martes, 5 de diciembre de 2023

GARABANDAL

 ¡¡¡ SALVE MARÍA!!!

¡¡SALVE, OH FLOR MÁS HERMOSA DEL JARDÍN DEL EDÉN Y DE TODA LA CREACIÓN!!

...tenemos datos sobre éste suceso que apunta Conchita, y del cuál ella no fue testigo, pues había tenido que ir lejos del pueblo, al prado, a cumplir con la necesidad y el deber de trabajar para ganarse penosamente el pan de cada día.

Que no pierdan ésto de vista los que se imaginan que la vida, para las niñas videntes, se había convertido en una continua fiesta de maravillas, y que a cuenta de los éxtasis, estaban dispensadas de todo trabajo o molestia... Era bien al contrario, y después de perder sueño tantas noches con aquellas "vigilias" capaces de agotar al más fuerte, tenían que emprender, y bien temprano en éste tiempo estival, la nueva jornada de trabajo como cualquier hija de vecino.

La cosa a que se refiere Conchita sucedió así:

- ese día de agosto, Mari Loli y Jacinta tuvieron también aparición por la mañana en los pinos.

Dieron a besar medallas y rosarios, como de costumbre, oscilaron y cayeron... Después mantuvieron de rodillas un diálogo; en él se oyó decir a Jacinta:

"- Ya vino Conchita. Le quitaron las trenzas en Santander. Y está muy guapa y morena, de ir a la playa."-

Cuándo salieron del éxtasis contestaron a varias preguntas de quienes las rodeaban. Y uno del público, que había llevado un magnetófono de pilas, les hizo oír varias cosas grabadas en la cinta, entre ellas, algunas frases que ellas mismas habían dicho en éxtasis.

Las niñas quedaron maravilladas, pues jamás habían visto algo semejante... El forastero les estuvo explicando el funcionamiento del aparato y haciendo pruebas, para lo cual les entregó el micrófono. "- Si veis otra vez a la Virgen, decidle que hable por aquí."-

De pronto cayeron de nuevo las niñas en éxtasis, y Mari Loli, a quien el nuevo trance había sorprendido con el micrófono en la mano, empezó a contarle a la Visión:

"- Ha venido un hombre con una cosa que lo coje todo, todo lo que se habla... ¿Porque qué no dices algo, para que todos te oigan, para que la gente crea. Anda di algo..."-

-" Sí, habla, di algo...No es por nosotras, es para que la gente crea."-

"NO, YO NO HABLO"

Cuándo al cabo de un rato concluyó el éxtasis, se les hizo oír a las niñas en el magnetófono lo que ellas habían estado diciendo a la aparición, y en el momento en que ellas terminaban de decir eso de que hablara, se percibió una voz inefable -los testigos la califican de "dulcísima"- que decía:

"No, yo no hablo."

Loli y Jacinta exclamaron a la vez:

"- ¡Huy! ¡Sí es la voz de la Vírgen!

Todos quedaron emocionadísimos. Cómo dijo Máxima a Conchita, "la gente empezó a llorar, porque había oído la voz de la Virgen". La cosa, ciertamente, no era para menos.

He visto los testimonios de don Gaudencio Cepeda Palacios, de Torrequemada (Palencia), don Agustín Piney, de Santillana del Mar (Santander), y de don Luis Toribio Millán, de Aguilar de Campoo (Palencia) y, todos coinciden en la misteriosa audición de aquella voz única, y en qué se oyó cuándo ya se había acabado la cinta de grabación, después del golpecito que señala su final.

El dueño del magnetófono saltaba gritando:

" Esto se lo mando yo al Papa". -

Naturalmente, se quiso oír de nuevo la Voz maravillosa, y pusieron por segunda vez la cinta, pero en el momento oportuno ya no se oyó nada.

Bajaron de los pinos no poco desconcertados, comentando el hecho; pero en casa de Mari Cruz quisieron repetir la experiencia (Es Sánchez - Ventura quien habla de "la casa de Mari Cruz", o. c. Capítulo VIII, página 112);

Pero el padre Ramón Andreu, en su informe dice:

"Bajaron desconcertados a la Casa de Conchita, que no había participado en la mencionada visión, para que oyese lo que habían hablado sus compañeras.

Al llegar las frases citadas , volvió a oírse de nuevo la Voz que decía: "- No, yo no hablo -"...  Conchita sonrió y dijo muy contenta que era la Virgen la que hablaba.

Asegura el padre que la referencia de éste suceso la recibió de un testigo presencial, don José Salceda, de Aguilar de Campoo (Palencia), que era a la sazón chófer de la familia Fontaneda).

...y ¡otra vez la voz misteriosa pudo ser escuchada por todos!

Y nuevamente las niñas aseguraron que aquella Voz era la de la Vírgen.

No sé ha vuelto a sentir más. Pero los testigos de aquella experiencia única no la olvidarán jamás.

Todos llevan en su interior lo que expresó uno de ellos mientras bajaban de Garabandal:

" - Yo me iría a la tumba con la seguridad de haber oído la Voz de la Vírgen". -

No se puede tomar el hecho a la ligera cuándo existen sobre él nada menos de doce testimonios firmados (Sánchez - Ventura, en el libro citado, página 112 , trae los nombres, edad y lugar de residencia de siete de ellos).

A todos nos hubiera encantado poder seguir oyendo la Voz verdaderamente única de la Madre... pero, reconozcamos que hubiera sido demasiado regalo para nuestros oídos pecadores, tan abiertos de ordinario para las voces y palabras que "no casan" con las de la Vírgen.

Ahora debemos vivir sobre todo de esperanza y anhelo, y dar un alcance espiritual a la bella súplica que la liturgia nos enseña a dirigir a la Virgen con palabras del Cantar de los Cantares:

"Suene tu Voz en mis oídos, porque muy dulce es tu Voz, y del todo encantador, tu Rostro."

(Cant. 2, 14).

Fuente: "Se fue con prisas a la montaña."

Los Hechos de Garabandal.

1961 - 1965

Primera parte. Cap. VII

Página 153 - 154

¡Yo creo en Garabandal...!

¡Yo amo Garabandal...!

¡Garabandal es un pedacito de Cielo en la tierra!

¡María...Te amo!

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