LA HIPERSEXUALIZACIÓN SE HA DISPARADO A TRAVÉS DE LOS DISPOSITIVOS DIGITALES, CREANDO PROBLEMAS CRECIENTES DE DESARROLLO PSICOSOCIAL Y AFECTIVO.
Crece sin parar el número de
personas que acuden a consulta por un motivo de índole
sexual.
Hace unos años la sintomatología estaba principalmente relacionada con
el deseo, los trastornos o la fertilidad.
Sin embargo, hoy las consultas
crecen por el ingente número de personas atrapadas en
redes de adicción a la pornografía, maltrato sexual o parafilias. La
hipersexualización de las conductas ha calado y campa a sus anchas un
relativismo afectivo que está dañando a muchas personas.
Teresa Lamana, que es psicóloga sanitaria, sexóloga clínica, especialista en terapia
de pareja y co-directora del Curso de Especialista en Sexología Clínica y
Terapia Afectivo-Sexual de la Universidad Francisco de Vitoria, nos aclara
algunos extremos sobre esta situación y sobre los objetivos con el que la
afronta dicho curso.
-¿VIVIMOS REALMENTE EN UNA SOCIEDAD
HIPERSEXUALIZADA?
-Vivimos en una sociedad donde se
nos bombardea de forma constante con temas relacionados con la sexualidad. Se
puede ver de forma muy objetiva en las series, los anuncios, las
películas y las redes sociales,
entre otros medios. Y es inevitable ver la repercusión que esto tiene sobre la
persona, especialmente sobre los más jóvenes. Cada vez son más las personas que cuestionan su identidad o su orientación sexual, la adicción a la pornografía está incrementando de forma exponencial,
las infidelidades dentro del matrimonio cada vez son más
frecuentes, y las patologías propias de este ámbito se están volviendo cada vez
más complejas.
-¿QUÉ
HAY DE FONDO DETRÁS DE TODO ESTO?
-De fondo nos encontramos a
personas heridas en
su afectividad, personas que sufren, personas que
sienten mucho vacío, personas con anhelos buenos
que no encuentran el camino correcto para poder ser ellas mismas en plenitud.
Un desarraigo completo
entre la sexualidad y la afectividad, que genera la desintegración de la
persona y un reduccionismo a la hora de mirarla y atenderla.
-¿TIENE
ESTO QUE VER CON HABER SEPARADO LA SEXUALIDAD Y LA AFECTIVIDAD?
-Es imposible separar la
corporalidad de la persona de su afectividad. Un ejemplo muy claro se puede ver
en la Teoría de la Comunicación Humana, donde se establece que la comunicación
consta de una parte verbal y una parte no verbal, y
que esta última tiene la mayor parte del peso en la comunicación. Por mucho que
una persona verbalice que se encuentra bien, si vemos en su mirada lágrimas, y
en su gesto vemos decaimiento, todos entendemos que, en el interior de esa
persona hay algo que le está generando malestar. Y es que, es imposible dejar
de comunicar, nuestro ser está llamado a expresarse.
»Otro ejemplo donde se puede ver que nuestra corporalidad está
íntimamente ligada a nuestra afectividad, es en las somatizaciones. Todos hemos pasado momentos de nerviosismo en
los que sentíamos el estómago cerrado, el corazón acelerado y mucha inquietud,
incluso a veces es el propio cuerpo quien nos hace tomar conciencia de nuestra
propia afectividad.
»Es por ello, que es imposible hablar de sexualidad sin hablar de
afectividad, porque la sexualidad no es una expresión puramente corporal, y
porque lo corporal no es algo ajeno a mi ser, sino que es mi
propio ser.
-PERO
¿CÓMO DEFINIMOS ESE SER?
-El ser humano tiene cuatro dimensiones: corporal, psicológica, relacional y espiritual,
todas ellas diferentes entre sí, pero íntimamente relacionadas, no se pueden
separar. Y la sexualidad se desarrolla, por tanto, en todas y cada una de estas
dimensiones, como un continuo. De tal forma, que cuando una persona atraviesa
un momento de dificultad en la sexualidad, ésta nos está dando información
sobre cómo pueda estar en su afectividad.
