domingo, 17 de diciembre de 2023

ORACIONES DE LIBERACIÓN Y CONSEJOS CONTRA BRUJOS Y ADIVINOS: HABLA UN CATÓLICO DEL PAÍS DEL VUDÚ

 EL LIBRO «DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ», DE JEAN PLIYA, PREDICADOR CARISMÁTICO

CANDOMBLÉ, VARIANTE DEL VUDÚ EN BRASIL, CON SU INVOCACIÓN DE ESPÍRITUS

De las tinieblas a la luz es un libro de 330 páginas lleno de oraciones, letanías y textos para ayudar a rezar por la liberación y la sanación interior. Dos tercios del libro son ejemplos y enseñanzas y testimonios reales de opresiones del Maligno, el otro tercio son letanías y textos que ayudan a orar.

Se trata de la traducción al español del libro que se publicó en 2006 en francés. Su autor, Jean Pliya, fue rector de la Universidad Nacional de Benín, Ministro de Educación y de Turismo en este país en los años 60, padre de familia numerosa y responsable de la Renovación Carismática Católica del país durante unos años. Fue popular como predicador internacional en países francófonos. Murió en 2015, con 84 años.  

 EL PAÍS DEL VUDÚ

Benín es considerado, aún hoy, "el país del vudú", y sus sacerdotes católicos (y grupos de oración católicos) tienen un contacto frecuente con personas que mantienen contacto con adivinos, brujos y sanadores, a veces ligados a prácticas de brujería tradicional, otras veces mezclados sincréticamente con otras religiones y new age.

Pliya constató que la tendencia a la idolatría y adivinación, aunque es más frecuente en África, no escasea en Europa y otros países cristianos, a medida que aumenta la descristianización. Por eso, dedica un capítulo a hablar de "los pecados de idolatría" (y propone muchas oraciones para superarlos y expiarlos).

De las tinieblas a la luz es un libro sobre oración de liberación y vida de fe, lejos del esoterismo y las adicciones que alejan de Dios y su libertad.  LA BIBLIA Y LA ENSEÑANZA DE ISRAEL

Por idolatría se suele entender la adoración religiosa de dioses falsos (paganos) y fetiches, o en general dar una veneración indebida a entidades que no la merecen. Pero a menudo -y esto ya lo veía el pueblo de Israel- implica intentar conocer el futuro y pactar favores con "fuerzas" (sobrenaturales, es decir, entidades que no son Dios).

El libro de Deuteronomio lo prohibía así a los israelitas: "No haya entre los tuyos quien haga pasar a su hijo o hija por el fuego [ritual pagano], ni vaticinadores ni astrólogos ni agoreros ni hechiceros ni encantadores ni espiritistas ni adivinos ni nigromantes; porque el que practica eso es abominable para el Señor" (Dt 18, 10-12).

CUATRO EJEMPLOS DE IDOLATRÍA

Pliya concreta en su libro 4 ejemplos de actividad idolátrica, con cierta exhaustividad:

- Frecuentar, consultar, creer y aceptar lo que dicen los practicantes de adivinación: "videntes, adivinos, geomantes, brujos, sanadores, usuarios de fetiches, falos profetas, magos morabitos (musulmanes), cartomancia (tarot), lanzadores de lóbulos de nuez de cola, lectores de posos de café, quiromantes (leen las líneas de la mano), videntes de bola de cristal, espejo mágico, predicción astrológica, radiestesia, adivinación con péndulo, numerología, marcas de tinta, hablar en trance";

Consultar adivinos para encontrar objetos perdidos o personas desaparecidas, conocer la causa de una enfermedad o de una desgracia, o lo que hay que hacer para atraer la suerte;

Establecer tu carta astral (horóscopo zodiacal) por astrólogos o geomantes que pretenden revelar tu futuro;

- Hacer que te impongan las manos o que te hipnoticen magnetistas, sanadores (magnetismo paranormal) o rabdomantes (radiestesistas-adivinos que manipulan el péndulo para curar enfermedades corporales, dar diagnósticos o revelar cosas ocultas).

Pliya es contundente. "Creer en las predicciones y declaraciones de mancias de todo tipo de artes adivinatorias es exponerse a la realización del plan de Satanás sobre la propia vida", asegura. Detalla, eso sí, que "el demonio no puede entrar en la libertad soberana del Espíritu Santo".

