SU SUPUESTA EXISTENCIA DESATÓ UNA OLA DE ATENTADOS ANTICATÓLICOS QUE AÚN PERDURA
El supuesto
hallazgo de una fosa común de niños indígenas en
la escuela residencial de Kamloops desató
una ola de odio anticatólico en Canadá que aún perdura, a pesar de
que hace tiempo que se sabe que es un bulo. O lo es, al menos, mientras
no se halle algún cadáver o prueba de su existencia. Y, por el momento, no las
hay.
Un nuevo libro lo pone en
evidencia, y con ese motivo Anna Farrow plantea el estado de la cuestión en un
reciente artículo en el Catholic
Herald:
El 27 de mayo de 2021, la
jefa Rosanne Casimir, de la Primera Nación
Tk'emlúps te Secwépemc, anunció que la tecnología de radar de penetración
terrestre (GPR, por sus siglas en inglés) había localizado los restos de 215 niños en
los terrenos del antiguo internado indio de Kamloops,
situado en la Columbia Británica (Canadá). La noticia fue rápidamente aceptada
y lamentada públicamente por todas las personalidades e instituciones de la
sociedad. El 28 de mayo, The New York Times publicó
el siguiente titular: "Horrible historia:
denuncian una fosa común de niños indígenas en Canadá".
SE
DESATA EL ODIO
Tres días después de la
conferencia de prensa, el primer ministro Justin Trudeau emitió una disculpa por aquellos "cuyas vidas fueron arrebatadas" en
Kamloops. Ordenó que las banderas canadienses ondearan a
media asta y permanecieran arriadas durante casi seis meses,
izándose unos días antes del 11 de noviembre, para volver a arriarse el Día del
Recuerdo.
El Papa Francisco habló
del "espantoso descubrimiento de los restos de
215 niños" en su discurso del Ángelus del 6 de junio.
Siguiendo el ejemplo del Papa,
las comunidades eclesiásticas reaccionaron rápidamente. En las semanas
siguientes, muchas congregaciones colocaron 215 pares de zapatos de niño en sus
escalinatas de entrada.
Entre las banderas a media asta y
los zapatitos, Canadá se cubrió aquel verano de un manto de dolor que se extendía de punta a punta.
El dolor se convirtió rápidamente
en ira. Se produjo una
oleada de incendios de iglesias y actos vandálicos. La violencia continúa hoy en día. Según el medio
de comunicación True North,
unas 96 iglesias han sido quemadas, dañadas o profanadas en los últimos dos años y medio. En
diciembre, dos iglesias de Alberta ardieron hasta los cimientos. Trudeau señaló
que, aunque quemar iglesias estaba mal, la ira era "real
y... totalmente comprensible, dada la vergonzosa
historia de la que todos somos cada vez más conscientes".
Sin embargo, parece que la marea
alta de la culpabilidad colectiva ha empezado por fin a retirarse. Y esta
retirada ha dejado atrás los detritos de lo que algunos dicen ahora que fue un "pánico moral".
SIN
PRUEBAS
El cambio gradual en el
sentimiento público se debe en parte a la ausencia
de cadáveres.
Hasta la fecha no se ha llevado a
cabo ninguna excavación en
Kamloops, a pesar de que el gobierno federal destinó 7,9 millones de
dólares canadienses a esta
tarea en agosto de 2021.
Desde el principio, los medios de
comunicación y la opinión pública malinterpretaron en gran medida los hallazgos
del GPR citados en Kamloops. Sarah
Beaulieu, la experta en GPR en cuyo trabajo se basaron las reclamaciones
de la Primera Nación de Kamloops, aclararía más tarde que la tecnología no
proporciona imágenes de rayos X de ataúdes o cuerpos, sino que se limita a mostrar alteraciones del terreno. Más tarde se
revelaría que el huerto estudiado era el emplazamiento de un campo séptico instalado en 1924. Se observa que las
baldosas se habrían colocado a la
profundidad de las alteraciones detectadas en el sondeo por
georradar. No está claro si Beaulieu estaba al corriente de estas
modificaciones cuando inspeccionó la zona.
En los lugares donde se han
realizado excavaciones no se han descubierto cadáveres.
En la Primera Nación de Pine Creek, en Manitoba, se excavaron 14
yacimientos en el sótano de la iglesia católica de Nuestra
Señora de los Siete Dolores durante cuatro semanas en el verano de 2023. El
jefe Derek Nepinak anunció
el 18 de agosto de 2023 que, a pesar de las "anomalías"
detectadas inicialmente por la misma tecnología GPR utilizada en
Kamloops, no se habían encontrado restos humanos.
El anuncio de Pine Creek hizo que
se utilizara la palabra "engaño" en la prensa internacional.
"No me gusta
utilizar la palabra engaño porque es demasiado fuerte, pero también circulan
demasiadas falsedades sobre este asunto sin pruebas", declaró Jacques Rouillard al New York Post.
