OCHO TESTIMONIOS DE PERPLEJIDAD ANTE EL DOCUMENTO
Muchos católicos con tendencia homosexual se
esfuerzan en vivir en castidad. ¿Cómo ven ellos 'Fiducia supplicans'
En la declaración Fiducia
supplicans encontramos seis veces la expresión "parejas del mismo sexo",
pero la palabra "castidad" no aparece. Sin embargo, esa virtud, entendida
como la define el Catecismo de la Iglesia
católica (una parte de
la templanza, "que tiende a impregnar de
racionalidad las pasiones y los apetitos de la sensibilidad humana"),
es la máxima aspiración de muchos católicos que experimentan
atracción por su mismo sexo y desean vivir conforme a la ley de Dios.
¿QUÉ HA SUPUESTO PARA ELLOS ESTA
DECLARACIÓN DEL DICASTERIO PARA LA DOCTRINA DE LA FE, CON SU LEGITIMACIÓN
DE LAS BENDICIONES A PAREJAS LGBTIQ+?
De entre los muchos testimonios
ofrecidos al respecto desde el pasado 18 de diciembre en que Fiducia Supplicans fue
dada a conocer, destacamos ocho (siete hombres y una mujer, cuatro nacionalidades) por su especial significación o
argumentación.
LUCA
DI TOLVE: "DOLOR POR LA TRAICIÓN"
En su blog personal, Luca di
Tolve, el autor de Yo fui gay (LibrosLibres),
explica que el texto, "un tsunami que llegó
como un pésimo regalo de Navidad", ha supuesto para él "desconcierto, dolor por la traición y tristeza"
por "la confusión que
ha generado".
'YO FUI GAY', LA HISTORIA DE LUCA DI TOLVE.
El documento, recuerda, "nace en un contexto social en el cual algunas
falsas ideas mundanas carentes de fundamento intentan cabalgar la ola de esas
'propuestas pastorales' para afirmar la naturalidad de relaciones que, como
sabemos bien, no nacen del corazón de Dios".
En ese sentido, Fiducia supplicans pone a la Iglesia en situación de "vulnerabilidad", al facilitar las cosas
a quienes "combaten nuestra fe aniquilando todo lo que es 'escándalo' para el
mundo: la castidad, la pureza, la verdad".
"La sociedad
entera corre el riesgo de ser confirmada en el error en el que ya está
viviendo", añade, y en particular los jóvenes,
a quienes nadie les habla hoy "de la
masculinidad y la feminidad como dones maravillosos, únicos e indiscutibles que
Dios ha creado para poder comunicar su imagen de amor
trinitario".
"Los
verdaderos marginados" son hoy "los
que luchamos por la castidad, por la fidelidad, por ir contra nuestros impulsos
y contra la tentación", concluye Luca.
LINDA
GRAY: "MUY AGRADECIDA" DE QUE NO SER BENDECIDA
Linda Gray, católica,
contrajo dos matrimonios "equivocados", el
primero con otra mujer, el segundo, por lo civil, con un hombre, su actual
marido, con quien se casó por la Iglesia tras la conversión de ambos. En su
testimonio en Crisis
Magazine se muestra "muy agradecida" de
que ningún sacerdote bendijera ambas parejas, porque la habría ratificado en el
pecado.
Linda plantea claramente la
cuestión de Fiducia supplicans: si, por no tener propósito de la enmienda, "no
podíamos ser absueltos privadamente en el confesionario, ¿cómo podríamos ser
bendecidos públicamente por lo mismo?".
Reconoce que, cuando preparaba su
boda con su compañera (también de fe católica, aunque ambas la dejaron de
practicar), hubiesen podido recibir una bendición como pareja, la habrían
pedido, pero "no con la idea de acercarnos a Dios, sino
como una forma de legitimar nuestras decisiones, ante nosotras mismas y ante nuestras decepcionadas
familias".
