Esta es una esperanza para los justos que sufren.
Por: Taís Gea | Fuente: Catholic.net
El salmo 37 hace una reflexión del supuesto bienestar de los malvados quienes
parece que a pesar de sus obras malas les va bien.
El salmista concluye sobre el destino del justo y del malvado utilizando
dos imágenes: el tiempo y la herencia de la tierra. Esta
temática se repite en todo el salmo. Sin embargo, se encuentra más evidenciada
en los varios estribillos que se repiten en el poema (vv. 9, 11, 22, 28-29, 34,
37-39). El primero se encuentra en el v. 9 y es una síntesis de todos ellos. En
él, el teólogo nos dice: «porque los malvados serán exterminados/exiliados y
los que esperan en el Señor heredarán la tierra».
El tema del tiempo y de la herencia tanto de los justos como de los
malvados se encuentra evidenciado en los libros de la sabiduría. Para
enriquecer este concepto se relacionarán algunos textos del salmo 37 con textos
del AT. Se analizará la temática del tiempo.
El
salmista considera que el tiempo de los impíos acabará. Menciona que hay futuro para el hombre de paz pero que el
futuro del malvado será extirpado (vv. 37-38). Y esto no solo le sucederá a la
persona que obra el mal sino que a toda su descendencia (v. 27). El salmista
utiliza el mismo verbo para explicitarlo. En el salmo 109, 13 vemos esta misma
concepción del tiempo del malvado: «su futuro sea
exterminado y en una generación se borre su nombre».
El libro de Proverbios analiza el camino de los malvados. Indica que
parece recto pero que su futuro es la muerte (cf Prov 14, 12/ 16, 25). Este es el camino que recorren los que obran
el mal. Parece que les va bien pero ese mismo camino conduce a la muerte. Por
último, el autor de Job también habla del futuro del perverso. Dice que el
malvado no tiene futuro con la imagen de la lámpara: «la
lámpara de los malvados se apagará» (cf Job 18, 5-6). Esta idea también
se encuentra en Prov 24, 14. En cambio para el hombre justo
habrá un futuro/mañana y su esperanza no será aniquilada(cf
Prov 23, 18).
Otra
imagen que utiliza el poeta para hablar del tiempo del malvado que se terminará
es la de la hierba que se marchitará y el pasto que se secará (v. 2). Es
común esta imagen también en algunos libros de la sabiduría. Job en el capítulo
18, 6 refiriéndose al impío dice que por debajo sus raíces se secan y por
arriba su ramaje se marchita. También Job utiliza como lo hace el salmista
en el v. 10 para indicar que los malvados no existen. En seguida continúa
diciendo que se marchitaron como plantas (cf Job 24, 24). Finalmente el salmo
103, 16 también hace alusión a la no existencia de los perversos con la palabra:
«el viento lo azota y ya no existe, ni siquiera su
casa lo recuerda».
En
conclusión, la lectura intertextual sobre el tiempo de
los malvados y de los justos nos lleva a inferir que para algunos sabios del AT
el progreso de los perversos acabará ya que no tienen futuro. Esta es una esperanza para los justos que sufren
(temática del libro de Job). Ellos sí tendrán una esperanza de vida. Su camino,
el camino del bien, conduce a la vida.
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