Lección magistral sobre el
sacramento de la Confesión
El cardenal Sarah ha
pronunciado hoy una conferencia ante seiscientos Misioneros de la Misericordia.
El purpurado ha disertado sobre el sacramento de la confesión y la importancia
de respetar el rito, la materia y la forma, y la intención de hacer lo que la
Iglesia hace.
(InfoCatólica) En la Pontificia Universidad
Lateranense de Roma, el cardenal Sarah ha advertido que convertir el sacramento
de la confesión en un mero encuentro personal entre el sacerdote y el que se
confiesa es incorrecto. Y ha asegurado que cuando se respetan los elementos de la confesión, la gente ve que este
sacramento es real y que los devuelve a la amistad con Dios.
«Debemos ser padres que aman, pero no demasiado llenos de
sentimentalismo», ha indicado el Prefecto para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos.
El purpuro ha explicado que la
ley de gradualidad a la que se refería San Juan Pablo II significa que los
sacerdotes necesitan encontrarse con los fieles en su realidad particular en el
confesionario. «El confesionario no debe ser una cámara de tortura, pero tampoco un
laboratorio para la experimentación doctrinal. Debemos evitar dar
indicaciones contrarias a la doctrina», ha exhortado el cardenal.
El cardenal ha mencionado un
caso típico con el que a veces se encuentran los sacerdotes: el penitente que
acude al confesor y dice: «Le pregunté a tres
confesores y me dijeron tres cosas diferentes. Ahora le estoy preguntando a
usted». Y ha advertido a los Misioneros de la Misericordia: «Las almas no
necesitan ser engañadas, sino guiadas».
Igualmente, ha indicado que los confesores deben estar completamente
formados en el dogma y la enseñanza moral de la Iglesia. «Esta es una necesidad si queremos guiar a las personas.
Nos necesitan». Y ha añadido que es necesario que los sacerdotes tengan
al menos un conocimiento profundo del Catecismo de la Iglesia Católica.
El cardenal ha retado a los
sacerdotes a mantener una verdadera actitud de escucha en el confesionario. Nunca dar la imagen de estar aburridos o
interrumpir porque hayan escuchado lo mismo incontables veces. Para el
penitente, ha dicho, confesar sus pecados es siempre nuevo y supone algo
interiormente dramático.
El purpurado ha pedido a los
sacerdotes que apaguen su móvil (celular) antes de entrar en el confesionario. «¡Hemos sabido de la existencia de mensajes de texto de
los sacerdotes en las redes sociales durante la confesión! Creo que esto es un
ateísmo práctico. No hay un pecador más grande en tal situación que el
sacerdote».
Por último, el cardenal ha
dicho a los sacerdotes que «cuando las personas se confiesan y nos escuchan, están escuchando a
Cristo. Debemos preguntarnos si esto es cierto: ¿el consejo que doy es el que Cristo daría? ¿O es un consejo que
sigue las enseñanzas de un espíritu diferente al del Evangelio, un espíritu
mundano?».

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