"Seamos
sinceros: las relaciones del mismo sexo van de sexo", añade: "Es lo que las diferencia de dos
personas que son amigas íntimas o que viven juntas... Bendecir a una
pareja del mismo sexo como pareja no puede obviar la realidad
de la naturaleza sexual de la relación que se presenta ante el sacerdote. Lo
mismo vale para las parejas que cohabitan o las parejas divorciadas
y vueltas a casar... La letra pequeña de Fiducia
Supplicans sostiene que no es eso lo que se bendice. Pero ¿por qué
habría que bendecir a dos personas con una bendición única -como si fueran una
sola carne- en vez de individualmente, si la naturaleza específica de la relación no
fuese relevante para la bendición?"
Linda cree que si un sacerdote
hubiese bendecido cualquiera de sus dos "uniones
pecaminosas", habría mantenido una "relación
a medias" con el Señor, en vez de "buscar
la conversión", como sucedió finalmente.
NINO
SPIRLÌ: "NO SE PUEDE BENDECIR LO QUE DIVIDE Y DESTRUYE"
Nino
Spirlì es un escritor, actor, director teatral y
analista político de la Liga Norte (el partido de Matteo
Salvini), que paradójicamente, al adquirir dicho partido
una dimensión nacional, en virtud de las alianzas de la derecha ha sido
vicepresidente y presidente de Calabria, una región característica del Sur de
Italia.
Nació en una familia católica
practicante, hizo la catequesis en la parroquia, recibió los sacramentos... "Luego denuncié a Dios, le llevé a los tribunales, yo
mismo fui testigo de todas las falsedades, conseguí que le condenaran", cuenta
en Il
Timone:
"Luego venció
Él. Me acompañó
silenciosamente por un sendero tortuoso... Al final del camino encontré a un
hermano, Jesús, que me lavó. Empezando por los pies. Cuando llegó a la
mente, sentí un sentimiento de liberación que
nunca antes había experimentado".
Homosexual declarado (al mismo
tiempo muy drástico en sus críticas a las marchas del Orgullo Gay), Nino
explica que, tras su conversión, "se fue para
siempre" de su vida "una lujuria
inútil, sin amor, marcada
solamente por un sentido egoísta de la posesión, de revancha, de afirmación
social". Una lujuria que "todo lo
disgrega, todo lo hiere, todo lo destruye. No se puede bendecir lo que divide,
hiere, consume, destruye".
"Apelo al
sentido común. A la verdad", añade: "Soy homosexual. Hablo con Dios.
Tengo un ángel custodio fiel y en quien puedo confiar. Me postro ante el
Santísimo y beso las rosas a los pies de la Virgen.
También soy un hombre de mundo, en ocasiones incluso duro. Soy una criatura, no
el Creador... El amor crea. El amor es la levadura de la familia. Y es familia
la unión de un hombre y una mujer, llamados a procrear. A alabar a Dios... La pretensión de recibir un semi-sacramento ofende
a Dios y a la Iglesia misma. Me duele y me escandaliza esta testaruda obstinación
en manchar lo que debe seguir siendo inmaculado: el amor
conyugal. Único e irrepetible".
GERSON
GONZALES: NO SE PUEDE BENDECIR LA PAREJA SIN BENDECIR LA UNIÓN QUE LA
FORMA
"Soy un hombre
católico que experimenta una tendencia homosexual. Dirijo un
apostolado público llamado Éxodo y Victoria que promueve la santidad para
personas con tendencias homosexuales": así se presenta Gerson
Gonzales, un peruano que ha explicado con todo detalle por qué
rechaza las bendiciones que propone Fiducia supplicans.
EL TESTIMONIO Y EL
CRITERIO DE GERSON GONZALES.
"Decir 'bendigo
la pareja pero no la unión' es un error, porque al bendecir una
pareja estás bendiciendo la unión que ellos conforman y todo lo que eso abarca", explica.