»En el entorno social en el que vivimos, nos llegan de forma constante
mensajes sobre la sexualidad como algo totalmente ajeno a la afectividad. Y
precisamente por ser “seres afectivos” es una realidad que está impactando en
nosotros de forma indirecta, inmediata y constante, generando
confusión y dificultades en
el desarrollo afectivo-sexual de las personas.
-¿CUÁL
ES LA RESPONSABILIDAD DEL PSICÓLOGO ANTE ESTA SITUACIÓN?
-Frente a toda esta “pandemia sexual” que se está viviendo en la sociedad, el psicólogo
tiene un rol de suma importancia que se podría resumir en ser una pieza clave
para recuperar la dignidad de la
persona y la riqueza/belleza de la sexualidad.
»Como humanos que somos, es muy fácil quedarnos en una posición de
rechazo y de protección frente a toda esta hipersexualización que se está
viviendo. Pero, precisamente, como psicólogos católicos, tenemos una doble
misión: por un lado, poder acoger con rigor y
profesionalidad a aquellas personas que, con gran valentía,
piden ayuda por algún motivo de índole sexual; y, por otra parte, dar
testimonio de la mirada que merece el ser humano. Una mirada
integral que vaya más allá del propio síntoma y tenga en cuenta todas las
dimensiones de la persona. Una mirada capacitante, que ayude a la persona a
poder ser lo que está llamada a ser. Y, una mirada llena de misericordia y de
amor incondicional, que ayude a recordar que somos seres dignos de ser amados a
pesar de nuestras heridas y nuestra vulnerabilidad.
Curso de Especialista
en Sexología Clínica y Terapia Afectivo-Sexual.
-¿QUÉ
APORTA PARA ESTO EL PROGRAMA EN SEXOLOGÍA CLÍNICA Y TERAPIA
AFECTIVO-SEXUAL DEL CAIF DE LA UNIVERSIDAD FRANCISCO DE VITORIA?
-Para que los psicólogos y demás
profesionales sanitarios tengan las herramientas adecuadas para
hacer frente al aluvión de casos difíciles que nos están llegando a consulta,
con personas dañadas por esta pandemia de hipersexualización, es importante
formarse desde una antropología adecuada.
»Movidos por este anhelo de querer acoger con rigor y profesionalidad a
todas las personas que sufren por motivos de índole sexual, desde el Centro de
Acompañamiento Integral a la Familia de la Universidad Francisco de Vitoria
hemos preparado un Programa en Sexología Clínica y Terapia afectivo-sexual,
dirigido a psicólogos, psiquiatras y demás personal sanitario que por su profesión acompañan a personas
que necesitan ayuda en este ámbito.
»El programa se ha diseñado de tal forma que se abarquen todas las
dimensiones de la persona, contando por ello con un módulo de antropología, un módulo de anatomía y
fisiología, un módulo de terapia de pareja,
y cinco módulos en los que se trata la patología de forma integral.
-¿CUÁL
ES EL OBJETIVO PRINCIPAL?
-El objetivo principal que tiene
de base el programa no es dar técnicas generales para trabajar una patología
determinada, sino fomentar una mirada que permita al profesional trabajar “persona a persona”, respetando en todo momento el valor infinito que
tiene su intimidad. De tal forma que, en el programa se aporta toda la base
científica avalada por el DSM V-TR, que es
crucial para poder entender la patología, y, además, mediante la base
antropológica, se pretende dotar al profesional de las habilidades y los
conocimientos necesarios para poder trabajar la intimidad de la persona de
forma adecuada.
»Para ello, el programa cuenta con la colaboración de un gran elenco de
profesionales de distintas disciplinas, como Carlos Chiclana, Carolina
Galocha, Alejandro Villena, Teresa Suárez, Clara de Cendra y Mónica González, que viven y fomentan en su práctica
profesional los objetivos que busca transmitir el programa.
»El programa consta de dos modalidades: especialista, dirigido a psicólogos y psiquiatras habilitados para la
intervención clínica; y experto, para el resto de los
profesionales sanitarios no habilitados para la intervención, pero que si
necesitan de determinados conocimientos para poder desarrollar su labor
profesional.
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