Fiesta de San Esteban - 26 de diciembre / Mateo 10, 17-22. San Esteban ha sido el primero en seguirle al Señor por el camino de santidad.
Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del
Padre Nicolás Schwizer
Mateo 10, 17-22.
No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Cuídense
de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las
sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán
testimonio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los enjuicien, no
se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese
momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que
hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará
al hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra
sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que
persevere hasta el fin se salvará.”
REFLEXIÓN
La alegría íntima de la solemnidad navideña apenas celebrada, envuelve
con su atmósfera mística también el día de hoy que le sigue inmediatamente.
Nuestras almas respiran todavía en ese ambiente de maravilla ante el gran
acontecimiento que se ha realizado. Es el aconte-cimiento o, mejor dicho, el misterio
del Hijo de Dios que nace en Belén como Hijo del hombre, para hacerse nuestro
hermano y salvador.
Este misterio es tan insondable, que nunca lo meditaremos bastante. Por eso, la
Iglesia nos lo propone cada año, para una conmemoración prolongada durante
varios días: durante el ciclo litúrgico de Navidad.
Según nos cuenta San Gregario de Niza, en los primeros siglos cristianos se
quiso solemnizar en torno a Navidad a los grandes Santos que fueron los
primeros testigos de Cristo. (San Esteban es uno de ellos).
Hoy la liturgia conmemora el nacimiento a la vida eterna del primer mártir San
Esteban, joven diácono lapidado en el inicio de la historia de la Iglesia.
Otro santo de la Iglesia antigua, San Fulgencio nos comenta la relación entre
Navidad y San Esteban diciendo: “Ayer celebramos el
nacimiento de nuestro Rey eterno; hoy celebramos el triunfal martirio de su
soldado. Ayer nuestro Rey, (revestido con el manto de la carne) saliendo del
seno virginal, se ha dignado visitar el mundo: hoy el soldado, saliendo del
tabernáculo de su cuerpo, ha emigrado al cielo”.
Entre la fiesta de Navidad y la del Protomártir existe una profunda conexión en
el orden de la santidad y la gracia. Cristo, Rey de la historia y Redentor del
hombre, se sitúa en el centro de ese camino hacia la perfección, a la que llama
a todo hombre.
San Esteban ha sido el primero en seguirle al Señor por ese camino de santidad.
Fue su testigo - a través de su palabra valiente, su servicio desinteresado a
los pobres (como diácono), su constancia durante el proceso y, sobre todo, por
su muerte heroica. Su figura se agranda y se ilumina a la luz de su Señor y
Maestro. Sólo el Señor Jesús da la ayuda y el consuelo necesarios a las almas
para ser fieles hasta la muerte.
Creo que de esto podemos sacar una preciosa lección para todos nosotros: al
mirar a San Esteban en la perspectiva de la Navidad, debemos recoger su ejemplo
y su enseñanza, que claramente nos conducen hacia Cristo. Porque el Niño nacido
en la gruta de Belén, se encamina ya hacia el monte Calvario donde entregará la
vida como su discípulo Esteban.
Queridos hermanos, juntos al Hijo de Dios nacido en Navidad, todos nosotros
hemos sido convertidos en hijos de Dios y llamados a vivir como hijos de Dios.
Y si somos fieles a este camino, también, todos nosotros seremos coronados
algún día allá arriba, como fue coronado el primero de los mártires, San
Esteban. Que la Virgen María nos acompañe siempre en nuestro camino.
¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt
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