«SE HA COMETIDO UN ERROR AL NO CONSULTAR AL EPISCOPADO», DICE EL OBISPO DE ORIHUELA-ALICANTE
A las pocas horas
de darse a conocer la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe "sobre el sentido
pastoral de las bendiciones", el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, recordó en X
(Twitter) que "la caridad
pastoral es una llamada a que todos los pecadores podamos ser bendecidos, pero
no a bendecir nuestro pecado", y remitía sobre lo que dijo a este respecto el pasado mes de octubre.
Con objeto de ampliar este análisis sobre un
documento que está siendo enormemente debatido, monseñor Munilla ha respondido a las preguntas de Religión en Libertad.
-¿LE
HA SORPRENDIDO LA PUBLICACIÓN DE LA DECLARACIÓN FIDUCIA SUPPLICANS?
-Yo hubiese esperado
otra forma de abordar el tema. Creo que se ha cometido un error al no consultar al conjunto del episcopado, máxime, cuando en la declaración se alegan razones
pastorales. Hoy en día existen medios para realizar con agilidad un proceso
consultivo. Por poner un ejemplo: el entonces cardenal prefecto de la Doctrina de la Fe, Joseph
Ratzinger, supervisó la redacción del Catecismo de la
Iglesia Católica en consulta continua con el episcopado del mundo
entero.
»Tratándose en el caso presente de una cuestión
especialmente discutida y delicada, sorprende que no se haya procedido de forma sinodal, en línea con la
eclesiología del Concilio Vaticano II. Nos hubiésemos ahorrado las reacciones
de disenso de conferencias episcopales de
las que estamos siendo testigos, por poner un ejemplo.
-¿QUÉ
IMPRESIÓN TIENE SOBRE ESTA DECLARACIÓN, GLOBALMENTE CONSIDERADA?
-Así como la nota de la Doctrina de la Fe publicada el 22 de febrero de 2021 era clara y diáfana, esta declaración actual va a tener aplicaciones no solo diversas,
sino contradictorias, como ya se está dejando entrever en las
primeras valoraciones.
»De hecho, me ha llamado la atención que a las 24
horas de la publicación de esta declaración, el cardenal Fernández afirme en una entrevista aclaratoria que
no se pretende bendecir las uniones irregulares, sino las parejas. Pues bien,
si no se trata de bendecir la unión irregular, entonces se trata de bendecir a
las personas que conforman la pareja, que es lo que ya afirmaba la nota de 2021. Pero, por desgracia, no es esa la lectura que mayoritariamente se está haciendo y la que previsiblemente va a prevalecer.
-LA
DECLARACIÓN FIDUCIA SUPPLICANS DISTINGUE ENTRE BENDICIONES
LITÚRGICAS (LAS CUALES PROHÍBE) Y BENDICIONES PASTORALES PRIVADAS (LAS CUALES
AUTORIZA), DIRIGIDAS A LAS UNIONES AFECTIVAS IRREGULARES. ¿CREE QUE SERÍA
CONTRARIO A LA FE Y A LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA IMPARTIR BENDICIONES
PASTORALES A LAS PAREJAS QUE VIVAN EN SITUACIÓN OBJETIVA DE PECADO?
-Para responder a esa
pregunta, es necesario conocer el contexto y formulación de esa bendición.
»Por poner un ejemplo; no habría problema alguno en
realizar una bendición, realizada en la intimidad del acompañamiento pastoral,
con una formulación del siguiente tenor: “Señor, bendice a tus hijos N. y N., y concédeles seguir caminando en
humildad, para que al mismo tiempo que reconocen tus dones, reconozcan
también que su unión no es conforme con tus designios. Derrama sobre
ellos tu gracia para que sean coherentes en su vida y acojan con decisión y
valentía tu llamada a la conversión. Amén”.
»Pero, sin embargo, no sería conforme con la fe de
la Iglesia un tipo de bendición que, por el contexto o por las palabras
utilizadas, sugiriese la
legitimación de la unión irregular. Nuestra acción
pastoral no puede tener como objetivo el que todo el mundo se sienta cómodo,
sino la llamada a la
conversión. De lo contrario, estaríamos traicionando el evangelio de Jesucristo, el cual habló abiertamente sobre del riesgo de perder nuestra alma, si no renunciamos al
pecado para vivir en gracia de Dios.
»El problema de fondo es la tentación de
desligar la caridad de la verdad. La verdad y la
caridad son indisolubles. Baste recordar las palabras a la mujer pecadora: "Tampoco yo te condeno, vete y no peques más" (Jn 8, 11).
