¡¡¡ SALVE MARÍA!!!
¡¡SALVE, OH FLOR MÁS HERMOSA DEL JARDÍN DEL EDÉN Y DE TODA LA CREACIÓN!!
...tenemos
datos sobre éste suceso que apunta Conchita, y del cuál ella no fue testigo,
pues había tenido que ir lejos del pueblo, al prado, a cumplir con la necesidad
y el deber de trabajar para ganarse penosamente el pan de cada día.
Que no
pierdan ésto de vista los que se imaginan que la vida, para las niñas videntes,
se había convertido en una continua fiesta de maravillas, y que a cuenta de los
éxtasis, estaban dispensadas de todo trabajo o molestia... Era bien al
contrario, y después de perder sueño tantas noches con aquellas "vigilias" capaces de agotar al más
fuerte, tenían que emprender, y bien temprano en éste tiempo estival, la nueva
jornada de trabajo como cualquier hija de vecino.
La cosa a que se refiere Conchita sucedió
así:
- ese día
de agosto, Mari Loli y Jacinta tuvieron también aparición por la mañana en los
pinos.
Dieron a
besar medallas y rosarios, como de costumbre, oscilaron y cayeron... Después
mantuvieron de rodillas un diálogo; en él se oyó decir a Jacinta:
"- Ya vino Conchita. Le quitaron las trenzas en Santander. Y está
muy guapa y morena, de ir a la playa."-
Cuándo
salieron del éxtasis contestaron a varias preguntas de quienes las rodeaban. Y
uno del público, que había llevado un magnetófono de pilas, les hizo oír varias
cosas grabadas en la cinta, entre ellas, algunas frases que ellas mismas habían
dicho en éxtasis.
Las niñas
quedaron maravilladas, pues jamás habían visto algo semejante... El forastero
les estuvo explicando el funcionamiento del aparato y haciendo pruebas, para lo
cual les entregó el micrófono. "- Si veis otra
vez a la Virgen, decidle que hable por aquí."-
De pronto
cayeron de nuevo las niñas en éxtasis, y Mari Loli, a quien el nuevo trance
había sorprendido con el micrófono en la mano, empezó a contarle a la Visión:
"- Ha venido un hombre con una cosa que lo coje todo, todo lo que
se habla... ¿Porque qué no dices algo, para que todos te oigan, para que la
gente crea. Anda di algo..."-
-" Sí, habla, di algo...No es por nosotras, es para que la gente
crea."-
"NO,
YO NO HABLO"
Cuándo al
cabo de un rato concluyó el éxtasis, se les hizo oír a las niñas en el
magnetófono lo que ellas habían estado diciendo a la aparición, y en el momento
en que ellas terminaban de decir eso de que hablara, se percibió una voz
inefable -los testigos la califican de "dulcísima"-
que decía:
"No,
yo no hablo."
Loli y
Jacinta exclamaron a la vez:
"- ¡Huy! ¡Sí es la voz de la Vírgen!
Todos
quedaron emocionadísimos. Cómo dijo Máxima a Conchita, "la
gente empezó a llorar, porque había oído la voz de la Virgen". La
cosa, ciertamente, no era para menos.
He visto
los testimonios de don Gaudencio Cepeda Palacios, de Torrequemada (Palencia),
don Agustín Piney, de Santillana del Mar (Santander), y de don Luis Toribio
Millán, de Aguilar de Campoo (Palencia) y, todos coinciden en la misteriosa
audición de aquella voz única, y en qué se oyó cuándo ya se había acabado la
cinta de grabación, después del golpecito que señala su final.
El dueño
del magnetófono saltaba gritando:
" Esto se lo mando yo al Papa". -
Naturalmente,
se quiso oír de nuevo la Voz maravillosa, y pusieron por segunda vez la cinta,
pero en el momento oportuno ya no se oyó nada.
Bajaron
de los pinos no poco desconcertados, comentando el hecho; pero en casa de Mari
Cruz quisieron repetir la experiencia (Es Sánchez - Ventura quien habla de "la casa de Mari Cruz", o. c. Capítulo
VIII, página 112);
Pero el
padre Ramón Andreu, en su informe dice:
"Bajaron desconcertados a la Casa de Conchita, que no había
participado en la mencionada visión, para que oyese lo que habían hablado sus
compañeras.
Al llegar las frases citadas , volvió a oírse de nuevo la Voz que decía:
"- No, yo no hablo -"... Conchita sonrió y dijo muy
contenta que era la Virgen la que hablaba.
Asegura
el padre que la referencia de éste suceso la recibió de un testigo presencial,
don José Salceda, de Aguilar de Campoo (Palencia), que era a la sazón chófer de
la familia Fontaneda).
...y
¡otra vez la voz misteriosa pudo ser escuchada por todos!
Y
nuevamente las niñas aseguraron que aquella Voz era la de la Vírgen.
No sé ha
vuelto a sentir más. Pero los testigos de aquella experiencia única no la
olvidarán jamás.
Todos
llevan en su interior lo que expresó uno de ellos mientras bajaban de
Garabandal:
" - Yo me iría a la tumba con la seguridad de haber oído la Voz de la
Vírgen". -
No se
puede tomar el hecho a la ligera cuándo existen sobre él nada menos de doce
testimonios firmados (Sánchez - Ventura, en el libro citado, página 112 , trae
los nombres, edad y lugar de residencia de siete de ellos).
A todos
nos hubiera encantado poder seguir oyendo la Voz verdaderamente única de la
Madre... pero, reconozcamos que hubiera sido demasiado regalo para nuestros
oídos pecadores, tan abiertos de ordinario para las voces y palabras que "no casan" con las de la Vírgen.
Ahora
debemos vivir sobre todo de esperanza y anhelo, y dar un alcance espiritual a
la bella súplica que la liturgia nos enseña a dirigir a la Virgen con palabras
del Cantar de los Cantares:
"Suene tu Voz en mis oídos, porque muy dulce es tu Voz, y del todo
encantador, tu Rostro."
(Cant. 2,
14).
Fuente: "Se fue con prisas a la montaña."
Los
Hechos de Garabandal.
1961 -
1965
Primera
parte. Cap. VII
Página
153 - 154
¡Yo creo en Garabandal...!
¡Yo amo Garabandal...!
¡Garabandal es un pedacito de Cielo en la tierra!
¡María...Te amo!
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