Además, hace una precisión relevante,
en la línea de lo que afirmaba Linda Gray, de que en la pareja del mismo sexo,
como en la pareja "en situación
irregular" que define Fiducia supplicans,
como en el mismo matrimonio rectamente constituido entre hombre y mujer, el
sexo es esencial. "Tener amigos
homosexuales no es un acto homosexual. Formar una pareja sí es un acto
homosexual, independientemente de si hay sexo o no", explica
Gerson: "El solo hecho de estar en pareja del
mismo sexo ya es un acto pecaminoso que va contra la castidad. La
castidad no puede ser reducida a la genitalidad, va mucho más allá
de eso. Cuando dos personas deciden estar en pareja del mismo sexo, ya no están
viviendo en castidad. Por eso, bendecir la pareja es lo mismo que bendecir
el acto. Dios no quiere bendecir el pecado, por tanto no le ha dado
el poder a la Iglesia de hacerlo... La declaración Fiducia
supplicans se equivoca gravemente. El
sacerdote no puede bendecir el pecado".
Además de esto, Gonzales
considera que la declaración de Doctrina de la Fe "ha
causado mucha división entre los pastores, como también entre las
mismas personas homosexuales, y eso es algo grave... La Iglesia no
puede ir conforme a la corriente del mundo... Fiducia
supplicans nos han dejado confundidos a
todos".
Y concluye expresando la auténtica
necesidad de las personas con tendencia homosexual: "Que
la Iglesia nos invite a vivir la virtud de la castidad.
Con la gracia de Dios es posible. Las parejas homosexuales tienen que ser
acogidas y acompañadas dentro de la Iglesia, invitadas a la conversión, a la
santificación... En algún momento ellos, libremente, tienen que tomar la
decisión de separarse, pero para que ellos se den cuenta de que es una decisión
que en algún momento tendrán que tomar, tienen que conocer el panorama
completo de cómo debería ser su camino".
PHILIPPE
ARIÑO: "PROMUEVE IMPLÍCITAMENTE EL ACTO HOMOSEXUAL"
"Ante la
declaración Fiducia supplicans experimento
tres emociones muy distintas: rabia, hilaridad y
fascinación", explica Philippe
Ariño a Il Timone, parecidos
sentimientos a los que expresó en conversación con Enriquísimo.
Ariño, ex activista gay, católico
y homosexual que vive y promueve la castidad y autor, entre otros, del
libro La
homosexualidad en verdad. Romper, por fin, el tabú,
sostiene que la declaración firmada por el cardenal Víctor Fernández "es un regalo envenenado y una sarta de
mentiras. La mentira número uno es que se dice que esta nueva bendición no
justifica nada ni promueve nada. Es falso. Promueve implícitamente el acto
homosexual, la unión homosexual como pareja y como amor. Porque en
el texto no se habla de bendecir a los homosexuales individualmente, o a cada
una de las personas que componen la pareja homosexual. El texto dice
explícitamente 'bendición de parejas del mismo sexo' (la expresión se usa siete
veces)".
Y apunta otra
"mentira": "Se dice que esta nueva bendición no es sacramental
ni litúrgica. Es falso. La imparte un sacerdote, que es un
ministro ordenado que también administra los sacramentos y que, cuando bendice, generalmente no menciona el
mal (en este caso porque no ve un mal en la práctica homosexual fiel y
respetuosa) ni el recorrido de conversión para salir del acto pecaminoso
(continencia y separación de la pareja). Por tanto, en términos
prácticos, su bendición justificará a la pareja de gays católicos".
GIORGIO
PONTE: "LOS FRUTOS DE ESTE ÁRBOL SON TODOS MALOS"
Una de las personas más activas
en Italia contra el 'matrimonio' entre personas del mismo sexo ha sido Giorgio
Ponte, profesor de
instituto y escritor, declarado gay que lucha contra la auto-otorgada
representatividad de los grupos de presión LGTBIQ+, a los que
considera una facción ideológica y política cuyos objetivos no comparten muchas
personas con atracción por su mismo sexo.
En un suelto para Il Timone, Giorgio se muestra escéptico
ante Fiducia supplicans, un
texto que considera "como mínimo,
imprudente": "Además, el árbol se ve por sus frutos y los
frutos de este árbol son todos malos: por un lado, personas que
viven de forma contraria a la doctrina de la Iglesia y sostienen visiones
antropológicas heréticas aplauden el documento... y por el otro lado personas
que intentan vivir en castidad, que han buscado esforzadamente una forma de
hacerlo de verdad, ahora se sienten abandonadas por la Iglesia...Como
si el Papa las hubiese abandonado, como si no reconociese el
esfuerzo que han hecho para intentar vivir según el Evangelio".