Monseñor Munilla
abordó exhaustivamente la cuestión de las bendiciones a parejas del mismo sexo
en esta intervención del pasado mes de octubre.
-¿POR
QUÉ CREE QUE FIDUCIA SUPPLICANS SE MUESTRA RADICALMENTE
CONTRARIA A LAS BENDICIONES LITÚRGICAS DIRIGIDAS A LAS PAREJAS EN SITUACIÓN
IRREGULAR?
-Sin duda alguna, lo
afirma con claridad para impedir que se establezca una analogía entre estas
bendiciones pastorales y el rito matrimonial. Se excluyen las
bendiciones públicas de parejas irregulares. De hecho, pienso que
hubiese sido deseable citar en este punto a San Juan Pablo II en Familiaris Consortio:
“El respeto debido al sacramento del
matrimonio, a los mismos esposos y sus familiares, así como a la comunidad de
los fieles, prohíbe a todo pastor efectuar ceremonias de cualquier tipo para
los divorciados que vuelven a casarse. En efecto, tales ceremonias
podrían dar la impresión de que se celebran nuevas nupcias sacramentalmente
válidas y como consecuencia inducirían a error sobre la indisolubilidad del
matrimonio válidamente contraído” (n. 88).
-POR
LO QUE RESPECTA A LAS UNIONES HOMOSEXUALES, FIDUCIA SUPPLICANS LAS
INCLUYE EN EL MISMO CONCEPTO QUE LAS UNIONES AFECTIVAS IRREGULARES… ¿LE PARECE
CORRECTO?
-Me parece importante
recordar lo que dijo el Papa Francisco en Amoris Laetitiae sobre
las uniones homosexuales: "No existe
ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas,
entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la
familia" (n. 251).
»Por lo tanto,
precisamente porque no existe ni tan siquiera una analogía remota entre una
unión homosexual y el matrimonio, no
cabe organizar bendiciones litúrgicas públicas para parejas
homosexuales como se hacen en Alemania o Bélgica. Estas prácticas están abiertamente en contra de lo
que literalmente dice la declaración Fiducia supplicans.
»Sin embargo, la batalla del relato va por otro lado, y es un hecho que los sectores que están en
abierto disenso con la moral sexual de la Iglesia católica están aplaudiendo esta declaración, al mismo tiempo que
la desobedecen. Un ejemplo concreto es el jesuita James Martin -abierto partidario
de cambiar el magisterio de la Iglesia sobre la homosexualidad-, quien al mismo
tiempo que se felicita por Fiducia supplicans, muestra en redes sociales cómo piensa seguir
bendiciendo de forma pública a las parejas homosexuales.
-EXISTEN
POSICIONAMIENTOS ANTAGÓNICOS ANTE FIDUCIA SUPPLICANS. ALGUNOS
LO APLAUDEN COMO UN PASO HACIA UN GIRO EN LA MORAL SEXUAL DE LA IGLESIA. OTROS
SE ESCANDALIZAN Y PIENSAN QUE EL PAPA HA ROTO CON LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA,
CAYENDO EN LA HEREJÍA…
-Ciertamente, no es así; el texto de Fiducia supplicans no afirma nada que esté en contra de la fe de
la Iglesia. Y como siempre se ha
hecho para interpretar correctamente los documentos de la Iglesia, lo que pueda
ser oscuro o dudoso debe interpretarse a la luz de lo claro, la doctrina
moral tradicional sobre el matrimonio que se reafirma en esta declaración.
»Mención aparte merece el juicio sobre la oportunidad de esta declaración.
En este sentido, mi opinión es que esta declaración no era necesaria, dado que la nota de
2021 -redactada por el cardenal Ladaria y
aprobada por el Papa Francisco hace tan solo dos años y medio- no era contraria en
absoluto a los signos
de caridad pastoral que los pastores hacemos habitualmente con las parejas que viven en situaciones irregulares.
»Ahora bien, una vez que Fiducia supplicans ha sido publicada, es nuestro deber luchar contra esas dos
interpretaciones que usted ha descrito: por una parte, sabemos que la moral de la Iglesia católica es
sustancialmente irreformable (incluyendo, por
supuesto, la doctrina sobre la homosexualidad). Y, por otra, como ya he indicado, excluyendo la acusación de herejía
contra el Papa, que no tiene fundamento
objetivo en el texto.
»Otra cosa es que la praxis que vaya a derivarse de
esta declaración sea previsiblemente
caótica, como ya lo
comenzamos a comprobar. Será nuestro deber luchar contra ello. No olvidemos que el Señor no abandona a su Iglesia, sino que la ama hoy como la amaba cuando se
dirigió a aquellos galileos para decirles: “Ven
y sígueme”.
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