continuar con su modo de vida anterior, tras una primera ordenación válida.

Es el caso de Hellyer, que ha sido uno de los 61 sacerdotes admitidos a la Iglesia esta Semana Santa, entre un total de mil personas que se han adherido en la Pascua de 2011 al ordinariato establecido por Benedicto XVI el 4 de noviembre de 2009 con la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus para acoger a los anglicanos que se convierten al catolicismo.

Hellyer, de 45 años, tiene ocho hijos y junto con su esposa Margaret espera para finales de mayo al noveno. Atendía como anglicano cuatro parroquias en Dartmoor, en el condado de Devon, al suroeste de Inglaterra, donde vive y donde continuará ejerciendo su ministerio, pero como católico.

Este Jueves Santo recibió la confirmación y la Santa Comunión. Hicieron de testigos sus propios vástagos, que ya son, como Margaret, católicos. Ella, profesora de matemáticas, es también la maestra de sus hijos, a quienes ha educado según el sistema de homeschooling, estando ya los mayores a las puertas de la universidad.

Razones y desafíos.
"Me fui sintiendo cada vez más incómodo en la Iglesia de Inglaterra a medida que mi teología se iba haciendo cada vez más católica", explicó Hellyer para justificar el paso que ha dado, y que no resulta fácil desde el punto de vista práctico. De hecho, ha perdido el salario que tenía y ahora tendrá que mantenerse con las donaciones procedentes del ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham y de su trabajo en la diócesis católica de Plymouth.

Pero ve el futuro con optimismo: "No tengo dudas de que podré pagar las facturas a final de mes y podremos tener comida en la mesa", afirmó, confiando en la demostrada generosidad de los fieles católicos británicos y en instituciones como la St Barnabas Society, que se dedica precisamente a ayudar a sacerdotes de otras confesiones que se convierten al catolicismo, quedando casi siempre en una difícil situación personal.

Hellyer comenzó a plantearse su continuidad en el anglicanismo a raíz de las primeras ordenaciones de mujeres, en el año 2001, lo que le hizo cuestionar la catolicidad de su confesión religiosa. Cuando Benedicto XVI estableció el ordinariato, no lo dudó: "Me pareció claro que ése era el camino que Dios quería que siguiese".

C.I./ReL

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