PAOLO
OLIVIERI: "LO QUE ESPERAMOS DE LA IGLESIA ES QUE NOS DEFIENDA DE LOS
ATAQUES DEL MUNDO"
También en Il Timone, Paolo
Olivieri ofrece una visión
teológica de su
propia tendencia: "Por alguna razón, algunas
de nuestras emociones no están ordenadas a imagen de la Creación.
No tenemos la culpa. La Iglesia católica, que es madre y maestra, nos
enseña que nuestras emociones no son un pecado, ni una desgracia, ni una
maldición. No somos víctimas del sarcasmo de Dios, como si hubiese visto que
todo lo creado era bueno, menos nuestras emociones".
"El mundo
manipula nuestros sentimientos", lamenta
Paolo: "Nos impulsa a ridiculizar y a
burlarnos de la imagen de la Creación, es decir, la relación entre el hombre y la
mujer, que mediante su atracción recíproca cumplen el sacramento que
expresa el matrimonio entre Cristo y la Iglesia".
"Millones de
hermanas y hermanos con emociones por el mismo sexo caen en esta trampa y
participan inconscientemente en la revuelta del diablo contra Dios Padre,
creador de todas las cosas", concluye
Olivieri: "El diablo odia el matrimonio y busca por
todos los medios ridiculizarlo y ofenderlo mediante caricaturas grotescas".
Su percepción, acorde en
esto con varios de los testimonios anteriores es que, frente a las seducciones
del mundo hacia las personas con atracción homosexual, la Iglesia no debe
ceder, sino mantenerse firme y servirles de amparo: "Lo
que esperamos de nuestra madre Iglesia es que nos proteja y nos defienda
de los ataques del mundo".
NORBERTO
PARMEGGIANI: "EL DOCUMENTO ES CONTRADICTORIO Y GENERA CONFUSIÓN"
Il Timone, que ha consagrado un dossier especial a Fiducia supplicans en su número de febrero,
remata el aspecto testimonial con la perspectiva de Norberto Parmeggiani, un hombre homosexual de cincuenta años: "He encontrado en la enseñanza de la Iglesia el
camino para la paz, la alegría interior y la realización personal, a
pesar del pensamiento mainstream y de las dificultades
objetivamente inherentes a mi condición".
Considera que Fiducia
supplicans es "un caso
intencionadamente mediático, de carácter político intraeclesial, que tiene poco
que ve con la doctrina y todavía menos con la espiritualidad". En
su opinión, "el documento es contradictorio y
genera confusión": "Por una parte reafirma la doctrina
tradicional sobre la sexualidad humana y por otra promueve la
bendición de una relación que niega en la práctica esas verdades.
Todo con un estilo que a veces cae en el ridículo, como cuando recomienda a la
'pareja' que no se presente con vestidos de fiesta".
Para Norberto, este documento, "como otras recientes intervenciones sobre el
tema", tiene poco que ver con su experiencia personal y con la de "otros que, viviendo la misma condición, buscan en
la Iglesia una respuesta alternativa a la respuesta fallida y artificial que
ofrece el pensamiento dominante".
Y, como Linda Gray o Gerson Gonzales, sostiene que la
bendición es un obstáculo a la conversión: "Cuando
yo vivía en pareja, el impulso a la conversión no vino de los aspectos
positivos de la relación, sino más bien de una disparidad de visiones sobre el
sexo, que nos llevó a opciones distintas. Ninguno de nosotros sintió jamás la
necesidad de una bendición como 'pareja', ni nos sentíamos excluidos
individualmente del amor de Dios, a pesar de nuestras carencias. No
creo que una bendición nos hubiese ayudado a ser conscientes de nuestras insuficiencias ni a
dar ese paso adelante en una nueva dirección".
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