Matiza respecto a algunos "sanadores". "Reconocemos que los sanadores no están todos bajo la influencia del demonio, porque entre ellos hay hombres sinceros y generosos. Sin embargo, siempre hay en esas prácticas que llaman 'de magia blanca' una búsqueda de poder sobre los demás que hace caer en la tentación del orgullo, la negación de la acción de Dios a través de la Providencia, la adhesión a creencias supersticiosas y, finalmente, un espíritu de mezcla, de confusión y de duda donde el Señor no está presente y el demonio aprovecha para infiltrarse".

"La adhesión voluntaria orgullosa a esas prácticas es la que te pone realmente en peligro. Eso puede durar años sin que el practicante sea infestado; todo depende de la actitud interior espiritual", detalla Pliya.

Hay personas que no buscan brujería, sino sólo "medicina alternativa", pero acuden a personas (curanderos, terapeutas "naturales") que probablemente sí se han implicado en ocultismo, espiritismo y esoterismo. Cuando piden abrirse a "fuerza vital" (o a cualquier otra cosa), "la persona arriesga abrirse a poderes espirituales que no son del Espíritu de Dios".

Una joven vestida como practicante de vudú, en países de África, en muchos lugares del Caribe y Brasil, y en espacios con muchos inmigrantes, distintas variantes del vudú y el espiritismo pueden resultar atrayentes a personas incautas.

EL CASO DE LOS NIÑOS LLEVADOS A ADIVINOS

Un tema que preocupa mucho en África es el de los niños (en parte, porque en África sí tienen niños). Pliya quiere tranquilizar (en parte) a sus lectores.

"Los niños llevados por sus padres a videntes, adivinos, sanadores o radiestesistas no serán automáticamente infestados [por acción de demonios] a menos que hayan sido sometidos a prácticas de hipnosis, de iniciación oculta o consagrados explícitamente a divinidades o ídolos. Entonces pudieran ser ligados por espíritus que se manifestarán tarde o temprano en sus vidas. Los padres comprometidos en el ocultismo exponen a su hijo a las mismas influencias espirituales negativas que obran en sus vidas".

En los países con mucha influencia del vudú y sus derivados (Benin, Ghana, Haití, Brasil, etc...) no es tan infrecuente que haya padres o parientes que consagren algún bebé o niño pequeño a tal o cual divinidad vudú concreta, a cambio de favores.

Los exorcistas católicos indican que eso llama puede llamar la atención de algún demonio sobre el niño (sus padres les dan autoridad sobre él) y a veces sobre la familia. El demonio ejercerá su influencia con fuerza en su vida hasta que se produzca una liberación.

LOS SANADORES QUE SANAN PERO COMO TRAMPA

Hay exorcistas y cristianos que trabajan estos temas que constatan que a veces los "curanderos" y "sanadores" logran realmente hacer alguna curación. Sin embargo, pasado un tiempo, "el mal físico aparentemente aliviado reaparece en otro órgano y empeorado. Si el cliente vuelve a ver al sanador, los encantamientos, los masajes o la imposición de manos le alivian algo, pero poco a poco la situación empeora", escribe Pliya.

"Al mal físico se añaden angustias e iras inexplicables, odio contra los cercanos, un estado depresivo con incluso ganas de suicidio. Los famosos dones del sanador producen finalmente sus frutos de muerte, de destrucción psicológica y de pérdida de la fe", añade.

Jean Pliya fue un popular predicador de la Renovación Carismática Católica en países francófonos, animando a vivir apartados de toda forma de ocultismo y confiando en Dios y su Providencia amorosa.

Frente a todo esto, Pliya recomienda (además de confesarse, abandonar esas prácticas y vivir cristianamente en comunidad y con sacramentos) una serie de oraciones de alabanza, sanación interior y liberación, que se pueden rezar en casa, uno solo, con adultos maduros de la familia o con un grupo de cristianos maduros en la fe.

UN LIBRO CON MUCHAS ORACIONES

El libro incluye casi 100 páginas de oraciones incluyendo 7 páginas de letanías de alabanza a Jesús, oraciones de protección, 4 páginas de alabanzas a Dios Padre, 3 páginas de alabanzas al Espíritu Santo, pasajes bíblicos y salmos recomendados por su fuerza de sanación y liberación, letanías de la Sangre de Cristo, letanías de la Virgen (6 páginas), letanías específicas a varios santos (San José, San Juan María Vianney y Santa Teresita de Lisieux), actos de contrición y canciones de arrepentimiento, oraciones para perdonar a los que nos han dañado (enumeración exhaustiva de parientes, conocidos, ambientes) y muchas más.

También incluye el libro bastantes testimonios breves de personas ayudadas por oraciones de liberación y por cambiar de vida, abandonando prácticas idolátricas y ambientes paganos o esotéricos.

P.J.Ginés

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