La próxima vez que sintamos que Dios no puede utilizarnos, tan sólo recordemos que...
§ Noé fue un borracho.
§ Abraham era demasiado viejo.
§ Isaac era un soñador.
§ Jacob era un mentiroso.
§ Lea era fea.
§ José fue abusado.
§ Moisés tenía problemas al hablar.
§ Gedeón tenía miedo.
§ Sansón tenía el cabello largo y era un mujeriego.
§ Rahab era una prostituta.
§ Jeremías y Timoteo eran demasiado jóvenes.
§ David tuvo una relación ilícita y fue un asesino.
§ Elías tuvo pensamientos suicidas.
§ Isaías predicó desnudo.
§ Jonás huyó de Dios.
§ Noemí era una viuda.
§ Job estuvo quebrado.
§ Juan el Bautista comía langostas.
§ Pedro negó a Jesús.
§ Los discípulos se durmieron mientras oraban.
§ Marta se preocupaba sobre todo.
§ A María Magdalena le expulsaron siete demonios… era prostituta.
§ La mujer samaritana se había divorciado más de una vez.
§ Zaqueo era demasiado pequeño.
§ Pablo era demasiado religioso.
§ Timoteo tenía una úlcera...
§ ¡Lázaro estuvo muerto!
Y Dios no ha terminado con nosotros todavía. Somos un vaso que Él puede y quiere usar, si nos hacemos disponibles tal y como cada uno de los personajes arriba estuvieron dispuestos a estarlo.
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. Juan 15:15
Nota:
¿Dónde te ubicas tú? Júntalos a todos y no te llegas a ubicar ni siquiera en el 2%. Tienes todavía una vida por delante para ubicarte, por supuesto anulando las malas cualidades de cada uno de los santos que te precedieron.
José Miguel Pajares Clausen
Que buena "pincelada" Hermano. Animo!, esperanza para la gloria de Dios.
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