SIN SABERLO, ESTELA CAMPOS FUE «CONSAGRADA AL MAL»: RELATA SU LUCHA POR SU FAMILIA Y LIBERACIÓN
Presa de un narco y sin esperanza, Estela decidió
hacer algo que nunca había hecho: `Dios mío, ayúdame, pon algo en su corazón
para que me deje salir´
Nacida en Querétaro (México) en el seno de una familia católica, Blanca Estela Campos tiene vivos
recuerdos de su infancia desde los dos años, cuando su madre y abuela visitaban
a la Virgen y rezaban al Sagrado Corazón. No todos los recuerdos son buenos.
Desde pronto, el matrimonio tuvo dificultades que concluyeron con el abandono
de la familia por su padre, que dejó a su mujer deprimida de por
vida y a Estela a punto de iniciar
una convulsa adolescencia.
Tal y como explicó entrevistada
por Miguel Ángel Idrogo, la joven enfrentó el episodio con el alcohol y las relaciones y
pasó a vivir con su novio a los 19 años cuando recibió, con alegría y como una
bendición, la noticia del embarazo.
"Sin serlo en
un matrimonio, como debería, Andrea -hoy tiene 25 años-
fue un ser humano bienvenido que me llenó de amor y cariño y que
hasta hoy no me ha dejado",
agradece.
Aún embarazada, conoció a una
nueva persona que velaría por la hija de Estela como si fuese suya. Años
después, un nuevo embarazo llamaba
a la puerta de la pareja, César, hoy de 17 años.
Recuerda ser consciente de una de
las primeras intervenciones milagrosas de la providencia durante el nacimiento
de César, cuando hubo complicaciones durante el parto. "Es el niño o ella", le dijo el médico.
La madre nunca dudó de que el
niño iba primero. Pero ambos vivieron y lo considera
un milagro: "Fue por obra de
Dios y del Espíritu Santo", dice.
CONSAGRADA
AL DEMONIO
Entregada "totalmente" al alcohol y antigua paciente del Centro
de Salud Mental, sus padres pensaron que quizá podía ser víctima de algún "mal de ojo" y
trataron de solventarlo… con nuevas invocaciones.
Recuerda bien aquel día. Era en
un lugar campestre, inhóspito, un viejo cuarto, donde
la colocaron junto a una rueda y le dieron algo extraño que
debía ingerir, con los ojos vendados mientras, rodeada
de fuego, escuchaba el aleteo de lo que más tarde sabría que
era un gallo negro.
Estela sufrió una consagración
demoníaca sin desearlo cuando apenas era una joven. Pagaría las consecuencias
el resto de su vida.
"En ese
momento, cuando mataban al gallo, supe que me habían consagrado.
Desde entonces empecé a hacer cosas malas, sentía que al entrar
a una iglesia me quemaba por dentro, solo quería salir corriendo y era incapaz de soportar a las
personas", lamenta.
Desde entonces y hasta que la
presencia se manifestó, su vida fue una auténtica odisea.
Estela, ya siendo madre de dos
hijos, paciente psiquiátrica golpeada por frecuentes crisis y magullada en su
interior por el abandono de su padre, fue golpeada de nuevo por la infidelidad
de su pareja, padre de su hijo.
EN
LA PROSTITUCIÓN, POR SUS HIJOS
Empezó una batalla legal con su pareja por la custodia de los hijos. Para Estela, rendirse no
era una opción, si bien sus cartas no eran las mejores y una especie de "nube gris" parecía acompañarla donde
quiera que fuese.
Para hacer frente a los gastos
judiciales, avergonzada, ingresó en el mundo de la
prostitución: su hijo
ocupaba todos los rincones de su mente.
La mexicana Estela Campos, hoy
devota católica, relata sus oscuras vivencias y duras luchas por mantener su fe
y a su familia en la dificultad.
Después fue secuestrada por
un narcotraficante de Cuernavaca.
Cuenta que "nunca había rezado" o que al menos no
lo recordaba, pero esa era una buena ocasión: "Dios mío, ayúdame, pon algo en su corazón para que me deje salir".
Como una respuesta asombrosa a
esa oración, entraron por la puerta su hija y su cuidadora, Betty, y el
secuestrador la dejó marchar e incluso le regaló a la familia 15.000 pesos.
Más adelante conoció a una
peculiar misionera católica, que cantaba a la Virgen y hacía retiros con
charlas guadalupanas, Rubí de Jesús. Ella llamó a la puerta de su
familia invitándoles a retiros, sin importar que ella aún no estuviese "liberada".
Allí conoció a Eduardo, exseminarista, locutor y evangelizador con el que se casaría meses
después. Prácticamente desde que se conocieron, Eduardo se marcó como objetivo
acercar a Blanca Estela a Dios.
LIBERADA
EN LA FE: "ME SACARON CINCO DEMONIOS"
Ella llevaba meses o incluso años consagrada al demonio pero ahora iba a dedicarse a
venerar a la Virgen. Necesitó un proceso de
liberación que comenzó una noche cualquiera, tras un aterrador despertar a las
3:00 de la mañana, con el estómago revuelto y sin comprender por qué
salía espuma de su boca mientras sentía que se moría.
Entre las oraciones de su esposo
Lalo y de su madre, Estela fue derivada de sacerdote en sacerdote hasta
que su caso llegó a un exorcista.
"Me
sacaron hasta cinco demonios. No lo
recuerdo, pero me dijeron como me retorcía y arrastraba. Al llegar a un
santuario, recuerda, vi a un hombre vestido de negro con
una mirada `satánica´ convencida de
que me iba a atacar, cuando realmente yo era la consagrada y quien tenía al
demonio dentro", relata sobre uno de los miembros del equipo de
liberación.
Tras someterse a varios procesos
de liberación, Blanca Estela comenzó a ser consciente de su restauración y,
aunque sigue sin poder ver a sus hijos, está tranquila por lo que parece que
será un buen futuro.
Hoy, Estela es podóloga titulada a tiempo
completo en BKY Clinic, ofrece consultas en su local o a
domicilio y trata de contribuir con sus vecinos y
compatriotas ofreciendo ayuda a precios muy competitivos. "Vivo en paz y sigo rogando porque mis hijos descansen
en los brazos de Jesús y de María. Nunca he perdido la
esperanza", concluye.
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