Rouillard, catedrático emérito
del Departamento de Historia de la Universidad de Montreal, es uno de los
muchos investigadores, juristas y periodistas que iniciaron un minucioso
trabajo para contrarrestar la versión predominante.
La investigadora Nina
Green recopiló y publicó miles de documentos en el sitio web Indian Residential School Records. El periodista Terry Glavin escribió
un artículo para el National Post un
año después del anuncio de Kamloops en el que, sin desdeñar "los brutales abusos sexuales, emocionales y
psicológicos infligidos a los internos de las instituciones", dejaba
claro que "el año pasado no
se descubrió ni una sola fosa común en Canadá".
DIECIOCHO
ENSAYOS SOBRE EL BULO
En el recién publicado
libro El error de las tumbas. Cómo nos
engañaron los medios (y la verdad sobre las escuelas residenciales, C.P.
Champion y Tom
Flanagan han reunido 18 ensayos de
quienes dieron un paso al frente, a menudo con gran coste para su
reputación profesional, para aportar claridad a las afirmaciones de Kamloops y a las
cuestiones más amplias de los internados y las acusaciones de niños
desaparecidos o de genocidio físico.
'El error de las tumbas': un
libro en torno al bulo mediático sobre las tumbas y la verdad sobre las
escuelas residenciales de Canadá. El título juega con el doble sentido de la
palabra 'grave' en inglés: 'grave' y 'tumba'. Por lo cual también podría
traducirse como 'Grave error'.
En su prólogo, el autor,
Champion, y el antiguo profesor de la Universidad de Calgary, Flanagan,
subrayan que, aunque los colaboradores no hablan con una voz unánime, "todos los autores de esta colección coinciden en el
punto principal: que nadie ha ofrecido todavía pruebas
convincentes de la existencia de tumbas sin nombre, niños
desaparecidos, asesinatos o genocidio en los internados".
Como sugiere el título, el libro
examina no solo las denuncias de fosas comunes de niños desaparecidos de las
escuelas, sino también la aceptación de los medios de
comunicación que, en gran
parte, impulsó el pánico social.
¿Por qué los medios de
comunicación internacionales, los políticos y, de hecho, los católicos
canadienses cayeron tan rendidos ante una historia que ahora se
compara con el "pánico satánico" de los años 80 y 90?
Jonathan Kay, editor canadiense de Quillette,
en un ensayo publicado originalmente en este portal, escribe: "Yo fui uno de los muchos canadienses que
inicialmente se dejaron arrastrar por todo esto, en gran parte porque parecía
que todos los medios de comunicación hablaban con una sola voz,
incluidos periodistas que conocía y respetaba desde hacía muchos años".
MEDIOS
QUE SABEN QUE ES MENTIRA HABLAN COMO SI FUESE VERDAD
Lamentablemente, a pesar de las
investigaciones ampliamente disponibles a las que hacen referencia los autores
de El error de las tumbas,
los periodistas siguen redactando sus informaciones en un lenguaje que recuerda
al del verano de 2021.
El 10 de enero de 2024, la
Canadian Broadcasting Corporation (CBC) finalmente dirigió su atención a
las docenas
de iglesias canadienses que
han sido "incendiadas y quemadas" y
a las docenas más que han sido objeto de vandalismo desde el verano de 2021.
El día que se emitió el
reportaje, David Mulroney, ex embajador de Canadá en
la República Popular China y ex presidente de la Universidad de Toronto St.
Michael's College, publicó el artículo en X/Twitter, señalando que, aunque la
cobertura de la quema de iglesias era necesaria desde hacía tiempo, era un
ejemplo de "periodismo al estilo de la CBC".
Cuando se le preguntó a Mulroney
por qué le preocupaba el tenor del reportaje, respondió que "el enfoque adoptado por el periodista era a la
vez familiar y decepcionante".
"Aunque nos
enteramos de algunos detalles sobre lo que parece una investigación policial
poco entusiasta, también se nos dice que un 'investigador y algunos líderes
comunitarios sugieren que la historia colonial de Canadá y los recientes descubrimientos
de posibles enterramientos en antiguos internados pueden haber encendido
la mecha'".
El contundente alegato de Pablo
Muñoz Iturrieta, argentino que ha desarrollado su carrera académica en Canadá,
sobre las supuestas fosas indígenas.
Pero como Glavin, Champion,
Flanagan, Rouillard, Green y otros que desafían la historia de las "fosas comunes" están revelando, lo que
Canadá ha experimentado desde mayo de 2021 es menos una mecha que una fusión
de oportunismo político, periodismo sensacionalista y vago, animadversión
anticatólica y la difusión de falsedades ahora probadas
para explotar las vidas de niños inocentes, vivos y muertos.
Traducido por Verbum
Caro.
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