No sé porque nunca fui contestón con mi mamá. Era muy sumiso y mi madre era de correr cuando se molestaba. Mi primo hermano Luis me admiraba. Me decía que cómo hacía. A mí no me costaba nada pero si me asustaba como mis amigos les contestaban a sus viejas.
Estaba
convencido de que se iban a salar de grandes y así fue. A los más atrevidos les
ha ido pésimo en todo. Más aún en el amor. Incluyendo mujeres. Es matemático.
Tanto, que estoy convencido de que todas las bendiciones de mi vida, incluyendo
el no ser infeliz con mi enfermedad, vienen exclusivamente del hecho de que
nunca les falté el respeto a mis padres. Sobre todo a mi mamá.
Soy de
los que piensan que a los padres jamás se les enfrenta así estén equivocados. ¿Porqué? Porque la vida es mil veces más equivocada e
injusta que nuestros padres.
Por eso
la única manera de montar ese caballo salvaje que es la vida, es llegar a
grandes, bien entrenaditos en paciencia y tolerancia. Sino, prepárate para ser
un perdedor.
¡¡¡Buenos
días amigos y feliz domingo para todos!!!
Pedro Suarez Vertiz
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