martes, 28 de septiembre de 2010

EL ADULTERIO EN EL MATRIMONIO


El adulterio es una acción destructora que causa mucho daño al alma del adúltero(a).

Hoy en día hay una epidemia de adulterios en nuestra sociedad contemporánea.

Las causas más comunes son:
La Inconformidad. Cuando alguno de los miembros del matrimonio se siente inconforme y no sabe expresarlo, eso puede conducir a un enfriamiento paulatino de la relación que abre la posibilidad de que otra persona intervenga y comience a suplir esa necesidad. Si no se sabe controlar la situación, la posibilidad de adulterio es muy alta.

La rutina es una actitud de desgano que ignora la necesidad de mantener viva la relación con acciones pro-activas para el matrimonio. Es lamentablemente muy fácil caer en la rutina por causa del excesivo trabajo, de las múltiples obligaciones y el no saber cómo organizar bien el tiempo. La rutina enfría el amor y abre espacio para una relación de adulterio.

La intolerancia es una actitud que definitivamente va destruyendo una relación. Cuando uno de los cónyuges mantiene una actitud intolerante de manera muy frecuente, va minando las energías de su pareja y esta generalmente opta por quedarse callado(a) y se separa emocionalmente. Si conoce a alguien que le trata con amabilidad y cortesía, es muy probable que se sienta atraído(a) a esa persona.

El egoísmo y el orgullo son también actitudes que lesionan fuertemente las relaciones. Si uno de los miembros o los dos, tienden a pensar más en sus necesidades y gustos sin tomar en cuenta las del cónyuge. Estas actitudes generan discusiones y frecuentemente ofensas mutuas que lastiman mucho las relaciones. Si aparece otra persona con un trato diferente, entonces la posibilidad de adulterio se asoma.

La debilidad espiritual de las personas hace que no tengan la fuerza para evitar las tentaciones del adulterio y entonces se dejan llevar por la emoción del buen trato y la amabilidad de otra persona, al punto que les hace pensar que con esa persona si podrían llevarse mucho mejor que con su pareja. En realidad en la mayoría de los casos no sucede eso, pero en el proceso, se destruyen una o varias familias.

Al que comete adulterio le falta sensatez; el que tal hace corrompe su alma. (Prov. 6:32). La práctica del adulterio corrompe el alma de las personas y las vuelve insensatas e incapacitadas para hacer feliz a una familia y protegerla debidamente.

Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios. (Mc 7:21) De las motivaciones internas del corazón salen los malos pensamientos. Por esta razón debemos llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia a la palabra de Dios, para que esta prevalezca y nos libre de toda tentación.

Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria. (Gal 5:19). El adulterio es una manifestación de nuestra naturaleza humana pecaminosa, que solo se puede combatir con crecimiento espiritual.

Si tu matrimonio está en riesgo de adulterio, busca ayuda de inmediato con un Pastor o un Ministro especializados en matrimonios. No dejes pasar el tiempo. La atención al matrimonio es de prioridad máxima.

Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.

¡CUÍDALO!

Luis y Hannia Fernandez

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